Manuel Vicente Ramón Doblado Partida
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Manuel Vicente Ramón Doblado Partida. Patriota excepcional y defensor de los primeros liberales. Ministro de Relaciones Exteriores, fue gobernador de Guanajuato y 1862 también fue gobernador de Jalisco
Biografía
Nació el día 2 de junio de 1818, en el poblado de San Pedro Piedra Gorda, en el estado de Guanajuato, en plena época de la guerra de Independencia; fue el octavo de once hijos que procrearon don Julián Doblado y doña Vicenta Partida. Siendo un niño precoz y reflexivo, realizó sus estudios básicos en su pueblo natal, y tiempo después su tío, don José María Doblado, logró que le fuera otorgada una beca para estudiar en el Colegio de la Purísima Concepción actual Universidad de Guanajuato en la capital guanajuatense, donde el joven Manuel estudió latín, francés, griego, filosofía, física geografía, historia, español, al igual que cuatro años de Derecho, hasta obtener en 1843 el título de abogado, a los 25 años de edad.
En 1846, en plena época de la guerra con los Estados Unidos, el joven Doblado llegó a ser electo gobernador de su estado natal, a pesar de que no contaba con la edad reglamentaria para acceder a dicho cargo; renunció al año siguiente y ocupó un escaño en el Congreso de la Unión por el estado de Querétaro. Durante la discusión de los tratados de paz, Doblado, junto con otros personajes relevantes como Ponciano Arriaga y Guillermo Prieto, se opuso a la firma del tratado de Guadalupe Hidalgo, por lo que terminó aliándose con el sacerdote de origen español Celedonio Jarauta en 1848; sin embargo el levantamiento fracasó, Jarauta fue ejecutado, lo que obligó a Doblado a esconderse en el Convento de San Francisco, y después se dirigió disfrazado a la Hacienda “El Calabozo”, cerca de su pueblo natal, donde mantuvo un perfil bajo.
Doblado fue uno de los que exigieron que el general Ignacio Comonfort fuera nombrado presidente de la República. Al producirse la Revolución de Ayutla en contra del gobierno de Santa Anna, en 1855 Doblado fue electo nuevamente gobernador de Guanajuato, y en septiembre de ese año se entrevistó con el segundo jefe de la rebelión, Ignacio Comonfort, en Lagos de Moreno, logrando establecer la unión con el movimiento y el triunfo del mismo. Tras el triunfo, unos meses después Doblado exigió que Comonfort fuera nombrado presidente, cosa que sucedió en diciembre de ese año.
Siendo gobernador, Doblado tuvo que manejar el acoso del jefe de la Sierra Gorda del vecino estado de Querétaro, el conservador Tomás Mejía, por lo que decidió combatirlo en La Mesa del Sombrerete, terminando por derrotarlo en el Cerro de la Laja el 18 de noviembre de 1857. A finales de año se unió a los estados que reconocerían al gobierno de Benito Juárez, después de que Comonfort renunciara a la presidencia al haber apoyado el Plan de Tacubaya de los conservadores.
En 1859 Doblado formó una división que el 1 de noviembre venció a los conservadores en la Loma de las Ánimas, pero el 13 fue vencido por Miramón en Estancia de las Vacas; por ello inició un largo peregrinaje desde Acapulco hasta Panamá, y de ahí a Veracruz para regresar a Guanajuato; en 1860 tomó el mando del Ejército del Interior, donde se puso a las órdenes del general Jesús González Ortega, participando en las batallas de Silao el 10 de agosto y de Guadalajara el 1 de noviembre.
Tras la victoria liberal en la Guerra de Reforma, Doblado se retiró a la vida privada, pero en ese tiempo la República se encontraba en bancarrota por la guerra, por lo que el presidente Juárez decretó la suspensión de pagos de la deuda externa que tenía con España, Francia y Gran Bretaña, quienes reaccionaron enviando tropas al puerto de Veracruz.
En vista de la precaria situación del país y el problema de la deuda externa, Juárez se entrevistó con Doblado, y finalmente lo nombró Ministro de Relaciones Exteriores.
En vista de la situación, Juárez buscó a alguien que pudiera encargarse de la delicada situación en que el país estaba envuelto, pero algunos personajes como Sebastián Lerdo de Tejada y Manuel Dublán rechazaron el ofrecimiento, así que Juárez se fijó en Doblado para ocupar el cargo de ministro de Relaciones Exteriores, por lo que Doblado se entrevistó con Juárez, y este aceptaría el cargo con la única condición de que Juárez le permitiera hacer cambios en el gabinete, sin importar quienes resultaran beneficiados; al principio Juárez se mostró reticente ante la propuesta, ya que esto convertiría a Doblado en una especie de primer ministro o jefe de gobierno. Después de varias pláticas, finalmente se pusieron de acuerdo en la conformación del gabinete, y Doblado fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores.
Ya instalado en el puesto, Doblado se entrevistó con los jefes de las tres delegaciones: el general Juan Prim en representación de España, Sir Charles Wyke por el Reino Unido, y Alphonse Dubois de Saligny por Francia; después de varias pláticas con los representantes, finalmente logró convencer a las delegaciones española y británica del compromiso de México de seguir con los pagos de la deuda en cuanto se haya resuelto el conflicto, dando forma a lo que serían los Tratados de La Soledad, a los que Francia, sin embargo, no aceptaría, dando finalmente paso a lo que sería la Intervención Francesa.
Poco después Doblado renunció al cargo para hacerse cargo del ejército nuevamente, y en octubre de 1862 fue nombrado gobernador de Jalisco, y tras la derrota del Ejército de Oriente en Puebla en mayo de 1863, Juárez se vió obligado a abandonar la capital y a trasladar su gobierno a diversas partes de la República; y eso Doblado lideró la escolta del presidente hacia el Norte, y al llegar a Saltillo, las fuerzas de Doblado fueron obligadas a acampar en las afueras de Monterrey, ante las amenazas del gobernador de Nuevo León y Coahuila Santiago Vidaurri de ordenar un ataque en contra de la escolta.
Muerte
Tras las derrotas infligidas por el general Tomás Mejía, Doblado se exilió a los Estados Unidos, y estando en Nueva York se hallaba gravemente enfermo, falleciendo el 19 de junio de 1865 a la edad de 47 años. Sus restos fueron repatriados en 1869 y sus cenizas depositadas en el Colegio del Estado de Guanajuato, donde permanecieron hasta el 22 de septiembre de 1870, en que fueron depositados en el Panteón Civil en la capital guanajuatense. En su honor, su villa natal se transformó en lo que hoy es el municipio de Manuel Doblado, Guanajuato.
