Las luchas campesinas en la provincia de Camagüey 1939-1958.

Las luchas campesinas en la provincia de Camagüey 1939-1958
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Los desalojos campesinos
Fecha:1939 - 1958
Lugar:Los hechos históricos ocurrieron en la zona de Camalote, Santa Lucía, El Mije en Nuevitas y en los central Francisco y Elia municipio de Santa Cruz del Sur.
Descripción:
Las luchas campesinas en la provincia de Camagüey entre 1939 a 1958, se desarrollan en el marco de una provincia que había sufrido un profundo proceso de descampesinización, en zonas periféricas de relativo difícil acceso, donde habían encontrado refugio cientos de familias campesinas víctimas de la geofagia terrateniente. La organización para la lucha difiere entre el barrio Álvaro Reynoso, Hato Estero y Las Maboas. En el primero se debió a la personalidad de un gran líder campesino, Sabino Pupo, y el segundo desempeñó un papel esencial la labor aglutinadora del PSP. Se analiza que estas luchas se dividen en dos etapas, a partir de la situación política existente y del marco jurídico en el que se desarrollan. La primera etapa se corresponde con la apertura democrática burguesa, que se desarrolla dentro del marco referencial de la Constitución del 40, en un contexto de gobiernos banales, corrompidos y dependientes del imperialismo norteamericano y tiene sus expresiones en Hato Estero y el barrio Álvaro Reynoso. La segunda etapa se corresponde con la dictadura de Batista, cuya reaccionaria política agraria crea el marco jurídico ideal para despojar de sus tierras a los arrendatarios, aparceros y precaristas, a la vez que el país es sacudido por el movimiento revolucionario. La misma tiene su expresión en Hato Estero y Las Maboas. En estas luchas los campesinos perfeccionaron sus métodos de resistencia, a la vez que se producía un proceso de radicalización política. Las pobres condiciones que presentaba la provincia de Camagüey para el desarrollo de estrategias guerrilleras, pudieron ser, en parte, superadas por las bases de apoyo que encontró el Ejército Rebelde en las zonas de luchas campesinas, en la cual la población había alcanzado un alto nivel de conciencia política. La interacción de los campesinos con el Ejército Rebelde, al que se incorporaron, además, campesinos de la región, contribuyó al desarrollo político de la masa campesina, influencia que se hizo sentir en todo el campo camagüeyano.
Resultado:
Los resultados que provocó este hecho, es que se produjeron grandes luchas campesinas contra las compañías norteamericanas y los latifundistas nativos por el establecimiento de una reforma agraria radical, que le diera la tierra a los campesinos de forma gratuita.
Consecuencias:
Estas luchas trajeron como consecuencia los atropellos de los campesinos por parte de las compañías norteamericanas y los latifundistas nativos, lo que permitió la muerte de algunos líderes campesinos como Sabino Pupo Milian en Santa Lucía, provincia de Camagüey.
País(es) involucrado(s)
Cuba, Estados Unidos, España entre otros.
Líderes:
Edesio Núñez, Sabino Pupo Milían y Francisco Elías León entre otros.
Ejecutores o responsables del hecho:
Gobiernos de Fulgencio Batista, Ramón Grau San Martín y Carlos Prio Socarras y los EEUU.
Organizaciones involucradas:
Partido Socialista Popular, la Asociación Nacional Campesina de Cuba, La Confederación Nacional Campesina, la Confederación de Trabajadores de Cuba, el Partido Revolucionario Cubana Autentico, entre otros.


La primera etapa de las luchas campesinas en Camagüey (1939-1952)

La lucha por la tierra en la hacienda comunera de Hato Estero (1939 - 1942)

El primer episodio de las luchas campesinas en Camagüey, se inició en la hacienda comunera de Hato Estero en 1939, cuando la compañía Francisco Sugar Company y la Sucesión Rodríguez Labrada presentaron un expediente posesorio en el juzgado de Santa Cruz del Sur, a favor de la Sucesión Rodríguez Labrada. Los campesinos de Hato Estero no reconocieron la sentencia del juzgado de Santa Cruz del Sur, que daba la razón a la Sucesión. Ante esta situación la compañía acudió a la violencia, desalojando familias campesinas y quemando sus bohíos, además de detener a 39 campesinos, los cuales fueron puestos a disposición de los tribunales.[1]

El accionar del Partido Unión Revolucionaria Comunista en el territorio y las actividades desplegadas por la Asociación Nacional Campesina y la Federación Campesina de Camagüey, posibilitaron la organización de los campesinos y el reconocimiento de su lucha entre los sectores progresistas a nivel nacional. La Dirección Nacional del Partido Unión Revolucionaria Comunista, envió a Camagüey abogados, para colaborar en la defensa de los campesinos detenidos. Estos abogados demostraron las anormalidades cometidas por el ejército y recurrieron ante el Tribunal de Urgencia. Este Tribunal dispuso la libertad de los detenidos.

