Justina Laurena Ford
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Justina Laurena Ford fue una médica estadounidense. Fue la primera doctora afroamericana con licencia en Denver, Colorado y practicó ginecología, obstetricia y pediatría desde su casa durante medio siglo.
Síntesis biográfica
Justina Laurena Ford nació en Knoxville, Illinois el 22 de enero de 1871, la niña que se convertiría en la primera y única doctora de Denver, Colorado en las primeras décadas del siglo XX. Su madre Melisia Warren había actuado como enfermera práctica para otros esclavos y sostenido a la familia con su práctica en su vecindario de Illinois.
Justina acompañaba a su madre en sus rondas vecinales y desde muy pequeña aspiraba a ser médica. Su madre apoyó este sueño y otros miembros de la familia la ayudaron económicamente cuando se inscribió en el Hering Medical College de Chicago, una escuela de medicina homeopática. Justina se casó con el reverendo Dr. John Elijah Ford en 1892 cuando aún estaba en la escuela. Al graduarse en 1899 estableció su práctica en Chicago, pero su esposo fue llamado a la Iglesia Bautista Zion de Denver en 1900 y ella lo siguió en 1902.
Los registros del censo de 1910, 1920 y 1930 muestran que ella era la única doctora de Denver. Como mujer y afroamericana inicialmente se le negó una licencia médica. Después de recibir su licencia los hospitales del área le negaron el acceso a ella y a sus pacientes. También se le negó la membresía en la Sociedad Médica de Denver, la Sociedad Médica de Colorado y la Asociación Médica Estadounidense.
Debido a que no tenía privilegios hospitalarios, la Dra. Ford se especializó en medicina general y trató a las personas en su consultorio o en sus hogares. La mayoría de los pacientes acudían a ella para chequeos, enfermedades menores y atención obstétrica. Al final de su vida estimó que había dado a luz a unos 7.000 bebés durante sus cincuenta años de carrera.
Cuando la Dra. Ford murió el 14 de octubre de 1952 en Denver, Colorado, los pacientes de todas las razas y religiones la conocían ampliamente. Aprendió varios idiomas lo que le permitió comunicarse con los pacientes en su lengua materna y su generosidad fue legendaria. La Dr. Ford nunca presionó a las familias para que le pagaran y a menudo compraba comida o carbón para aquellos que no podían pagarlo. Aunque hace más de cincuenta años que se fue la comunidad se ha asegurado de que su memoria siga viva.
El Salón de la Fama de las Mujeres de Colorado la incorporó en 1985, la Sociedad Médica de Colorado la designó pionera médica en 1989 y en 1984 su casa y oficina en la calle Arapaho cuya demolición estaba programada para la ciudad, se trasladó a su ubicación actual en la calle California donde sirve como el hogar del Museo y Centro del Patrimonio del Oeste Americano Negro. Una escultura de bronce se encuentra al otro lado de la calle en memoria de su dedicado servicio comunitario.
