La llave de Sarah (Película)

La llave de Sarah
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Drama |
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Adaptación cinematográfica de la novela francesa del mismo nombre
Estreno29 de diciembre de 2010
GuiónSerge Joncour, Gilles Paquet-Brenner
DirectorGilles Paquet-Brenner
Producción GeneralStéphane Marsil, Gaetan Rousseau
Dirección de FotografíaPascal Ridao
RepartoFréderic Pierrot (Bertrand Tezac), Kristin Scott Thomas (Julia Armond), Michel Duchaussoy (Édouard Tezac), Niels Arestrup (Jules Dufaur


La llave de Sarah.Francia, 2010. Adaptación cinematográfica de la magnífica novela homónima de Tatiana de Rosnay del mismo nombre

Sinopsis

Julia Jarmond es una periodista americana afincada en París desde hace varios años. Su último encargo es un artículo relacionado con uno de los sucesos más oscuros de la historia francesa: la redada nocturna de 1942 en la que fueron arrestadas multitud de familias judías. La investigación provocará un terremoto emocional en la vida de Julia, sobre todo cuando descubra la terrible historia de la pequeña Sarah y la posible relación de este suceso con la familia de su actual marido, Bertrand Tézac. Basada en la novela de Tatiana de Rosnay, "La llave de Sarah" es un drama que camina entre dos épocas para mostrar las consecuencias del Holocausto, tanto en el pasado, como en el presente. La película ha sido co-escrita y dirigida por Gilles Paquet-Brenner, un realizador de origen judío que se siente especialmente sensibilizado con el tema y con los sucesos acaecidos esa noche parisina de 1942. De hecho, Paquet-Brenner ha conseguido ser el primer director en rodar en el museo-monumento al Holocausto de París. Kristin Scott Thomas (Una familia con clase, Partir) es una periodista que se ve seriamente afectada por una investigación, mientras que Mélusine Mayance (Ricky) es la clave del pasado que le hace replantearse su presente. En las imágenes que basculan entre la actualidad y la época de la Francia ocupada, también encontramos a Frédéric Pierrot (Háblame de la lluvia), Niels Arestrup (Un profeta) y Aidan Quinn (Nueve vidas). "La llave de Sarah" fue la encargada de clausurar el Festival de San Sebastián 2010.

Personaje de Sarah

Es el personaje de Sarah una cuestión digna de mención, ya que si bien Melusine la interpreta de una manera recordable por su dramatismo y su naturalidad, ese mismo personaje evoluciona y crece a lo largo de la película, pero todo lo que hace sólo es narrado, es decir, Sarah ya no hablará, sólo aparecerá, pero eso no impide una comunicación y empatía con ella durante el resto de la película.

La forma en la que Sarah y Julia se conectan, a través del tiempo y del guión, es una de las riquezas de esta cinta. Su vínculo es por objetos, por espacios, pero sobre todo por

Imagen de la película La llave de Sarah

emociones y sentimientos. Julia refleja muchos de sus temores y pensamientos en la figura que le representa Sarah. Julia quiere escapar de su vida a través de revivir y rescatar aquello que sucedió en el pasado. Tanto para Julia como para los espectadores, la esperanza es un sentimiento que no muere durante toda la película. Siempre existe ese factor de luz al final del camino, de bienestar pese a las tribulaciones de la vida, de negación ante la realidad ocurrida y también frente a la cotidianidad de nuestras vidas que opaca las verdaderas cuestiones importantes. Sarah y Julia tendrán que ir descubriendo si pueden o no con ello, y mientras tanto, nosotros, esperanzados, no quitamos el "dedo del renglón

Del guión

El guión respeta la estructura de la novela pues va alternando una y otra historia para unirse al final de la cinta. Asimismo la dirección no destaca por planos espectaculares ni por efectos visuales, pero sí las escenas son grabadas con una gran sensibilidad transmitiendo a través de primeros planos un gran sentimentalismo que lleva al espectador a estar con el corazón en un puño a lo largo de todo el metraje. Por otro lado, tanto Kristin Scott Thomas (Julia) como Mélusine Mayance (Sarah) hacen un trabajo espléndido porque han sabido captar la esencia de ambos personajes. La primera es una mujer madura que tiene que hacer frente a una gran carga emocional que le llevará a cambiar su vida, y Kristin expresa muy bien esa lucha interior. Por otro lado Sarah es una chica que lucha para sobrevivir y Mélusine sabe interpretar ese aspecto del personaje de Tatiana.

Similitudes

Tanto la novela como la película relatan dos historias que se entrecruzan, la de Julia Jarmond y la de Sarah. La primera es una periodista americana afincada en París a la que le ordenan investigar sobre la “Redada del velódromo de Invierno” un hecho que tuvo lugar en París en 1942 y que supuso el arresto de 12.884 judíos. Julia Jarmond se involucrará de manera personal en la investigación y que le llevará a cambiar su manera de vivir. Sarah es una chica judía que vivía en París la fatídica noche del 16 de julio de 1942, noche en la que ella y su familia fue arrestada, sin embargo, la inocencia de la niña le lleva a encerrar a su hermano en un armarito con la promesa de que volvería a sacarlo. Ambas historias estarán involucradas de una manera en la que Julia no sospecharía y que le llevaría a descubrir un secreto familiar.

Crítica

A colación de la candente cuestión de la amnesia histórica, de la irresponsable equidistancia frente a la memoria y el registro del pasado aleccionador,Giller Paquet-Brenner hurga en los fantasmas del Holocausto tocando un palo que, en el reciente pasado, el cine ha hollado con generosidad y comprensible existencia. Su peor hándicap es la tentación de las comparaciones; La llave de Sarah es otra, de tantas, reivindicación de las víctimas de la barbarie nazi sustentada en un promocionadísimo libro de Tatiana de Rosnay, tan best-seller y tan susceptible de transformarse en cine como El niño del pijama de rayaso. El lector, por ejemplo.

El director galo rescata del olvido en el que incurren por desidia las nuevas generaciones el trágico y tristemente célebre episodio del Velódromo de Invierno, la redada más salvaje efectuada contra los judíos en la Francia del régimen de Vichy en

Imagen de la película La llave de Sarah

julio de 1942, frecuentemente desplazada a los renglones marginales de la historia en favor de escenarios más mediáticos como los del frente polaco. "La llave de Sarah" es cine con impagable conciencia histórica, comprometido con el recuerdo y admirable en su vocación de antídoto contra la amnesia. Paquet-Brenner sujeta con aplomo las riendas del aparato, y esa es quizá la mejor baza de su película; es cine altamente emotivo pero no sensiblero e histriónicamente lacrimógeno. Dislocada en dos planos temporales confluentes, aquel que narra el horror cronístico del hecho y aquel otro que indaga en las pesquisas responsables de una periodista inasequible al desaliento que pretende alumbrar los rincones oscuros del caso, "La llave de Sarah" toca fibra sin cruzar la raya, eludiendo la tentación del gran discurso histórico, de la moraleja de saldo. El libreto abusa de los efectos del azar, de las casualidades cruzadas para tejer el vínculo, un tanto forzado, de los dos relatos paralelos, tirando de muletillas, de estereotipos con más frecuencia de la deseable, pero la intrínseca fuerza del conmovedor testimonio y la extraordinaria composición de la sistemáticamente espléndida Kristin Scott Thomas, actriz incomprensiblemente marginada por el cine anglosajón de primera línea, enmiendan la plana maquillando los desperfectos.

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