Jicoténcal

Jicoténcal
Datos generales
GéneroNovela histórica
Idioma
Título original«Jicoténcal»

Jicoténcal. Esta novela, inicia el rico ciclo de la novela histórica en América y en sus páginas ya aparecen muchas de las características formales que a partir de ahí caracterizarían a este género literario, sin indicación de autor, fue publicada en 1826, en Filadelfia, en la imprenta de Guillermo Stavely y tiene tal vez el mérito de mostrar con gran claridad la ideología que animó a cierta corriente independentista que tuvo en el Rousseau del Contrato social a su teórico y en la república jacobina, su modelo. En la novedad para ilustrar esta ideología el autor selecciona un hecho histórico distante en el tiempo, la conquista de México que, en su narración, se apoya explícitamente en la obra de un historiador pretérito. Se atribuye a Félix Mejía pero la mayor certeza de autoría es para José María Heredia.

Argumento

En clave novelística Jicoténcal es la historia de la conquista mexicana, como novela histórica que es, se presenta como un diseño artístico que combina acontecimientos y figuras conocidas y procedentes del discurso historiográfico con personajes y representaciones ficticias. La fuente historiográfica de la novela es la “Historia de la conquista de México” de Antonio de Solís, una obra publicada en 1684 (o sea, ciento sesenta años después de los hechos) por alguien que nunca estuvo en tierra americana y la ejecutó por encargo de la Corona en su calidad de Cronista Real. El autor anónimo acredita la fuente explícitamente que se manifiesta bajo la forma de citas textuales de párrafos destacados en cursiva incorporados al cuerpo de la novela. Así se visualiza un discurso historiográfico que se ensambla armoniosamente con el ficcional, se pretende de ese modo validar afirmaciones como si fueran de carácter inobjetable. Los párrafos extraídos de Solís insertos en la novela reproducen oratoria política de españoles e indígenas sugiriendo que el novelista anónimo quiso reproducir con máxima fidelidad la voz de los protagonistas. Aunque no se cuestiona el que esos discursos puedan estar seriamente alterados por la obra de Solís.

La virtud es considerada en esta obra como el único material digno para construir las organizaciones políticas y guiar las relaciones entre los pueblos y estados. Es ésta una idea – fuerza del acervo de la Ilustración que gozó de mucho vigor durante el período jacobino de la Revolución Francesa. La novela pinta a Tlaxcala como un modelo de organización republicana cuya máxima autoridad es el senado. A él se someten los jefes como Jicoténcal el viejo y Magiscatzin; Jicoténcal (el joven) el joven obedece sus dictados, entre ellos el ser depuesto. La organización política parece calcada de instituciones y teorías del liberalismo europeo. Se aboga por el republicanismo como óptima fórmula política. Jicoténcal en debate con Ordaz ataca el gobierno personal.

Para el anónimo novelista la exposición de sus diferencias con el catolicismo no es sólo una cuestión de creencias, si no que va de la mano con el rechazo de la conquista y colonización de América. Éstas se habían hecho amparadas en la superioridad racial y cultural de los colonizadores que se manifestaba en demostrar que los indígenas ignoraban la verdadera fe. En 1826, negar ese supuesto podía ir más allá del rechazo a concepciones religiosas. Para varios pensadores liberales latinoamericanos una actitud de independencia en el pensamiento, las creencias y la sensibilidad era decisiva para no pasar de una dominación colonial a otra.

Fuentes