Ante la movilización general de las fuerzas progresistas de la provincia de Camagüey, el apoyo de la prensa progresista a nivel nacional y las incesantes gestiones que realizaba la Asociación Nacional Campesina, con el respaldo decidido de la Confederación de Trabajadores de Cuba, quedó demostrado que The Francisco Sugar Company y la Sucesión Rodríguez Labrada, no poseían derechos legales sobre las tierras de Hato Estero. El Presidente de la República, Fulgencio Batista, presionado por las circunstancias, dictó el Decreto Presidencial 1096 del 18 de abril de 1942, que paralizaba los desalojos y les restituía sus tierras a los desalojados.[2]

Las luchas campesinas en el barrio Álvaro Reynoso (1943 - 1948): Sabino Pupo Milían

En el barrio Álvaro Reynoso, al este del Municipio de Nuevitas, en los límites con la provincia de Oriente, existían haciendas comuneras y tierras realengas, en las que vivían unas 2 000 familias campesinas, entre las cuales se encontraba, la del que luego fuera destacado líder, Sabino Pupo Milían,[3] que había llegado a la zona procedente de San Agustín de Aguarás en el municipio de Holguín. Al conocer las pretensiones de: The Manatí Sugar Company, que con fraudulentos litigios judiciales pretendía apoderarse de esas tierras, inició la organización de los campesinos para la defensa y fundó la Asociación Campesina de Santa Lucía, de la que fue elegido presidente.

Entre 1944 y 1946 Sabino, al frente del campesinado, no solo defendió a los precaristas establecidos, sino se lanzó a la reconquista de las tierras realengas y comuneras arrebatadas por The Manatí Sugar Company y realizó una original reforma agraria, al repartir estas tierras entre los labriegos. La compañía trató de sobornar al líder campesino y ante la imposibilidad de corromperlo, planeó su muerte. Sabino Pupo fue asesinado el 20 de octubre de 1948.[4]

La causa radicada en el Juzgado de Nuevitas con el No. 222 de 1948, por la muerte de Sabino Pupo, se convirtió en un abominable y lucrativo negocio para algunos jueces, abogados y procuradores carentes del menor escrúpulo. Según lo demuestra la correspondencia entre los funcionarios de la compañía y estos individuos, los mismos recibieron dinero para que aceptaran que la muerte de Sabino Pupo fue producto de una riña tumultuaria.[5]

Contra los campesinos acusados de usurpar tierras de la compañía se inició la causa No. 8 de 1949 en el juzgado de Nuevitas. Estos fueron obligados a comparecer 36 veces ante el Tribunal, posteriormente fueron absueltos, ante la solidaridad de las fuerzas progresistas y al no presentar The Manati Sugar Company documentos probatorios que certificaran la propiedad de las tierras en disputa, por lo que los campesinos se quedaron con sus parcelas.[6]

La situación existente en el realengo Las Maboas entre 1946 al 1951

El realengo Las Maboas se encontraba ubicado al sur del central Francisco, sus tierras eran atravesadas por el ferrocarril que unía a este con el puerto de Guayabal, entre las haciendas comuneras Hato Estero y Buenaventura. Estas tierras eran ambicionadas por las compañías norteamericanas The Francisco Sugar Company, propietaria del central Francisco y la ganadera King Ranch.[7]

El Partido Socialista Popular conoció de los planes existentes desde 1947, por parte de ambas compañías, para apoderarse de estas tierras, bajo su orientación, los campesinos se prepararon para hacer frente al desalojo, que se mantuvo en suspenso, por el momento, dada la actitud de los campesinos y el apoyo recibido de las instituciones progresistas.

