Liturgia católica

Liturgia católica
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Concepto:Se denomina liturgia a la forma con que se llevan a cabo las ceremonias en la religión católica.

La Liturgia es "acción" del "Cristo total" (Christus totus). Los que desde ahora la celebran, más allá de los signos, participan ya de la liturgia del cielo, donde la celebración es enteramente Comunión y Fiesta.

Etimología

La palabra liturgia proviene del griego clásico profano ("obra para la comunidad"). La traducción del Antiguo Testamento al griego, realizada por los judíos de la ciudad de Alejandría, en Egipto, durante los siglos III y II antes de Cristo, conocida como la Versión de los LXX, así como el Nuevo Testamento (NT) cristiano suelen utilizarla en un sentido cultual. Cfr. Hebr. 8, 2 y Rom. 15, 16 donde a Cristo y Pablo se les llama "liturgos". En la iglesia primitiva griega se redujo el uso de la palabra al de "culto divino", y más tarde al de "misa". En el occidente europeo la palabra entró mucho más tarde con el humanismo renacentista con ese sentido restringido, y sólo desde el siglo XIX lo utilizan los documentos eclesiásticos en un sentido amplio de culto divino en la Iglesia.


Celebración de la liturgia celestial

Eucaristía

El Apocalipsis de San Juan, leído en la liturgia de la Iglesia, nos revela primeramente que "un trono estaba erigido en el cielo y Uno sentado en el trono" (Ap 4, 2): "el Señor Dios" (Is 6, 1). Luego revela al Cordero, "inmolado y de pie" (Ap 5, 6): Cristo crucificado y resucitado, el único Sumo Sacerdote del santuario verdadero, el mismo "que ofrece y que es ofrecido, que da y que es dado". Y por último, revela "el río de Vida que brota del trono de Dios y del Cordero" (Ap 22, 1), uno de los más bellos símbolos del Espíritu Santo.

Celebrantes de la liturgia sacramental

Es toda la comunidad, el Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza quien celebra. "Las acciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que es 'sacramento de unidad', esto es, pueblo santo, congregado y ordenado bajo la dirección de los obispos. Por tanto, pertenecen a todo el Cuerpo de la Iglesia, influyen en él y lo manifiestan, pero afectan a cada miembro de este Cuerpo de manera diferente, según la diversidad de órdenes, funciones y participación actual". Por eso también, "siempre que los ritos, según la naturaleza propia de cada uno, admitan una celebración común, con asistencia y participación activa de los fieles, hay que inculcar que ésta debe ser preferida, en cuanto sea posible, a una celebración individual y casi privada".

Signos y símbolos

Una celebración sacramental está tejida de signos y de símbolos. Según la pedagogía divina de la salvación, su significación tiene su raíz en la obra de la creación y en la cultura humana, se perfila en los acontecimientos de la Antigua Alianza y se revela en plenitud en la persona y la obra de Cristo.

Signos del mundo de los hombres. En la vida humana, signos y símbolos ocupan un lugar importante. El hombre, siendo un ser a la vez corporal y espiritual, expresa y percibe las realidades espirituales a través de signos y de símbolos materiales. Como ser social, el hombre necesita signos y símbolos para comunicarse con los demás, mediante el lenguaje, gestos y acciones. Lo mismo sucede en su relación con Dios.

Obra de Cristo en la liturgia

En la liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza principalmente su misterio pascual. Al entregar el Espíritu Santo a los Apóstoles, les ha concedido, a ellos y a sus sucesores, el poder de actualizar la obra de la salvación por medio del sacrificio eucarístico y de los sacramentos, en los cuales Él mismo actúa para comunicar su gracia a los fieles de todos los tiempos y en todo el mundo.

Liturgias orientales

Estas familias litúrgicas podemos agruparlas en dos grandes secciones, las orientales y las occidentales. Aunque nosotros equivocadamente casi identificamos "liturgia católica" con "liturgia romana" y nos interesa estudiar sobre todo a ésta, no debemos desconocer algunos rasgos característicos de las orientales.

Notemos que las liturgias orientales subsisten hoy en las iglesias orientales, tanto las separadas de Roma (a las que frecuentemente llamamos "ortodoxas") como las unidas a Roma ("orientales unidas") y que en muchos casos las liturgias de los unidos y los separados a Roma se parecen muchísimo entre sí.

Liturgias occidentales

El desarrollo histórico de la liturgia en occidente está determinado por la yuxtaposición de un tipo de liturgia, típicamente occidental, romano-africano, y otro, la liturgia galicana, con grandes influjos orientales. El primero se caracteriza por su moderación y sencillez, mientras que el segundo está lleno de riqueza poética.

Durante mucho tiempo se considera a Milán como la cuna y el centro de la liturgia galicana, pero hoy se la considera mucho más como un producto simultáneo originado en el fondo religioso de casi todo el occidente cristiano.

Poco a poco el crecimiento de la importancia religiosa de Roma fue imponiendo su liturgia y las costumbres y prácticas romana acabaron dominando en todo el Occidente. En esta romanización influyeron en los distintos países el regreso y las experiencias vividas en Roma por los "romeros" (peregrinos que acudían a Roma, de ahí la palabra castellana "romería" como equivalente casi a peregrinación). Los benedictinos expandiendo su liturgia y los emperadores carolingios buscando la uniformidad religiosa de su imperio trabajaron mucho para el predominio de la liturgia romana.

Hacia el siglo XI puede decirse que la liturgia romana se ha impuesto casi totalmente en occidente, la liturgia que más subsistió a su lado fue la milanesa, y de alguna manera las costumbres y ritos locales que no pudieron ser eliminados fueron como absorbidos en la liturgia romana.

Como rasgos característicos de las liturgias occidentales y especialmente de la romana podemos señalar: La acentuación de la función mediadora de Cristo, que se percibe claramente en el "por Cristo..." de las oraciones sacerdotales de la Misa, y que ha hecho resaltar el elemento Eucarístico frente al de la Epifanía (la manifestación de Dios), y que ha llevado a una piedad centrada en la Misa y en la Eucaristía. Las liturgias orientales desde el comienzo resaltaron ciertos datos teológicos y simbólicos más de lo que lo han hecho las occidentales. Consideremos algunas de sus características generales.

Ya desde los siglos III y IV resaltan algo que ya se percibe en la Epístola a los Hebreos y en el Apocalipsis, la participación del culto divino que los ángeles realizan en el cielo en la liturgia terrestre (recordemos la introducción al "Sanctus" en nuestra liturgia de la Misa). También, a partir del siglo IV, se nota lo que podríamos llamar una "dramatización en la celebración de los misterios".

Fuentes