Lotería Nacional

Lotería Nacional
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Institución con sede en Bandera de Cuba Cuba
Loteria nacional.JPG
Billete de Lotería
Siglas o Acrónimo:La bolita
Fundación:11 de septiembre de 1812
Tipo de unidad:Lotería
País:Bandera de Cuba Cuba
Sede:La Habana

Lotería Nacional, Renta de la Lotería Nacional o Lotería de Cuba fue una institución creada durante la época colonial y que existió hasta 1959. Durante la colonia y antes del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 devino en fuente de lucro e inmoralidad y un poderoso instrumento de corrupción política al servicio de los gobernantes del país.

El 16 de febrero de 1959 el Primer Ministro del gobierno revolucionario, Fidel Castro Ruz anunció la supresión de la Renta de la Lotería Nacional y la creación en su lugar del Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV).

Historia

Época colonial

La creación de una lotería en Cuba fue aprobada por Real Orden del 28 de junio de 1810, a titulo de ensayo; una Real Orden posterior, de fecha 27 de enero de 1812, apremiaba el inicio.

El primer sorteo en Cuba se efectuó el 11 de septiembre de ese propio año, con dos premios mayores de diez mil y cinco mil pesos; los números premiados fueron el 13 406 y el 13 380, ambos vendidos en Santiago de Cuba.

Los sorteos eran públicos y contaban con la presencia del juez conservador (quien lo presidía), el caballero o regidor de la ciudad, el director, el contador, el fiscal y el escribano; este último era el encargado de formar la lista de los números y premios salientes, la cual se divulgaba para diferentes lugares ese mismo día en la tarde.

Para efectuar el sorteo se disponía de dos maquinas cilíndricas y cóncavas, una para los números y otra para los premios. En imprenta se confeccionaban diez mil números y 58 premios, que se introducían en unos pequeños barrilitos preparados para ella, los cuales se diferenciaban de los números y los premios por el color.

Un día antes de efectuarse el sorteo, estos barrilitos eran introducidos en las máquinas para el juez conservador, el regidor y el director. Para operar las máquinas y extraer los barrilitos, se seleccionaban cuatro niños huérfanos, dos para cada máquina, quienes mostraban a los presentes los números y premios salientes.

Posteriormente, la lotería, que se había inspirado en la de México, continuó desarrollándose sobre la base de la Ordenanza de la Real Lotería de España, adecuándola a las condiciones de Cuba.

Desde esa fecha la Real Lotería de la Isla de Cuba cambió el nombre por el de Lotería Nacional, el cual llevó por poco tiempo, ya que en 1815 vuelve a tomar el nombre original basta el 30 de noviembre de 1898 cuando se realizó el último sorteo de la lotería colonial.

Billetes

Durante la Colonia con el propósito de proteger los billetes y previendo cualquier falsificación, estos contaban con toda una serie de marcas y contraseñas; cada billete tenía el mes, día y año, número de sorteo a que pertenecía, aclarando si era entero o media. El precio tenía la firma del director, una contraseña y el escudo de España.

Época republicana

Los interventores norteamericanos prohibieron la Lotería Nacional, a la cual identificaron como fuente de vicios y corrupción colonial, pero en 1903, tras establecerse la República de Cuba, un grupo de senadores elaboraron un proyecto con el objetivo de restablecer la institución. El proyecto se discutió entonces en la Cámara de Representantes y luego de largo debate fue aprobado el 5 de enero de 1905.

No obstante estar aprobado el proyecto por el legislativo, el presidente de la República, Tomás Estrada Palma lo devolvió al Congreso un día después y se negó a aprobarlo. Tras la caída de Estrada Palma y la corrupta administración del interventor Charles Magoon llegó al poder el general del Ejército Libertador, José Miguel Gómez, quien restableció la Lotería Nacional mediante la Ley del 7 de julio de 1909.

Esta Ley que organizó la Renta de la Lotería contempló en el titulo I una renta pública con el nombre de Lotería Nacional de Cuba y la creación de un departamento anexo a la Secretaria de Hacienda, que sería la Dirección General de la Lotería Nacional, dirigido par un director general nominado par el presidente de la República, con la aprobación del Senado.

La Lotería Nacional se convertió en una fuente de lucro e inmoralidades y un poderoso instrumento de corrupción política al servicio de la presidencia de la República. El último sorteo que se celebró en Cuba antes del triunfo de la Revolución, fue el 31 de diciembre de 1958.

Billetes y premios

Los billetes se dividieron en fracciones de un peso basta veinticinco centavos, siendo documentos al portador. Los billetes y las fracciones llevaban estampado en seco el escudo de armas de la República y el valor.

El pago de los premios eran tantos números como los ofrecidos en el plan de sorteo que al efecto se aprobara, distribuyéndose en premios el 70 % del importe total de los billetes que abarcaba cada sorteo.

Los premios también estaban representados por bolas numeradas que iban conformando el importe del premio a recibir, las que en presencia del publico también eran colocadas en globo transparente, de donde se le iba dando salida primeramente a las bolas de los números y después a las de los premios; estos eran leídos en alta voz por niños de la Casa de Beneficencia y Maternidad.

También participaban los niños de los asilos de Huérfanos de la Patria. Los premios mayores se leían tres veces.

El INAV

El 16 de febrero de 1959 el Primer Ministro del gobierno revolucionario, Fidel Castro Ruz anunció la supresión de la Renta de la Lotería Nacional y la creación en su lugar del Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), que sería presidido por Pastorita Núñez[1]. Al asumir el cargo, en presencia del entonces comandante Luis Orlando Rodríguez, ministro de Gobernación, esta expresó:

"Vengo aquí a poner en vigor las prédicas de honestidad… Vengo a convertir el vicio en virtud, a transformar lo que constituía un baldón y una vergüenza para Cuba en instrumento de servicio y sostén de las clases populares".

El 17 de febrero, el Consejo de Ministros aprobó la Ley de Reorganización de la Lotería Nacional y las funciones del Instituto de Ahorro y Vivienda. La Revolución ideó la fórmula de que los billetes adquiridos para los sorteos de la Lotería no perdieran el valor, ni siquiera aquellos que no eran premiados, sino que se constituyeran en bonos de ahorro y ganasen incluso intereses. Ello hizo posible que el sistema de juego se cambiará en un sistema de ahorro.

En el primer año de vida, con esos fondos ahorrados, el INAV construyó el reparto Camilo Cienfuegos, en la Habana del Este con 1 360 viviendas, un centro comercial, campos deportivos, parques y áreas verdes.

También construyó numerosas casas en el Wajay y otros lugares cercanos al centro de la capital. El último sorteo se realizó en Cuba el sábado 16 de marzo de 1968.

Referencias

Fuentes