Joseph

Joseph
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Joseph Nez Percé.jpg
Indio nativo de Norteamérica
Nacimiento1840
Wallowa, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Fallecimiento21 de diciembre de 1904
Reserva de Colville, Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos.
NacionalidadEstadounidense

Joseph o Hin-mah-too-y ah-lah-ket. Indio nativo de Norteamérica. Perteneciente a la nación de los Nez percé, tribu shoshoni.

Síntesis biográfica

Joseph nació en 1840, en el valle de Wallowa, el territorio de la ondulante agua, al noreste de Oregón, el lugar de nacimiento de su padre y de sus antepasados. Recibió el nombre de Hin-mah-too-y ah-lah-ket, que significa "Trueno que rueda de las montañas". Su padre, Tu-eka-kas, era llamado por los blancos "Old Joseph", por eso llamarían a su hijo “Young Joseph”. Su hermano más pequeño se llamaba Ollokot, "Rana".

Desde su primer encuentro con cazadores blancos, hacia 1750, los shoshoni habían vivido siempre en paz con los blancos. Mientras Joseph crecía, cada vez se introducían más blancos en el territorio de la tribu. En 1855, los nez percé se declararon dispuestos a renunciar a una parte de su territorio en favor de los Estados Unidos. El territorio era inmenso y ofrecía suficiente espacio para todos. Sin embargo, pronto se mostraría que la ambición de los colonos, que cada vez querían más tierra, jamás sería satisfecha.

En 1863, el gobierno convenció a algunos jefes de los nez percé para que renunciaran a la mayor parte del territorio que les quedaba y se fueran a la reserva de Lapwai, en el actual estado de Idaho. Joseph tenía entonces veintitrés años. Dos terceras partes de todos los jefes indios, entre ellos también el padre de Joseph, se negaron a firmar ese acuerdo. Lo llamaron el “acuerdo del robo” y no se preocuparon de nada más. Siguieron viviendo como hasta entonces, sin preocuparse lo más mínimo de los límites de la reserva.

Lucha contra la invasión

En 1871, Joseph sucede a su padre en el puesto de jefe. En los últimos años, los ganaderos blancos se habían adentrado hasta el valle de Wallowa para establecerse allí. Joseph estaba muy dolido con aquellos colonos, a lo que dijo:

"Nos robaron muchos caballos y no pudimos recuperarlos porque éramos indios. Espantaron a muchas de nuestras reces. Algunos hombres blancos reunieron a nuestras terneras y las marcaron con su propio hierro, con el fin de que fueran declaradas de su propiedad. No teníamos ningún amigo que pudiera representar nuestros intereses ante los tribunales blancos".

El comisario jefe para Asuntos Indios en Oregón invitó a Joseph a una consulta y le explicó que ahora su tribu tenía que irse a la reserva de Lapwai, independientemente de si quería ir o no, a esto respondió:

"El hombre blanco no tiene ningún derecho de venir sencillamente aquí y quitarnos nuestras tierras. Este territorio ha pertenecido siempre a nuestra tribu... Nosotros estamos contentos y felices con que se nos deje en paz. La reserva Lapwai es demasiado pequeña para nuestra mucha gente y todo su ganado".

Al principio, los funcionarios de Washington se pusieron al lado de Joseph. La Oficina de Asuntos Indios declaró que el valle de Wallowa seguía perteneciendo a la tribu de Joseph, ya que él jamás firmó el convenio de 1863. Los colonos blancos recibieron la orden de abandonar el territorio, pero se negaron. En su lugar, construyeron carreteras, puentes y amenazaron a los indios con expulsarlos violentamente. Cada vez eran más los blancos que venían a asentarse en ese territorio, el gobierno retiró su decisión.

Comienzo de la guerra

En 1875, el presidente Ulysses Simpson Grant concedió a los colonos blancos libertad para la colonización del valle de Wallowa. Joseph quería evitar una dura confrontación y se fue a otra zona del valle, lejos de los asentamientos, cada vez más numerosos, de los blancos.

