Juegos tradicionales infantiles

Juegos tradicionales infantiles
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Concepto:Son los juegos infantiles clásicos o tradicionales que se realizan sin ayuda de juguetes tecnológicamente complejos, sino con el propio cuerpo o con recursos fácilmente disponibles en la naturaleza.

Juegos tradicionales infantiles. Son aquellos que se realizan durante la infancia y que se trasmiten de generación en generación, formando parte de las tradiciones de los países. Los juegos siempre se determinan por las condiciones sociales del lugar donde se desarrollen.

Referencia histórica

El juego surgió históricamente como una necesidad del trabajo, lo que significa que el hombre antes de haber jugado tuvo necesidad de trabajar para poder subsistir .Los juegos, el canto y el baile inicialmente acompañaban al trabajo separándose posteriormente para convertirse en una actividad independiente, sin embargo, el contenido y variedad de los juegos siempre se determinan por las condiciones sociales y el carácter del trabajo ,cambiando el mismo de acuerdo a las condiciones históricas de la vida del hombre.

La primera referencia sobre juegos que existe es del [año 3000 A.C]. Los juegos son considerados como parte de una experiencia humana y están presentes en todas las culturas. A partir de los descubrimientos arqueológicos y estudios que se realizan en registros pictóricos o escritos muy antiguos, se descubren muchos juegos que eran practicados en épocas remotas, como el caso de la bolita o el barrilete.

Los juegos tradicionales son aquellos que transitan de época en época sin perder su aceptación por los niños y familiares, sufriendo quizás algunos cambios pero manteniendo su esencia.

Como cualquier tipo de juego, los juegos tradicionales infantiles que se juegan en la actualidad tienen un origen que, según cada caso, puede ser muy antiguo. Suelen estar estrechamente vinculados con el folclore mediante poesías infantiles, retahílas, canciones, bailes y otros contenidos de cultura popular, por lo que también son denominados juegos populares.

Utilidades que brinda

Los juegos populares y tradicionales pueden servir como herramienta educativa en diferentes asignaturas, desde las ciencias naturales que pueden ilustrar con ellos distintos hechos físicos, hasta la música, la lengua y las ciencias sociales, que pueden utilizar sus canciones y poesías.

Los juegos tradicionales infantiles facilitan a los niños su incorporación al entorno en que viven, como vías para los primeros encuentros en grupos no solo para divertirse sino también para la creación de ideas, la construcción de juguetes simples con materiales, logrando con imaginación y empeño romper barreras y diferencias, favoreciendo la salud por la práctica del ejercicio físico pero sobre todo fortalecen valores como la amistad, la solidaridad y el sentido de pertenencia.

Las posibilidades que brindan los juegos tradicionales son múltiples dentro del ámbito educativo incluye un aspecto importante para la educación y desarrollo de los niños. Teniendo en cuenta que son juegos que tienen su origen en tiempos muy remotos, esto "asegura que encontremos los mismos en todas las generaciones y culturas. De esta forma, estamos frente a una vía de acceso a la cultura local y regional y aún de otros lugares, a través de la cual se podrán conocer aspectos para comprender la vida, costumbres, hábitos y otras características de los diferentes grupos étnicos. A través de estos juegos se conocen las historias propias y ajenas, acercando también a las generaciones.

El juego como elemento de formación y reflejo de la personalidad

Precisamente, una de las vías de que dispone la escuela para desarrollar en sus educandos valores y cualidades de la personalidad es el juego, el cual constituye la primera forma de aprendizaje de la vida en colectividad. El respeto a las normas y otros elementos del juego van creando en el niño las condiciones necesarias para su pleno desenvolvimiento social. (Alfaro Torres, 2003)

En tal sentido Lavega se expresa así: “En ese complejo universo de relaciones y de manifestaciones socioculturales, el juego ha de entenderse como una realidad que a pesar de su intrascendencia, gratuidad y espontaneidad, aparece como un espejo revelador de sus protagonistas. La persona cuando juega verdaderamente, es decir, cuando participa de una práctica lúdica reglamentada olvidándose de todo el resto de actividades racionales y serias que constituyen parte de su vida cotidiana más formal, acostumbra a mostrarse tal como es, sin usar máscaras ni vestimentas artificiales más propias de otros escenarios más serios. El lenguaje del juego universal y a la vez singular en cada geografía y época histórica muestra en cada momento la combinación de la ontogénesis con la filigénesis lúdica, ya que si cada individuo es capaz de inventar o improvisar una aventura lúdica original, ésta se apoya en los cimientos de la evolución de todo lo que ha venido generando el colectivo humano al que pertenece.” (Lavega Burgués, 1996)

