La costilla de Adán (Película)

La costilla de Adán
Información sobre la plantilla
Comedia romántica, Clásicos del cine | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
101  min
Otro(s) nombre(s)Adam's Rib
Estreno1949
GuiónRuth Gordon, Garson Kanin
DirectorGeorge Cukor
Dirección de FotografíaGeorge Folsey (Blanco y Negro)
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

La costilla de Adán (Filme). Es una de las películas exponente de ese subgénero de la comedia americana que aborda con ingenio y chispa la denominada "batalla de sexos" en el campo matrimonial, en este caso con trasfondo judicial y social y un tacto sofisticado y literario.

Sinopsis

Amanda y Adam Bonner son un idílico matrimonio de abogados cuya paz conyugal se ve afectada cuando se enfrentan en el tribunal como fiscal y defensor, respectivamente, del mismo caso: una mujer es juzgada por disparar contra su marido y la amante de éste. Adam no duda en la culpabilidad de la acusada, pero Amanda basa su defensa en la igualdad de derechos.

Reparto

Premios

  • 1950: Nominada al Oscar: Mejor historia y guión

Críticas

Viva la diferencia

La diferencia entre una buena comedia como es el caso y simplemente una película divertida o entretenida es justamente el punto.

El Almodóvar americano, por aquel maniroto tópico de director de actrices, nos brinda una lista de divertidas e inolvidables secuencias sobre la base de una poderosa actuación con bastante química del dueto protagonista.

Spencer Tracy un actor instintivo, aunque falto de recursos da réplica a una talentosa Katherine Hepburn haciendo casi de sí misma, esto es, convertida en adalid de la igualdad de los sexos, si bien Cukor expone el tema rozando por momentos una grotesca demagogia, quizá expoleado por los tejemanejes de la pareja de guionistas, Garson Kanin y Ruth Gordon. Parece ser que aquí se respira química por todos los poros.

Si bien los hechos narrados están construídos sobre situaciones caricaturescas, o más bien debiéramos decir tal vez , pamplinadas, desde la secuencia inicial donde vemos a una timorata esposa despechada presa de los nervios, intentando desquitarse con un revolver y sus instrucciones, pasando por un pegajoso vecino sacando de quicio al ayudante del fiscal (y no precisamente porque comportara un peligro real para su esposa, ya que se supone que dicho personaje era una especie de alter ego del genial Cole Porter, por cierto no tan genial con esta esmirriada canción para salir al paso que nos brinda en esta ocasión) hasta en pleno juicio una miembro del jurado levantando en volandas y por los tobillos a todo un rudo Tracy.

El resultado final es una secuencia de minutos de cinta de lo más agradable para los sentidos.

Para deleitarse con una deliciosa comedia de siempre. Un clásico con un final de clásico.

Con Eva llegó el escándalo

Lo que más llama la atención en esta película es como el pobre Spencer Tracy soporta estoicamente las mil y una humillaciones a que es sometido por parte de su esposa Catharine Hepburn. Tanto en privado como en público la Hepburn somete a Tracy a todo tipo de humillaciones a cada cual más lamentable convirtiéndolo en un hazmerreír y un pelele.

Es en este aspecto donde el personaje de Spencer Tracy sorprende al espectador acostumbrado a verlo no tan dócil ni sumiso, sino más bien reaccionario e indomable. El cine ha dado magníficas parejas en muchas de sus películas. El dúo Spencer Tracy -Katharine Hepburn y la química de los 2 en “la costilla de Adan” parece que convence tanto a la crítica como al público formando una de las parejas más famosas del cine.

El film comienza con una escena de intento de asesinato que provoca hilaridad e lugar de dramatismo. Es sonrojante la manera tan desafortunada en que está filmada esta escena tan crucial en el desarrollo de la historia que se cuenta y que es de todo menos realista. A esto ayuda en gran medida el personaje que es víctima del intento de asesinato; un marido infiel y maltratador pero que sin embargo parece el protagonista carismático y pendenciero salido de una comedia de Billy Wilder.

George Cukor era homosexual, Catharine Hepburn fue una gran actriz. La más premiada hasta la fecha por Hollywood (4 oscar). Spencer Tracy el hombre cuya cara se parecía a la puerta de un granero (según el mismo). Quizás no parezca extraño que una película de los 50 como ésta, en lugar e acercar posturas entre uno y otro sexo, las distanciase irremisiblemente, soliviantando al espectador más conservador ante el cariz que toman las cómicas y otras no tan cómicas escenas de “La costilla de Adan”.

El humor negro sobrevuela el film desde el comienzo hasta su final, y es en estas situaciones que no son lo que parecen en un principio donde el Adan interpretado magistralmente por Spencer Tracy resulta más patético e inofensivo de lo que uno habría imaginado.

Lo mejor de esta película; la música de Miklos Rozsa ,que es estupenda( como casi todas las obras de este compositor.)

Pelea en broma

La costilla de Adán, que en las fechas de su estreno pudo ser una comedia con un puntito de acidez y unos brochazos críticos del machismo, ha quedado con el paso de los años en una comedieta edulcorada para mayor gloria de la pareja protagonista, a pesar de las trampillas finales del ilustrado macho.

Los tiempos no pedían igualdad generalizada para la mujer y Cukor no hace ningún alegato serio en su película; sólo demuestra que hay mujeres que pueden realizar los mismos trabajos que los hombres pero queda patente en el desarrollo de la cinta que es de manera excepcional. Spencer Tracy y K. Hepburn juegan a interpretarse a sí mismos y a su correctísimo amor adúltero en la vida real. A pesar de algunos ingeniosos diálogos y buenas interpretaciones de algunos secundarios, para mi gusto, se ha quedado un poco ñoña.

Los hombres también son capaces de llorar

Entretenida y graciosa película del tándem Tracy-Hepburn, bajo la dirección de George Cukor, ese "director de actrices". Nunca ha sido santo de mi devoción este director, en eso estoy de acuerdo con la enciclopedia de cine de Bertrand Tavernier, pero hay que reconocer que hacía películas para pasar un buen rato.

Un guión aceptable del tándem Kanin-Gordon, pero podría haberse conseguido algo más. Grandes escenas (me quedo con el primer plano de Spencer Tracy cuando echa a llorar), pero también chistes demasiado facilones y sobreactuación actoral para intentar sacar alguna carcajada forzada. No obstante, la idea de partida es muy original y con una puesta en escena correcta (toda la película transcurre entre el juzgado y la casa del matrimonio), pero demasiado forzada y acelerada. Con buenos y graciosos diálogos, pero una trama previsible. En definitiva, una película para pasar un buen rato entre amigos, pero para poco más a mi gusto.

Fuentes