"Si la tierra nos pertenecía antes, entonces nos sigue perteneciendo, ya que nosotros jamás la hemos vendido".

Esa era su convicción. Sin embargo, la situación se volvió cada vez más tensa. Dos ganaderos blancos acusaron a un joven indio del robo de ganado y lo mataron a tiros. Joseph pidió a su pueblo que conservara la calma, pero los colonos tenían miedo de que se produjera un levantamiento y pidieron protección militar.

Cuando, finalmente, en mayo de 1877, el general de brigada Oliver Otis Howard recibió la orden de enviar sus tropas al valle de los nez percé, la confrontación se hizo inevitable. Joseph se había visto siempre a sí mismo como un diplomático y hasta el 17 de junio de 1877 jamás había participado en una batalla. La Guerra de los Nez Percé duró todavía hasta el otoño de 1877.

Joseph y los demás jefes indios se reunían durante las batallas para asesorarse y planificar juntos la estrategia. De acuerdo con la tradición de la tribu, ninguno de esos jefes tenía más poder que los otros. Sin embargo, cuanto más duraba la guerra contra el ejército, más claro estaba que Joseph se convertía en la figura simbólica de la resistencia. Incluso sus enemigos tuvieron que reconocer que era un estratega militar genial, un Napoleón indio, como escribían los periódicos. Y eso sin ninguna experiencia militar que pudiera haberlo guiado. El Gran Espíritu, así lo indicó él, habla al corazón y a la cabeza de un hombre y le dice cómo debe defenderse. Finalmente Joseph fue derrotado por el General Nelson Miles. El 5 de octubre de 1877 presentaba su rendición. Se les prometió que volverían a Idaho, pero la promesa no se cumplió. Cuando Joseph lo supo sólo comentó:

“¿Cuándo aprenderá el hombre blanco a decir la verdad?"

Fueron conducidos a la reserva de Ponca, donde morían por las epidemias.Entre tanto. Miles de personas apoyaban la causa de Joseph en todo el país. El coronel Nelson A. Miles, que ya era general, y otros blancos influyentes presentaban constantemente solicitudes ante el gobierno. En la primavera de 1885, los nez percé fueron autorizados, por fin, a abandonar la reserva de Ponca y a regresar al noroeste. De las cuatrocientas diecisiete personas que habían capitulado con Joseph, solamente vivían doscientas sesenta. Cuando llegaron a Idaho, fueron separadas en dos grupos. Uno de ellos fue llevado bajo escolta militar a la reserva de Lapwai. Joseph y los otros fueron enviados a la reserva de Colville, en el estado de Washington. Joseph seguía confiando en el regreso a Wallowa.

Últimos días

Monumento en memoria del Jefe Joseph, 1886

En el año 1900 visitó el valle por primera vez desde la guerra. Habían pasado más de veinte años. Alambradas y canales de regadío atravesaban la tierra y, en los recodos del río Wallowa, habían crecido ciudades. Sin embargo, en realidad, el valle no había cambiado. Ciertamente, ahora las personas vivían en casas de piedra en lugar de tipis; pero, seguían criando reces y caballos, lo mismo que los indios entonces. Joseph visitó la tumba de su padre y participó en una reunión pública en la que se le comunicó que ni a él ni a su tribu se le vendería jamás terreno en ese valle.

Joseph terminó su vida en la reserva de Colville. Seguía viviendo en un tipi y no en una casa, que el gobierno había puesto a su disposición. El 21 de diciembre de 1904, se desmayó delante del fuego en su tipi y murió. Tenía sesenta y cuatro años. El médico de la reserva confirmó como causa de su muerte “un corazón roto”. En su entierro, su sobrino Lobo Amarillo dijo:

“Joseph ha muerto, pero sus palabras no han muerto. Vivirán siempre.

Fuentes