Las diferencias se basan también desde el ángulo en que se esté estudiando el fenómeno lúdico. Así por ejemplo, desde el estudio antropológico “el juego es una actividad en la que no sólo se proyectan cosmovisiones colectivas bien establecidas, sino que además, refiere a otros mundos posibles en lo simbólico, expresivo e imaginario”, como lo expresa Ana María Dupey en su reciente publicación (Dupey, 1998). Así para la psicología evolutiva el juego es visto como parte del desarrollo evolutivo del niño que se manifiesta en las diferentes formas de expresión lúdica. Para el psicoanálisis el juego es una instancia intermedia entre el inconsciente y el conciente, entre principio de realidad y principio de placer. La pedagogía ve en el juego un instrumento para transmitir conceptos, valores, conocimientos diversos. Para la fenomenología, el juego es un fenómeno original, poniendo el acento en el carácter libre del objetivo del juego. El juego está presente en mayor o menor grado, en muchos aspectos de nuestro modo de vida, y en la configuración misma de nuestra personalidad. Los juegos contribuyen a la salud y desarrollo de cualidades físicas, afectivas, sociales, intelectuales en el niño (en la persona), e inciden sobre el ambiente y la vida del propio grupo: es un estímulo global. A todos nos gusta probar nuestras fuerzas o habilidades, comunicarnos, aventurarnos. El juego además de ser reconocido por su valor educativo, no lo olvidemos, es amigo íntimo del placer gratuito y del esfuerzo improductivo (y querido).

La importancia del juego en la educación es grande, pone en actividad todos los órganos del cuerpo, fortifica y ejercita las funciones psíquicas. El juego es un factor poderoso para la preparación de la vida social del niño; jugando se aprende la solidaridad, se forma y consolida el carácter y se estimula el poder creador. En lo que respecta al poder individual, los juegos desenvuelven el lenguaje, despiertan el ingenio, desarrollan el espíritu de observación, afirma la voluntad y perfeccionan la paciencia. También favorecen la agudeza visual, táctil y auditiva; aligeran la noción del tiempo, del espacio; dan soltura, elegancia y agilidad del cuerpo. Además de ayudar al desarrollo del colectivismo y la solidaridad. La aplicación provechosa de los juegos posibilita el desarrollo biológico, psicológico, social y espiritual del hombre. Su importancia educativa es trascendente y vital. Sin embargo, en muchas de nuestras escuelas se prepondera el valor del aprendizaje pasivo, domesticador y alienante; no se da la importancia del caso a la educción integral y permanente. Tantas escuelas y hogares, pese a la modernidad que vivimos o se nos exige vivir, todavía siguen lastrados en vergonzosostradicionalismos.

Frente a esta realidad, el nivel de organización escolar cubano, que emana del modelo de Educación Socialista y surge como un producto del sólido cambio social que se produce en la sociedad cubana a partir de enero de 1959, facilita y garantiza las condiciones necesarias para llevar a cabo investigaciones como la que en este caso nos ocupa. Froebel, creador de jardines de infantes, ha sido uno de los pioneros en este tema, integrando el juego dentro del ámbito escolar, y permitiendo así que los niños jugaran dentro de la escuela, jueguen con objetos para aprender conceptos y desarrollen habilidades. Otros autores como Dewey, Montessori, Decroly, desarrollan otras posturas integrando también el juego dentro del campo educativo. Si consideramos el juego como un fenómeno inherente al hombre, y mucho más, del niño, si tenemos en cuenta que el juego es uno de los primeros lenguajes del niño y una de sus primeras actividades, a través del cual conoce el mundo que lo rodea incluyendo las personas, los objetos, el funcionamiento de los mismos y la forma de manejarse de las personas cercanas, no podemos excluir el juego del ámbito de la educación formal. Claro que aquí tendremos que tener en cuenta algunos aspectos como, que la escuela no es el mismo espacio que el hogar o un lugar de juego abierto como puede ser el barrio donde los niños se encuentran a jugar en sus horas libres.

Esto ocasiona en muchas oportunidades “dudas” y “temores” por parte de las personas responsables en cuanto a la inclusión del juego en la escuela, cuestionando diferentes puntos como pueden ser la eficacia en el aprendizaje, el posible desorden y desborde del grupo y la supuesta “pérdida de tiempo” como ejemplo. Pero contrario a esto, el aprendizaje a través de situaciones lúdicas es mucho más enriquecedor. Por otro lado, son múltiples las posibilidades educativas y de aprendizaje que brinda el juego libre y espontáneo, elegido y organizado por los mismos niños sin necesidad de intervención de un adulto.

