Ley del tránsito de la cantidad a la calidad

Ley del tránsito de la cantidad a la calidad
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Concepto:El transito de los cambios cuantitativos a cualitativos es una ley universal del desarrollo del mundo material. Esta ley trata de cómo y de que manera discurre el proceso de desarrollo.

La ley del tránsito de los cambios cuantitativos en cualitativos. Es una de las leyes fundamentales de la dialéctica; explica de qué modo ocurren el movimiento y el desarrollo. Esta ley objetiva universal del desarrollo establece que la acumulación de cambios cuantitativos graduales, imperceptibles, en un momento, determinado para cada proceso particular, conduce de manera necesaria a cambios esenciales radicales, cualitativos al paso en forma de salto de la vieja calidad a una calidad nueva.

Introducción

El mundo de lo material no es solo un todo de desarrollo, sino concatenado, unido. Todos sus objetos y sus fenómenos no se desarrollan por si mismos, aisladamente, sino indisolublemente ligados, unidos, con otros objetos y fenómenos. Cada uno de ellos influye en otros objetos y fenómenos y experimenta las influencias reciprocas de los mismos. La ciencia da cuantiosos datos confirmativos de la concatenación y condicionamientos mutuos de objetos y fenómenos. Así, algunas partículas elementales forman átomos, influyendo las unas en las otras, pero los átomos tampoco están aislados: se enlazan mutuamente y forman moléculas; estas, a su vez, constituyen cuerpos microscópicos. Así pues que la concatenación universal y el conocimiento mutuo de los objetos y fenómenos constituyen una particularidad intrínseca del mundo material. Por eso, para conocer verdaderamente el objeto es necesario estudiar todos sus aspectos y nexos. El estudio del mundo como un todo concatenado y único y el examen de las concatenaciones universales constituyen una importante función de la dialéctica materialista. Reflejo de estas concatenaciones en la conciencia del hombre son las leyes y las categorías de la dialéctica materialista. Es de gran importancia conocer las concatenaciones, porque al ponerlas en manifiesto, los hombres descubren las leyes del mundo objetivo. Y el conocer las leyes es condición indispensable de la actividad práctica de los hombres. La misión de la ciencia consiste precisamente en conocer las leyes y pertrechar con ellas la práctica, pero la ley no es cualquier vínculo, sino un vínculo estable, reiterativo, inherente a una masa enorme de objetos y fenómenos y no a un solo objeto o pequeño grupo de objetos.

Calidad y cantidad

Para comprender la esencia de esta ley se debe poner en claro, ante todo, que es calidad y cantidad, En torno de nosotros hay muchos objetos y fenómenos de lo mas diversos, y todos ellos se mueven y cambian sin cesar. Mas, a pesar de ello, no los confundimos, los distinguimos y determinamos. No los vemos como si estuvieran fundidos en una masa gris y amorfa, sino que cada uno de ellos se distingue de los otros por particularidades y propiedades inherentes a el.

La calidad es lo que hace que un objeto sea precisamente lo que es y no otro, y lo distingue de los demás objetos.

La calidad se manifiesta en cualidades. La cualidad caracteriza una cosa por algún aspecto determinado en tanto que la calidad da una idea de conjunto del objeto. El color amarillo, la maleabilidad, y otros rasgos del oro tomados por separado son sus cualidades, y estas cualidades juntas son su calidad. Además de una calidad determinada, cada objeto posee también cantidad. A diferencia de la calidad:

la cantidad peculiariza al objeto bajo el aspecto del grado de desarrollo o intensidad de las cualidades que le son inherentes, así como del de su magnitud, volumen, etc. Como regla, la cantidad se expresa en número. Tienen expresión numérica las dimensiones, peso, volumen de los objetos, la intensidad de sus colores y de los sonidos que emiten, etc.