La segunda etapa de las luchas campesinas en Camagüey (1952-1958). La radicalización de estas luchas: Hato Estero y Las Maboas

La lucha campesina en la hacienda comunera de Hato Estero (1952-1958)

Como parte de su reaccionaria política agraria, Batista dictó el 17 de julio de 1952 el Decreto Ley No. 247. La interpretación del artículo No. 2 de este Decreto permitía a los latifundistas, que pretendían con documentos fraudulentos, ser los dueños de tierras del Estado o de haciendas sin deslindar, exigir a los campesinos la firma de contratos y el pago de rentas, so pena de ser desalojados.[8]

Como continuación de su reaccionaria política agraria Batista promulgó, el 5 de agosto de 1952, el Decreto- Ley 297, sobre el deslinde de las haciendas comuneras, teóricamente se consideraba que dicho deslinde permitiría a los cultivadores de estas tierras recibir el título de propiedad; sin embargo los actos de deslindes eran aprovechados por los terratenientes nativos y compañías extranjeras para plantear falsos documentos de propiedad y solicitar a la Guardia Rural para que expulsara los campesinos.[9]

La política agraria del régimen batistiano alertó, desde su inicio, a los precaristas de la hacienda comunera de Hato Estero. Estos campesinos contaban con la experiencia de la lucha sostenida entre 1939 y 1942, en la cual se habían formado varios líderes campesinos. Ante la posibilidad de que se reanudaran los desalojos, unos 500 campesinos se movilizaron nuevamente en defensa de sus intereses con el apoyo de los obreros agrícolas e industriales del municipio Santa Cruz del Sur, para impedir cualquier intentona latifundista.[10]

La solidaridad fue un factor importante en estas luchas. Cuando el ejército de Batista y los agentes del King Ranch intentaron desalojar por la fuerza a precaristas de Hato Estero, estos contaron con la solidaridad militante de sus compañeros de Adelaida y El Delirio en el realengo Las Maboas, que participaron en la integración de grupos de autodefensa y organizaciones de ayuda mutua.

También los obreros del central Francisco y el puerto de Guayabal realizaron demostraciones de protestas y expresaron su solidaridad militante con los campesinos. En especial fue valiosa la orientación del ilegal PSP. En esta etapa la Guardia Rural detuvo en varias ocasiones a los campesinos de Hato Estero y sus dirigentes, con el objetivo de debilitar sus luchas; pero eran puestos en libertad por la presión de los campesinos y los obreros de la zona y la opinión pública de las fuerzas progresistas de la provincia y el país.

La lucha campesina en el realengo Las Maboas (1952-1958)

En 1952 The Francisco Sugar Company inició una campaña por ocupar las tierras de los precaristas en Adelaida y El Delirio ubicadas en el realengo Las Maboas. El King Ranch, aliado de The Francisco Sugar Company, penetró en Las Maboas, donde encontró a un campesinado organizado y preparado para defender sus derechos a la tierra, bajo la orientación del Partido Socialista Popular, tanto a nivel de zona como provincia, así como la cooperación de otras organizaciones tales como: las asociaciones campesinas, Asociación de Padres y Vecinos, Asociación de Pequeños Colonos, delegación de la federación de mujeres, sindicatos clandestinos de jóvenes trabajadores del pueblo de Guayabal y la Juventud Socialista.[11]

El 5 de marzo de 1958 fue constituido el Frente Único 12 para dirigir la lucha en Las Maboas, encabezado por Francisco Elías, apoyado por el Comité Provincial del Partido Socialista Popular, con una directiva de 25 miembros. Hay que destacar que los principales dirigentes de este Frente procedían de las filas del Partido Socialista Popular y del Movimiento 26 de Julio. Dicho Frente fue apoyado por los Comités de Defensa de las Demandas Obreras, los que llamaron a la clase obrera a solidarizarse con los campesinos de Las Maboas. La represión contra el movimiento campesino llegó a su clímax a partir de mayo de 1958, cuando 51 de los principales miembros del movimiento campesino fueron detenidos y llevados a la cárcel de la ciudad de Camagüey, además la Guardia Rural quemó 35 bohíos.[12]

La campaña nacional en defensa de los campesinos detenidos, desarrollada por el Frente Único, tuvo un gran impacto en la población del país, lo cual permitió la liberación de los campesinos. Las Maboas fue una vibrante expresión de la lucha de los hombres del campo en defensa de sus intereses. Estas luchas se fueron radicalizando en la medida que se incrementaban las acciones contra los desalojos. Por su repercusión las mismas tuvieron un carácter nacional.

