La influenza de los años 20 en Mariel

La influenza de los años 20 en Mariel
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Descripción de los hechos sucedidos en Mariel Cuando la población comenzó a contraer la Influenza en los años 20.
PaísBandera de Cuba Cuba

La influenza de los años 20 en Mariel.Descripción de los hechos sucedidos en Mariel Cuando la población comenzó a contraer la Influenza en los años 20.

Descripción

Una vez terminada la Primera Guerra Mundial (1918) aparecieron distintas epidemias en el país. Mariel no fue la excepción, fiebres fuertes, malestar de todo tipo, dolores en los huesos, decaimientos y otros molestos síntomas se hicieron sentir en los maltrechos cuerpos de los afectados. No conocemos si verdaderamente fue por prescripción facultativa o por ideas de las personas, curanderos u otro origen, el asunto fue que en Mariel se generalizó la noticia de que lo único que contrarrestaba esa enfermedad era la Ginebra. Esto fue una gran noticia para los que les gustaba empinar el codo, porque ahora tendrían un motivo de peso para hacerle compañía al dios Baco, visitando con mayor frecuencia y tiempo los diferentes bares con los que contaba el municipio.

Problemas que trajo consigo

Lo peor de todo fue que personas que nunca habían ingerido bebidas alcohólicas comenzaron a adquirir esa costumbre con el supuesto objetivo de prevenir la enfermedad, apareciendo por todos lugares docenas de nuevos borrachos independientemente de la hora del día que fuera, aunque se incrementaba la cantidad en horarios nocturnos, deambulando en todas direcciones, unos con buenos modales y hasta cómicos y otros no tan mansos que provocaban riñas y constantes altercados con otros tomadores o con no tomadores que preferían contraer la enfermedad a un antídoto tan espectacular.

La población ante tal evento

La población, siempre ocurrente y dicharachera, comenzó a llamar a los borrachos de la época "borrachos de la influenza", llegando a tal punto el desorden que la Guardia Rural y la Policía tuvieron que habilitar patrullas toda la noche para evitar riñas debido a la cantidad de personas que asistían a los bares y cafeterías desde que oscurecía hasta el cierre de estos establecimientos a las 12 de la noche. De estas personas, unas dejaron el vicio cuando pasó la enfermedad, pero otros nunca más lo abandonaron por si acaso regresaba nuevamente la influenza. De lo que si se está seguro es que los dueños de bares y cafeterías eran los únicos que no querían que terminara la enfermedad.

Fuentes

  • Tomado del Escrito original de Juan Antonio Pérez Rivero y publicado en homenaje al 95 aniversario de su natalicio el 22 de octubre. Corregido y ajustado por Manuel Ángel Sánchez Marrero y Edel Mayol Bersach.
  • Artículo tomado del Grupo creado y gestionado por Edel Mayol Bersach, Historiador de Mariel.