La cantidad y la calidad son un todo único, porque representan aspectos de un mismo objeto. Pero entre ellas existen también grandes diferencias. El cambio de la calidad lleva al cambio del objeto, a su transformación en otro objeto; el cambio de la cantidad dentro de ciertos límites no da lugar a una transformación visible del objeto.

Medida

La palabra “medida” se emplea en el sentido de unidad de medición, de límite de algo. Esta definición muestra ya de por sí que la medida está siempre relacionada con la cantidad. Pero la medida está vinculada también a la calidad. El siguiente ejemplo les ayudará a comprenderlo. Tomen unas piedras. Una piedra puede ser mayor que otra, pero todas ellas tienen un tamaño determinado. Jamás habrán visto una piedra de un kilómetro de altura. Eso es más bien una roca. La medida es inherente asimismo al hombre. Unas personas .son altas, otras bajas, de estatura mediana, etc. Su peso es asimismo diferente. Sin embargo, los seres humanos tienen igualmente estatura, peso, etc., determinados.

Medida es la correspondencia, la unidad de los aspectos cuantitativos y cualitativos de los objetos. Cada objeto es una medida precisamente porque es siempre una calidad, a la que corresponde determinada cantidad. Esta correspondencia, o medida, no puede ser alterada, pues, en tal caso, el objeto dejará de ser lo que es. La calidad del objeto no puede estar unida a cualquier cantidad, y viceversa, su cantidad no puede estar unida a cualquier calidad. Entre la calidad y la cantidad existe siempre una determinada correlación, sólo en los límites de su medida.

De ahí dimana una importantísima conclusión: si en un objeto tienen lugar cambios cuantitativos, estos cambios no influyen sobre la calidad sólo durante cierto tiempo, mientras se producen en los límites de la medida. En esos límites parece como si al objeto le fueran indiferentes los cambios cuantitativos, como si no los observara. Pero en cuanto se altera la medida, los cambios cuantitativos empiezan a reflejarse en el estado cualitativo del objeto. La cantidad se convierte en calidad. Esta ley se da en todos los procesos de desarrollo de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. Los cambios cuantitativos y los cualitativos están relacionados entre sí y se condicionan unos a otros: no sólo se produce el tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos, sino también el proceso inverso, es decir, la transformación de las características cuantitativas como resultado del cambio de la calidad en los objetos y fenómenos. Así, el paso del capitalismo al socialismo ha dado origen, también, a una importante transformación de los índices cuantitativos: aceleración de los ritmos del desarrollo económico y cultural, crecimiento de la renta nacional y de salario de los trabajadores, etc. Los cambios cuantitativos y cualitativos son relativos. Unos mismos cambios son cualitativos respecto a determinadas propiedades (menos generales), y son únicamente cuantitativos respecto a otras propiedades (más generales. Así, el paso del estadio premonopolista del capitalismo al estadio monopolista no constituye un cambio absoluto de calidad: la calidad de capitalismo, en este caso, se modifica únicamente en el sentido de que aparecen algunos nuevos rasgos y propiedades esenciales, pero en el fondo el capitalismo no cambia. Todo proceso de desarrollo es al mismo tiempo discontinuo y continuo. La discontinuidad se presenta en forma de salto cualitativo, y la continuidad, en forma de cambio cuantitativo (Evolución y revolución). Esta manera de concebir el desarrollo es radicalmente contraria a la concepción metafísica, la cual opone unilateralmente a la evolución unos cambios arbitrariamente escogidos. El marxismo demuestra el carácter anticientífico de las concepciones de los ideólogos burgueses y de los revisionistas, quienes reducen el desarrollo de la sociedad a una evolución lenta, a reformas pequeñas, niegan los saltos, los cambios revolucionarios; demuestra así mismo que son anticientíficas las concepciones de los anarquistas y aventureros izquierdistas, que adoptan una actitud despectiva hacia la larga y paciente labor de acumular fuerzas, de organizar y preparar a las masas para las acciones revolucionarias decisivas. la concepción materialista dialéctica acerca de la ley del paso de las transformaciones cuantitativas a las cualitativas es directamente opuesta a la concepción idealista. Hegel, que formuló dicha ley por primera vez, la mistificó como hizo también con otras leyes de la dialéctica. En él, las categorías de cantidad, calidad y sus tránsitos recíprocos, aparecen al principio en forma abstracta, en el seno de la idea absoluta, y únicamente después surgen en la naturaleza. La filosofía marxista no ve esta ley como premisa para la construcción del mundo, sino como imagen de lo que ocurre en la realidad. Esta ley, que es una ley importantísima del conocimiento del mundo objetivo, constituye así mismo un principio importantísimo del conocimiento del mundo y de la transformación práctica y consciente del mismo. Con el cambio de las condiciones del desarrollo social, las leyes de la dialéctica se manifiestan en forma específica. Así, bajo el socialismo la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos (saltos) pierde la forma de revoluciones políticas, los cambios sociales se efectúan -en dicha sociedad- gradualmente, por medio de la extinción de lo viejo a la vez que se acrecientan los elementos de lo nuevo. Esta es la ley fundamental de la transformación del socialismo en comunismo.