El campesinado camagüeyano durante la lucha insurreccional contra la dictadura de Fulgencio Batista

La colaboración de la población campesina camagüeyana a la lucha insurreccional contra la dictadura de Fulgencio Batista (1956-1958)

Desde los años treinta los comunistas habían mantenido una fuerte relación con el movimiento campesino en Camagüey, como se ha expresado en epígrafes anteriores y habían contribuido a la organización de los campesinos y a su desarrollo político, especialmente en las zonas de Hato Estero y Las Maboas. Con posterioridad a la constitución del Movimiento 26 de Julio, este desarrolló un intenso trabajo, con el objetivo de ampliar su base social e incluir a todas las clases, capas y sectores del país en la lucha contra la tiranía de Batista. En este contexto la dirección del Movimiento 26 de Julio prestó singular atención a la obtención del respaldo de los campesinos y obreros agrícolas en los distintos ámbitos rurales de la provincia de Camagüey.

Las luchas campesinas habían incrementado la conciencia de los hombres del campo, en especial en el este de la provincia, lo que favoreció el enfrentamiento a la dictadura de Batista. Es necesario resaltar que el territorio camagüeyano no era propicio para la lucha guerrillera; pues sus amplias llanuras, atravesadas por el ferrocarril y la carretera central, a los que se unían algunas carreteras secundarias y la red de ferrocarril de los ingenios azucareros, permitía que el ejército de la tiranía movilizara grandes contingentes de tropas con facilidad.

En Camagüey el Movimiento 26 de Julio, se esforzó por intensificar sus acciones clandestinas con la participación de los campesinos en cada uno de los municipios de la provincia. La mayoría de los integrantes de las células del 26 de Julio, en el ámbito rural de la provincia, eran campesinos pobres y medios. Algunos tenían que laborar como obreros agrícolas para poder subsistir.

Los campesinos que habitaban en las proximidades donde se ubicaban campamentos de tropas rebeldes, prestaron importantes servicios como guías y mensajeros; además ofrecían informaciones sobre el movimiento de las tropas de Batista y algunos eran aceptados como miembros del Ejército Rebelde. A lo anterior se agrega su participación en acciones de sabotaje como la quema de cañas.[13]

Las tropas rebeldes, por su parte, mantenían magnificas relaciones con la población rural. A pesar de las dificultades de abastecimiento, cuando llegaban a los bateyes y se encontraban situaciones difíciles, compartían con los lugareños sus alimentos y medicamentos. En especial era muy reconocida la atención de los médicos a los campesinos enfermos. Se estableció una relación de confraternidad entre los campesinos y los rebeldes, lo que redundó en el desarrollo ideológico de la masa campesina.

El apoyo de la población campesina a las columnas guerrilleras que atraviesan el territorio y a las columnas que se establecen permanentes en el mismo durante el año 1958

El apoyo de la población campesina a las columnas invasoras comandadas por los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara

En cumplimiento de la estrategia planteada por el Comandante en Jefe, se decidió enviar dos columnas invasoras al occidente del país. La Columna No.2, “Antonio Maceo,” dirigida por el comandante Camilo Cienfuegos, que había salido de la Sierra Maestra, el 21 de agosto de 1958, con 92 combatientes y penetró en territorio camagüeyano el 8 de septiembre de 1958. La Columna No. 8, “Ciro Redondo,” dirigida por el comandante Ernesto Che Guevara, partió de la Sierra Maestra, el 31 de agosto de 1958 con 142 combatientes e hizo su entrada en la provincia el 7 de septiembre del mismo año. Ambas arribaron por el sur, cruzando el río Jobabo.[14]

En el primer tramo de sus trayectorias, las columnas rebeldes encontraron una situación favorable para sus desplazamientos, por el sur de la provincia, dado el apoyo de la población, en especial la campesina y las organizaciones revolucionarias existentes en el territorio.

