La cruz del diablo (libro)

La cruz del diablo
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Autor(a)(es)(as)Gustavo Adolfo Bécquer
Editorial:Libros del Zorro Rojo
ISBN9788416799268


La cruz del diablo es un libro relatado por Gustavo Adolfo Bécquer, libro que está apoyado en una leyenda, publicado en 1860. La novela narra el origen de una cruz ubicada en las cuevas de Bellver. Aquí Bécquer cuenta la crónica de un hombre malvado, que después de su muerte hace pacto con el diablo, para poder seguir rotando la tierra, pero en el desenlace la multitud de un pueblo terminan derrotándolo y recuperando la tranquilidad con la que ellos tiempo atrás habían vivido.

Trama

Mientras visita las cuevas de Bellver, un turista decide preguntarle al guía el origen de la cruz emplazada en ese lugar. Éste le cuenta la historia de aquella cruz, que supuestamente estaba maldita. Resulta que el señor del Segre iba matando a la gente que estaba en contra de él. Era famoso por su crueldad y sobre todo por su armadura. A tal personaje lo mataron y esta armadura cobró vida propia. La llevaron al juicio y le dijeron que se quitara la armadura. Al final le levantaron el casco y para sorpresa de los allí presentes, la armadura estaba completamente vacía. La llevaron al calabozo y el alcaide, que no se creía lo sucedido, entró en su celda y esta le atacó y se escapó. La volvieron a coger y la quemaron y fundieron en la hoguera, mientras se escuchaban gritos de dolor. De esta forma la armadura se convirtió en la Cruz del Diablo, situada en la colina del municipio de Bellver.

Resumen

Todo comienza con la crónica de un señor feudal, quien era habitual por todo el pueblo por ser un sujeto repugnante y sin corazón. Toda la multitud del pueblo vivía atemorizada por este mal hombre. Un día decidió incorporarse a un grupo de religiosos, quienes harían una expedición a la tumba de Jesucristo. Y dicho así se marchó, pero antes dejo vendidas sus tierras y pertenencias del pueblo. Él se marchó, y todo el pueblo celebro que el señor feudal se había marchado del pueblo. Pero la multitud no contaban con que el señor feudal, después de su expedición por la tumba de Jesucristo, decidió regresar al pueblo, ya que no tenía otro lugar donde vivir.

A su regreso al pueblo, las personas se aterrorizaron otra vez, puesto que sus días de paz habían terminado, ya que el señor feudal llego para reclamar sus pertenencias que había vendido. Pero la multitud del pueblo cansada del abuso del señor feudal, eligieron ponerse en contra y comenzaron una pelea entre ellos y el señor feudal, pero su mala suerte término ganando la pelea el señor feudal. Este hecho fue la gota que derramo la copa, la multitud muy irritantes eligieron sumarse para atacar a lo largo de la noche el catillo del feudal para cobrar venganza por lo cual les había hecho. Todo el pueblo llego a lo largo de la noche al catillo del señor feudal, todos armados y completados para la guerra que desatarían. La multitud del pueblo entró por la fuerza y sin previo aviso, logrando matar al señor feudal y a sus trabajadores.

Solo el pueblo pudo recobrar la paz que tiempo atrás había perdido. Todo parecía marchar bien, hasta que una noche paso algo extraño, en el castillo abandonado del difunto señor feudal, se han comenzado a ser notarias unas luces que llamo la atención del pueblo, desde ese día, comenzaron a manifestarse animales muertos, otros robados y también hombres asesinados, sin ninguna explicación. La multitud del pueblo llegó a únicamente una explicación y era que una banda de maleantes se había instalado en el abandonado catillo del señor feudal, y que desde el castillo realizaban sus fechorías, utilizando las viejas armas y armaduras que el señor feudal había dejado en el castillo.

La indecisión del pueblo crecía cada vez más frente las recientes visualizaciones de muertes. Para su buena suerte un día lograron atrapar a uno de los correspondientes de esa banda, al cual aprensaron y forzaron a que les dijera toda la verdad sobre esa banda y quien era el jefe que la lideraba. Entre tanta amenaza al joven confeso toda verdad y mencionó que eran un grupo de jóvenes maleantes que vivían de lo que encontraban en la calle y que habían tomado el castillo como su centro de reuniones y como un refugio para vivir. El capturado les informó que instantes después de haberse instalado en el castillo del difunto señor feudal, apareció un hombre vestido con una armadura muy fornida y al no tener un líder en la banda lo nombraron como su jefe, ya que era un hombre muy sin corazón, malo e insensible. Que después de un tiempo de obedecerlo, seguían sin comprender quien era, ya que no hablaba lo muy como para conocerlo, no comía y ninguna espada podía atravesarlo, lo único que le interesaba era matar. La multitud al saber lo que estaba pasando, eligieron ayudar por asistencia con un ermitaño para poder solicitar consejos de que realizar, para omitir más muertes. Así que el ermitaño les mencionó que debían realizar una oración, la cual tiempo atrás San Bartolomé había rezado para poder vencer al diablo.

Un día se encontraron frente aquel hombre con la armadura, entre toda la población lograron atarlo de manos y pies, y cuando intentaron comprender quien era aquel hombre malvado, le sacaron la visera, y para su sorpresa, la armadura estaba vacía y rápidamente la armadura se desplomo en trozos. Los pobladores quedaron perplejos y otra vez acudieron al ermitaño, para contarles lo que pasó, así que él les sugiero que encerraran la armadura, y el día que eligieron encerrar la armadura, el alcalde del pueblo les confeso que la armadura se había escapado. Y otra vez la lograban atrapar y así se volvía a huir. Hasta que se percataron de que era el espíritu malvado del señor feudal.

El alcalde del pueblo les sugiero que mejor fundieran la armadura y que la convirtieran en una cruz, la cual debían detectar en media montaña. Para que la armadura no cobrara vida otra vez. La multitud siguieron el consejo, la fundieron y la convirtieron en una cruz, solo así lograron recobrar la paz de aquel lugar. Dado los hechos que se presenciaron, eligieron nombrarla, la cruz del diablo.

Personajes

  • Bécquer: Narrador de la historia, quien interviene en primera persona. Pretende contar una historia verdadera, cuyo epígrafe dice: “Que lo creas o no me importa bien poco. Mi abuelo se lo narró a mi padre, mi padre me lo ha referido a mí, y yo te lo cuento ahora, siquiera no sea más que por pasar el rato”.
  • El señor feudal. Era un hombre malvado el cual distribución su alma al diablo y que en el desenlace su armadura donde él se representaba fue fundida y transformada en una cruz.
  • El hombre ermitaño. Era un sujeto de buenas prácticas, que asistencia al pueblo a través de sus consejos a poder vencer al espíritu de la armadura.
  • El alcaide. Quien al querer husmear la armadura, esta se escapa, y era la persona que les aconseja a los del pueblo que sería mejor fundir la armadura y realizar una cruz.

Relación con otras obras

La leyenda no parece tener un origen determinado. La afición de Bécquer por los relatos folclóricos y su aprovechamiento para la narración literaria de orden fantástico se hace cada vez más patente. En La cruz del valle, zarzuela en la que colaboró el autor, hay un acercamiento a tradiciones populares cercanas. Entre los temas que aborda, está el conflicto y la protección, además de hacer referencia a autores encadenados. La película La cruz del diablo, de John Gilling, está basada en esta leyenda, de la que toma el nombre, y en El monte de las ánimas y El miserere, también de Bécquer.

Fuentes

Bécquer, G. A. (2007). La cruz del diablo. España: Libros del Zorro Rojo.