Esencia de la ley

El cambio de la cantidad dentro de ciertos límites no conduce al cambio del estado cualitativo del objeto. Pero en cuanto esos límites se rebasan o la medida se “infringe”, los cambios cuantitativos, que antes parecieran poco importantes, originan sin falta transformaciones radicales, cualitativas. La cantidad pasara a calidad. Los cambios puramente cuantitativos se truecan en diferencias cualitativas. En la realidad objetiva no solo se efectúa el transito de los cambios cuantitativos a cualitativos, sino el proceso inverso: el aumento de la cantidad debido a los cambios cualitativos. Como ejemplo, el cambio radical, cualitativo del régimen social (sustitución del capitalismo por el socialismo) causo una alteración considerable de los índices cuantitativos, por ejemplo, el aumento el volumen de la producción industrial y agrícola, incremento del ritmo del desarrollo económico y cultural, etc. Los cambios cuantitativos y cualitativos, están, por tanto, ligados entre si y dependen unos de otros.

Continuidad y discontinuidad en el desarrollo

Los cambios cuantitativos presentan un carácter relativamente lento, continuo, mientras que las transformaciones cualitativas se interrumpen, tienen la forma de saltos. El desarrollo se manifiesta, pues, como la unidad de dos formas o fases distintas, pero interdependientes: continuidad y discontinuidad (formas de saltos). Continuidad: en el desarrollo es una fase de acumulaciones cuantitativas lentas e imperceptibles. No afecta a la calidad del objeto sino que introduce en él insignificantes cambios cuantitativos y constituye un proceso de aumento o disminución de lo existente. La Discontinuidad es una fase de cambios cualitativos radicales del objeto, un momento o periodo de transformación de la calidad vieja en otra nueva. A diferencia de los cambios cuantitativos, lentos y ocultos, el salto es un cambio más o menos manifiesto, relativamente rápido de la calidad del objeto. Estos cambios se operan con relativa rapidez incluso cuando las transformaciones cualitativas adquieren la forma de transito gradual. Como quiera que debido al salto se destruya lo viejo y nace lo nuevo, lo avanzado, los saltos tienen inmensa importancia en el desarrollo.

La esencia de la ley dialéctica del transito de los cambios cuantitativos a cualitativos esta en que a todos los objetos y fenómenos les son inherentes los rasgos de cantidad y calidad. La cantidad y la calidad están vinculadas entre sí, pasando en el proceso de desarrollo, los cambios cuantitativos graduales e imperceptibles a cambios radicales cualitativos. Este paso se realiza en forma de salto.

Concepciones idealista sobre los cambios evolutivos

La dialéctica no niega la propia idea de la evolución, tanto más que el concepto ”evolución" se usa con frecuencia en el sentido de desarrollo en general, de transición de los fenómenos de un estado a otro. En este sentido precisamente se habla de la evolución de las especies animales y vegetales. Lenin empleó más de una vez el concepto "evolución" en el sentido indicado, hablando, por ejemplo, de "evolución económica".