Características propias de los juegos para niños

  • Son jugados por los niños por el único placer de jugar.
  • Responden a necesidades básicas de los niños.
  • No requieren mucho material ni costo.
  • Son simples de compartir.
  • Se pueden realizar en cualquier momento y lugar.
  • A cada juego se le pone la imaginación del niño que lo juega.

Juegos tradicionales infantiles

El baile de la silla

Juego el baile de las silla: Consiste en que un grupo que se colocan alrededor de un numero de sillas que son una menos que el numero de niños total que juega. Empiezan a andar bailando, alrededor de las sillas al son de la música que alguien se encarga de apagarla y ponerla. La gente se pone a dar vueltas alrededor de las sillas cuando se apaga la música, los niños deberán sentarse, el que se quede sin silla será eliminado, así hasta que solo quede uno que será el que gana.

El baile de la escoba

Juego el baile de la escoba: Los niños debe colocarse en circulo, al compas de la música se van pasando una escoba, hasta que uno que se apague la música, y el que se que se quede con la escoba cuando se detenga la música, será eliminado hasta que solo quede uno que es el ganador.

Carrera en saco

Carreras de sacos: Para jugarlo se necesita un amplio espacio llano y despejado. El juego consiste en una carrera en que los participantes corren introducidos en un saco, de yute o de nilón, que les cubre las piernas y que sujetan con las manos a la altura de la cintura o del pecho. Gana quien alcanza primero la llegada sin salir del saco, que dificulta el libre movimiento de las piernas al concursante que intenta avanzar.

Juego de los papalotes

Juego de papalote: Durante los días en que la brisa sopla con más fuerza, sobre todo en la época marcada de la efímera etapa invernal, niños de ambos sexos, en compañía o no de adultos, se dan a la agradable ocupación de empinar papalotes en parques u otras áreas descubiertas de estas urbes. Existen algunos pocos más modestos que sus congéneres, carentes de una estructura tan armoniosa y sólida, así como de tan eficientes materiales para su confección, los que los niños suelen denominar simplemente como chiringas.

La gallinita ciega

Juego de la La gallina ciega: Un jugador en el centro del terreno de juego, y con los ojos vendados, es la gallina ciega. Pregunta, respuesta y órdenes se intercambian entre la gallina y el resto de los jugadores, que se hallan dispersos y a su alrededor.
Son los propios jugadores los que, agarrando a la gallina, le obliga a dar las tres vueltas con la del revés. A partir de ellas, la gallina emprende la persecución. Los jugadores pueden tocarla, pero aquél a quien ella toque será el niño que la sustituya. Juego de colocarle la cola al burro: Consiste en dibujar un burro y con los ojos vendados intentar colocarle al animal la cola en su sitio, con ayuda de los compañeros, que le indicarán. Se inicia el juego eligiendo a suertes un participante que, con los ojos vendados, debe colocar la cola al burro tras haberle dado varias vueltas sobre sí mismo para desorientarle. Los participantes estarán divididos en dos grupos o equipos, y, mientras uno coloca la cola, el resto del equipo le orienta indicando: arriba, a la izquierda, a la derecha, etc.. Gana el equipo que menos tiempo tarda en colocar correctamente la cola al burro.

Ponerle la cola al burro
Juego de trompos

Juego de trompos: Está realizado con una pieza de madera dura en forma cónica (de pera) con una punta de metal (pico, púa o rejón) sobre el que se lo hace girar. Para lograr que el trompo gire, se enrolla un piolín o cordel desde la púa hacia la espiga, y luego se lo lanza al trompo al suelo con un movimiento brusco, sosteniendo el piolín desde el cabo que quedó sobre la espiga. Así se desenrosca al llegar al suelo, y comienza un movimiento giratorio sobre la púa, con un ritmo y duración que varían según el tipo de trompo, el impulso que se le haya dado, y la superficie sobre la que está "bailando". Luego comienza a inclinarse hacia los costados, hasta que pierde su movimiento, y se expresa que el trompo está "muerto".

Enlaces externos

Fuentes

  • Alfaro Torres, Rolando (2002) Juegos cubanos. Casa Editorial Abril. Ciudad de La Habana. 2002. 182p.
  • Barbón Forbes, Raymer (2007) Sistema de juegos tradicionales del barrio Versalles de la ciudad de Cárdenas. Tesis para optar por el título de Licenciado en Cultura Física. Facultad de Cultura Física. Matanzas. 61p.
  • Watson Brown, Herminia (2008) Teoría y práctica de los juegos. Editorial Deportes. Ciudad de La Habana.
  • Devis, J. y Sánchez, R. (1996). “La enseñanza alternativa de los juegos deportivos: antecedentes, modelos actuales de iniciación y reflexiones finales”. Murcia.
  • Dupey, A. (1998). Los secretos del juguete. Instituto Nacional de Antropología. Buenos Aires.