Los últimos ocho días del presidente

Los últimos ocho días del presidente
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Autor(a)(es)(as)Hugo Chinea
PaísCuba

Los últimos ocho días del presidente . Novela basada en hechos investigados por numerosos autores acerca de la Guerra de los Diez Años, es únicamente eso: una novela no historia.

Sinopsis

El resultado literario inspirado en los sucesos de la Guerra de los Diez Años toma como personaje central al primer presidente de la nación cubana Carlos Manuel de Céspedes, para a partir de él crear una nueva realidad. Lo arbitrario en el uso de los detalles geográficos, rangos militares, nombres de lugares y de personas, obedece al propósito de separar el texto novela de la historia conocida. Con independencias de significativas colaboraciones de amigos cubanos y españoles, así como de la extensa bibliografía consultada, de la que aparecen referencias o citas en este libro, Carlos Manuel De Céspedes. El diario perdido, de Eusebio Leal Spengler, constituye la columna verbal de la narración.

Biografía del autor

Hugo Chinea: Sancti Spíritus, 1939. Licenciado en ciencias Sociales. Periodista y narrador miembro de la Unión de Escritores y artista de cuba (Uneac). Entre sus títulos publicados se encuentran: Escambray 60 (premio ʺ David ˮ de cuento de la Uneac, 1969) Contra bandidos (Premio ʺ Luis Felipe Rodríguez ˮ de cuento de la Uneac, 1972); Los hombres van en dos grupos (1975); De las raíces vive el árbol (1982) Lo mejor de la literatura universal (1999), La tierra más hermosa (2000) y las trampas del tiempo (2015). Parte de su obra ha sido publicada en antologías Cubanas, latinoamericana y en otros países. Obtuvo el premio de teatro del concurso literario ʺ Benito Pérez Galdós, auspiciado por el gobierno de canarias y la Asociación Canaria de Cuba.

Agradecimientos

Agradecimientos a: Eusebio Leal Spengler, por sus colaboraciones. José Carlos Ruíz Jiménez, destacado bibliotecólogo español, por su colaboración y estimulo. Pedro Margolles Villanueva, quien me abrió las puertas de su increíble biblioteca. Gilberto Díaz Martínez, por la riqueza de sus pesquisas. Rolando García Blanco, destacado historiador, por su minuciosa contribución. Jorge Gómez Barata, periodista de garra, por su fascinante conclusión de lectura. A todos ellos, amigos entrañables, mi agradecimiento, sin cuyo concurso no habría sido posible escribir este texto.

Fuentes