Debemos tener en cuenta que los metafísicos tergiversan con frecuencia el concepto "evolución”. La dialéctica, en efecto, combate enérgicamente la tergiversada "idea en boga de la evolución”, como decía Lenin.

Los metafísicos afirman que el desarrollo se efectúa únicamente por vía evolutiva, sin ningún salto ni solución de continuidad. En el mundo, dicen, no hay más que cambios cuantitativos. Todo desarrollo no es más que un proceso de crecimiento. En la naturaleza no hay nada cualitativamente nuevo. Es la concepción de la llamada evolución vulgar, pues concibe la evolución de una manera tosca, vulgar, tergiversada.

La concepción evolucionista vulgar ha alcanzado una difusión particularmente grande en la explicación de la vida social. Según ella, en este terreno no hay más que cambios suaves, lentos, evolutivos, que dejan intactas las bases de los regímenes sociales. Esta concepción metafísica es utilizada por los reformistas —socialistas de derecha y laboristas— para defender el régimen capitalista. Los reformistas rechazan la lucha revolucionaria de la clase obrera e intentan sustituirla con la lucha por reformas parciales, por pequeñas concesiones que dejan intactas las bases de la sociedad capitalista.

Lenin calificó al reformismo de engaño burgués de los obreros, ya que el poder sigue en manos de la burguesía después también de efectuadas semejantes reformas. Y la vida lo ha confirmado plenamente. Por ejemplo, los socialistas de Bélgica se encuentran en el poder desde hace muchos años, pero en su país no existe el menor socialismo. Las reformas que han llevado a la práctica conservan intangible el régimen burgués. Igual ocurre en todos los países en los que llegan al poder los laboristas y los socialistas de derecha.

Los revisionistas contemporáneos intentan resucitar estas ilusiones reformistas, refutadas hace ya tanto tiempo. El reformista norteamericano John Gates afirma que hoy sólo puede lucharse por pequeñas reformas, que los cambios pueden tener únicamente carácter evolutivo y que la "lucha constitucional" es la única vía para llegar al socialismo.

Lenin fustigó a los revisionistas porque, como decía, se hunden en el pantano de la vulgarización filosófica de la ciencia, sustituyendo la dialéctica revolucionaria con la evolución “simple” y “tranquila”.

Por tanto, los reformistas son metafísicos que ven únicamente un aspecto en el proceso del desarrollo social: el cuantitativo, el evolutivo.

Son también metafísicas las concepciones de los anarquistas, quienes niegan de plano el proceso evolutivo del desarrollo. Al revés que los reformistas, reconocen únicamente los saltos, sin ninguna preparación, sin acumulación gradual de fuerzas, etc. Lenin decía que "tanto el anarcosindicalismo como el reformismo deben ser considerados" como un producto directo de la concepción burguesa del mundo y de su influencia, y que tanto uno como otro resuelven unilateralmente el problema de la relación entre la evolución y la revolución en el proceso del desarrollo.

Frente a este enfoque unilateral, metafísico, de la cuestión, el materialismo dialéctico parte de que existe un profundo nexo entre los aspectos evolutivo y revolucionario del proceso del desarrollo. Este nexo consiste en que un proceso es inconcebible sin el otro: sin cambios cuantitativos, evolutivos, no hay cambios cualitativos, revolucionarios, y sin cambios cualitativos, revolucionarios, no hay una nueva medida, una nueva etapa, es decir, no hay desarrollo.

"La vida real, la historia real decía Lenin abarca estas distintas tendencias, del mismo modo que la vida y el desarrollo de la naturaleza comprenden tanto la lenta evolución como los saltos bruscos, las interrupciones en el proceso gradual del desarrollo".

Fuentes

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