Kawésqar (etnia de Chile)

Kawésqar (etnia chile)
Información sobre la plantilla
Localización
País(es)Bandera de Chile Chile
Datos generales
IdiomaKawésqar
Población3448
Etnias relacionadasCalenches, taijatafes, yaganes, chonos
MúsicaOna

Los kawésqar son un pueblo originario de la zona austral de Chile, ya que en la zona austral de Argentina se han extinguido. Hasta mediados del siglo XX eran nómadas que recorrían en canoas los canales australes de la Patagonia occidental, entre el golfo de Penas y el Estrecho de Magallanes.

Hábitat

Vertiente occidental de la cordillera de los Andes, desde el Golfo de Penas al norte, hasta la Península de Brecknock (al suroeste de Tierra del Fuego) por el sur.

Entre la península de Taitao y el Estrecho de Magallanes, por los canales y fiordos en que se quiebra el paisaje austral, vivían los Kawéskar -mal llamados alacalufes por muchos estudiosos-, siempre arriba de su hallef (canoa), recorriendo lugares donde hubiera abundancia de mariscos o donde se pudiera cazar lobos marinos o huemules. Los campamentos que instalaban en lugares abrigados de la costa eran precarios, compuestos de chozas de armazón de ramas cubiertas de cuero de lobo. En un medio geográfico tan difícil, con fuertes y constantes lluvias, bajas temperaturas y canales de aguas traicioneras, la estructura social era muy precaria. Agrupados en pequeñas bandas, éstas sólo se reunían con ocasión de una ballena varada o de alguna caza excepcionalmente abundante. La grasa animal era parte fundamental de su dieta alimenticia, que se complementaba con el consumo de mariscos recogidos por las mujeres.

La cultura Kawéskar poco pudo hacer frente al contacto con las tripulaciones de los barcos y los chilotes que se aventuraban por los canales australes para cazar lobos marinos. El establecimiento de un puesto naval en Puerto Edén -en la isla Wellington- a fines de los años treinta aceleró más aún la desintegración social producto de las enfermedades y la progresiva aculturación. Radicados en Puerto Edén viven hoy los descendientes de los Kawéskar.

Los Kawéskar creían en un ser supremo llamado Xolas, creencia religiosa que se asemeja a las de sus vecinos Selk'nam, Yámanas y Aónikenk. Practicaban el chamanismo, así como también ceremonias de iniciación a la pubertad (kálava) y ceremonias secretas masculinas (yinchihawa). Sin embargo, cuando entre 1946 y 1948 los visitó el etnólogo francés Joseph Emperaire, el imaginario religioso Kawéskar estaba dominado por Ayayema, el espíritu maléfico de los pantanos que controlaba las tormentas y se llevaba a los hombres a su reino de muerte y podredumbre.

Cultura

La música Ona, componente importante de la cultura, fue grabada por primera vez gracias a Charles Wellington Furlong. Es muy simple y melódicamente limitada, donde el componente protagonista es la voz. No existen instrumentos musicales, aunque en algunas ceremonias acompañaban el canto con atronadores ruidos producidos por el golpe del suelo con los pies.

Algunas de las formas musicales más frecuentes, eran: la canción para las curaciones, que interpretaba el médico brujo o kon; y la interpretada en la ceremonia secreta del Kloketen, en la que participaban sólo hombres y que duraba varias semanas.

El presente registro corresponde a una grabación realizada en diciembre de 1907, cerca del canal Beagle, región de Magallanes.

Creencias religiosas

Yámanas, Selk'nam, Aónikenk y Kawéskar compartían ciertas características comunes en sus creencias y ritos religiosos. De acuerdo a las investigaciones etnográficas realizadas por el sacerdote de la Congregación del Verbo Divino Martín Gusinde, los cuatro pueblos creían en un ser supremo, al que denominaban Watauineiwa, Timaukel, Kooch y Xolas, respectivamente. Creador del mundo, esta divinidad celeste no tenía rasgos omnipotentes ni omniscientes como el Dios cristiano y dejaba el manejo del mundo a espíritus de rango medio o héroes fundadores como Elal, ancestro mítico de los Aónikenk.

Todos los pueblos australes practicaban ritos de paso bastantes complejos, destacando los rituales funerarios de gran complejidad, como sucedía con los Kawéskar, y los rituales de iniciación a la pubertad. Estos últimos eran ceremonias en las que se reunía a todos los adolescentes en una gran cabaña construida para la ocasión, haciéndoles pasar duras pruebas y enseñándoles las tradiciones de los antepasados. Este ritual, denominado Chéjaus por los Yámana y Hain por los Selk'nam, tenía características bastante especiales. En ellos se relataba a los jóvenes iniciados, los tiempos míticos en los que los hombres estaban sometidos a las mujeres, y cómo se impusieron sobre éstas tras descubrir el engaño y asesinar a todas las mujeres adultas. Desde entonces, los hombres tomaron el control de la sociedad ocultando a las mujeres la existencia pretérita del matriarcado, relato que sólo era revelado a los jóvenes en su rito de iniciación a la edad adulta. Durante la ceremonia, los hombres adultos se disfrazaban de espíritus ahuyentando a las mujeres de la cabaña de los jóvenes y aterrorizándolas.

Fuentes