Lebrillo

Lebrillo
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Lebrillo . Vasija de barro vidriado, plata u otro metal, más ancha por el borde que por el fondo similar a un plato hondo o una fuente circular, pero de mayor tamaño.

Etimología

De origen incierto: hay quien defiende que deriva el latín labrellum -vasija- , sin embargo Juan Corominas Vigneaux, (1905-1997) filólogo español autor del Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, indica que es un arabismo.

Historia

El uso del lebrillo ya era habitual en las culturas judía y egipcia.

“Tomad un manojo de hisopo, mojadlo en la sangre (del cordero) que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo. Que ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana”
Apartado 12-22 del libro del Éxodo

Durante la época romana se le conocía como labello (diminutivo de labrum o bañera).

Existen testimonios de que los aztecas también lo empleaban:

“... primero echaban en un lebrillo cantidad de él (pulcre), y ponían un lebrillo cerca del fuego: de allí tomaban un vaso ...”
Carlos María de Bustamante (1829)

Durante el siglo XVI era una de las piezas cerámicas artesanales más decoradas. En los hogares españoles ha sido un recipiente tradicional hasta la mitad del siglo XX. Aún sigue siendo habitual en México y algunas regiones meridionales españolas como Andalucía y Murcia.

“... ..hallábase el patio siempre sucio; en su ángulo se levantaba un montón de

trastos inservibles, cubierto de chapas de cinc; se veían telas puercas y tablas carcomidas, escombros, ladrillos, tejas y cestos; un revoltijo de mil diablos. Todas las tardes algunas vecinas lavaban en el patio, y cuando terminaban su faena vaciaban los lebrillos en el suelo, y los grandes charcos, al secarse, dejaban manchas blancas y regueros azules de agua de añil. Solían echar también los vecinos por cualquier parte la basura, y cuando llovía, como se obturaba casi siempre la boca del sumidero, se producía una pestilencia insoportable de la corrupción del agua negra que inundaba el patio, y sobre el cual nadaban hojas de col y papeles

pringosos...”
Pío Baroja (1872-1950), (escritor español de la generación del 98- en su novela, "La Busca")

Características

En el ajuar alfarero, se cataloga como un gran vaso de base recogida y boca amplia, con una relación entre diámetros mayor del doble, tradicionalmente hecho de arcilla y con los bordes y el interior vidriados. De diferentes tamaños, entre veinticinco (lebrillo de a peseta de Úbeda) y noventa centímetros (lebrillo de lavar de Lora del Río), se utiliza históricamente para el lavado de pies o lavado de ropa, así el corciol manchego para aclarados (estas piezas, por su tamaño, alcanzan la categoría de barreño). El lebrillo tiene también un uso culinario, haciendo funciones de fuente, frutero o incluso bandeja. En muchos casos se decora con dibujos y motivos diversos, que le dan un valor decorativo añadido.

Fuentes

  • Bustamante, C.M . Historia general de las cosas de Nueva España, escrito por Bernardino de Sahagún. Imprenta del ciudadano Alejandro Valdés. México. 1829 p.213.
  • VV.AA.Cerámica popular de Andalucía. Editora Nacional. Madrid. 1984.
  • Seseña, N. Cacharrería popular. La alfarería de basto en España., Editorial Alianz. Madrid, 1997.