La política exterior e internacionalista de la Revolución Cubana (1976-1990)

La política exterior e internacionalista de la Revolución Cubana (1976-1990).
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La política exterior e internacionalista de la Revolución Cubana (1976-1990).

La política exterior de la Revolución estuvo inspirada en un conjunto de principios trazados por ésta, desde un comienzo, y desarrollados por los congresos del Partido. En ellos quedó reafirmada la posición internacionalista; la alianza inquebrantable que unía a los partidos, gobiernos y pueblos de la Unión Soviética y demás países del campo socialista con los de Cuba; el trabajo por la unidad de la comunidad socialista y el apoyo irrestricto al movimiento de liberación nacional de los pueblos del Tercer Mundo.

Política exterior cubana.

Como parte de los principios que animaban en esos años la política exterior cubana estás las relaciones con los países capitalistas, incluidas aquellas que se concentraron con los aliados de los Estados Unidos, basada siempre en el respeto mutuo, y que permitieron impedir que tuvieran éxito las presiones ejercidas por el gobierno de Washington para imponerles a los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), su política de bloqueo contra Cuba. Con respecto a las relaciones con los Estados Unidos, la política de Cuba, ha estado siempre sustentada en su disposición a resolver el diferendo histórico creado por las agresiones de los gobiernos norteamericanos, sobre la base del respeto a la soberanía e independencia del país.

La VI Cumbre del Movimiento de Países No Alineados.

La VI Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, que sesiono del 3 al 9 de septiembre de 1979, en la que Cuba asumió la presidencia de dicho movimiento. El evento demostró la fortaleza de principio –en esos años- de los No Alineados y su insuficiencia en su política internacional.

A pesar de los esfuerzos del imperialismo norteamericano por minimizar la importancia de la VI Cumbre y de obstaculizar su orientación antiimperialista, ésta la ratificó en su Declaración Final y en el modo de abordar los problemas existentes en el ámbito internacional. Brindó una valiosa contribución a la paz; se pronunció contra la opresión, el racismo y por alcanzar más altos niveles económico y social en los países del Tercer Mundo.

Ayuda internacionalista cubana a otros pueblos del mundo.

Durante el período se prestó una valiosa cooperación a los pueblos de Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Angola y Etiopía.

La ayuda de la Isla al movimiento de liberación nacional de África estuvo sustentada, entre otras razones, en la firme convicción de que podía triunfar por causes antiimperialistas. En algunos de ellos se apreciaba una fuerte influencia del socialismo. Se trataba de movimiento de gran arraigo popular. La solicitud de ayuda al país no se hizo esperar y Cuba –como en muchos otros casos- se hizo presente con su apoyo.

La ayuda a Angola y Etiopía requirió de una gran movilización de recursos humanos y materiales, que pusieron a prueba la organización militar que el país había adquirido y constituyeron una alerta al gobierno de los Estados Unidos acerca de los que les podría ocurrir en caso de una agresión a la Isla.

La movilización de las tropas se hizo sobre la base de dos principios inviolables: la voluntariedad e integridad política de los hombres y mujeres que conforman las unidades. Pero la más impresionante de esta operación fue el sentimiento y convicción internacionalista del pueblo cubano, nunca antes visto. Ciento de miles de cubanos, en particular jóvenes, se inscribían voluntariamente en los Comités Militares para expresar su deseo de cumplir cualquier misión que fuese necesario. Cuba vivió en esos años una fiesta de internacionalismo. Para cualquier cubano, haber combatido en Angola o Etiopia se convirtió en un orgullo especial, como antes lo había combatido en Angola o Etiopia se convirtió en un orgullo especial, como antes lo había sido el haberlo hecho en el Ejército Libertador o en el Ejército Rebelde.

En el cumplimiento de tan importante misión, a lo largo de esos años, más de cuatrocientos mil cubanos participaron en diferentes misiones; de ellos 2 077 ofrendaron sus valiosas vidas. Sus restos fueron trasladados a Cuba y junto a los caídos en otros países de África, el 7 de diciembre de 1989 todo el pueblo pudo rendirle el homenaje póstumo merecido. En el acto efectuado en El Cacahual, el Comandante en Jefe Fidel Castro señaló: “Creía el enemigo imperialista que ocultaríamos las bajas de Angola, la misión más prolongada y compleja que cumplió ya 14 años; como si fuera una deshonra o una mancha para la revolución. Soñaron durante mucho tiempo que fuera inútil la sangre derramada, como si pudiera morir en vano quien muere por una causa justa. Más si solo la victoria fuese el vulgar rasero para medir el valor del sacrifico de los hombres en sus justas luchas, ellos regresaron además con la victoria. Los espartanos decían: Con el escudo o sobre el escudo. Nuestras tropas victoriosas regresaron con el escudo.”

Fuente

Cantón Navarro. José C., Silva León. Arnaldo, Historia de Cuba 1959 – 1999. Liberación nacional y socialismo. Editorial Pueblo y Educación. Fidel Castro Ruz: En la trinchera de la revolución, Editorial José Martí, La Habana, 1990, p. 8.