Desde los años treinta existían seccionales del Partido Comunista en la zona, con gran influencia entre obreros y campesinos. Es importante el papel de esta organización en las luchas campesinas de Hato Estero y Las Maboas. También tenían seccionales en el central Francisco, Hato Estero, Las Maboas y la Faltriquera del Diablo. El poblado del central Francisco, asentado estratégicamente en el centro de esta región, con un fuerte movimiento obrero, contaba con una organización del M-26-7 encargada de la dirección de la lucha clandestina en el territorio.[15]

Las tropas de Camilo fueron recibidas con alegría por la población de la zona, que les ofreció toda la ayuda que le fue posible. La situación varió sensiblemente cuando abandonaron la zona y se internaron más al oeste. En la cercanía de Santa Cruz del Sur, en un paraje denominado La Malograda, las tropas rebeldes sufrieron una emboscada. A partir de este momento el ejército de la tiranía desató una tenaz persecución contra los rebeldes y sus colaboradores, por lo que se hizo difícil a Camilo encontrar prácticos y escasearon las otras formas de cooperación.[16]

No obstante el aumento de las tropas de la tiranía en la zona, Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara recibieron en el batey de San Miguel del Junco, una efectiva colaboración por parte de los campesinos, obreros agrícolas y demás miembros del M-26-7, que habían sido avisados anticipadamente de la llegada de la columna invasora y que con anterioridad habían ayudado a Camilo Cienfuegos en este lugar.

Fueron numerosas las solicitudes de ingreso realizadas por los campesinos a las fuerzas rebeldes, sin embargo, la falta de armas y otros recursos necesarios conllevaron a la decisión de las jefaturas de no aceptar la mayoría de las peticiones y recomendarles que continuaran cooperando activamente con la lucha revolucionaria en la zona.[17]

El espíritu revolucionario de la zona, la organización existente, la experiencia obtenida en la lucha por la tierra, fueron valoradas por el comandante Ernesto Che Guevara, en su rápido cruce por el territorio y con la agudeza que le caracterizaba, se percató de las características señaladas y en el informe al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, del 13 de septiembre de 1958 expresó

“Una guerrilla armada de 30 hombres puede hacer maravillas en la zona y revolucionarla… Un tipo con conciencia social puede hacer maravillas en esta zona y hay bastante monte para esconderse.”

[18]

Las columnas rebeldes encontraron un contexto diferente en el territorio que se extiende desde el cruce de la carretera de Santa Cruz del Sur hasta los límites con la provincia de Las Villas. La situación geográfica, en gran parte del recorrido era similar a la del sur del central, pero la población variaba sensiblemente, pues producto del predominio del latifundio se había producido un proceso de descampesinización, allí predominaba una escasa población rural constituida, fundamentalmente, por obreros agrícolas y pecuarios, que no tenía preparación política ni estaban organizados para apoyar masivamente, como había ocurrido en la zona del central Francisco.[19]

La colaboración de la población campesina camagüeyana con las columnas guerrilleras establecidas permanentemente en el territorio

El plan estratégico del Ejército Rebelde, que daría al traste con los intentos de resistencia del enemigo, incluía la creación de un frente en la provincia de Camagüey, para lo cual se constituyó la Columna No. 11 “Cándido González Morales” dirigida por el capitán Jaime Vega Saturnino,[20] la cual salió de la Sierra Maestra el 8 de septiembre de 1958 y llegó al territorio camagüeyano el 22 de septiembre de 1958.

En la madrugada del 27 de septiembre de 1958 la Columna No.11 cae en la emboscada de Pino 3, donde murieron 22 combatientes y 11 fueron heridos, éstos últimos fueron asesinados en la Caobita, para un total de 33.[21] Los campesinos y carboneros de la zona, ofrecieron auxilio a los heridos en la emboscada. Estos corrieron un gran riesgo al ocultar a los heridos en sus propias casas y los cuidaron con mucho celo. La cura de estos se realizó por los doctores José Iglesias, Danilo Corchado y José E. Briz, los que hicieron posible que los combatientes heridos se incorporaran de nuevo a la lucha.

Después de la masacre en Pino 3, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz envió una nueva columna con el objetivo principal de subordinar bajo su mando todas las fuerzas que operaban en la provincia, entre ellas los restos de la Columna No. 11 y los grupos guerrilleros. Esta fue la Columna No. 13 ”Ignacio Agramonte y Loynaz”, dirigida por el capitán Víctor Mora Pérez,[22] el cual salió el 18 de octubre de 1958 de San Juan de los Pinales en la Sierra Maestra y cruzó el río Jobabo el 30 de octubre de 1958.

Durante todo el recorrido por el territorio camagüeyano, la Columna No. 13 recibió el apoyo de la población campesina y estableció la Comandancia el 18 de noviembre de 1958 en los montes de San Miguel del Junco, donde radicó la dirección del Frente Camagüey.

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Referencias