Mayor Dundee (Película)

Mayor Dundee
Información sobre la plantilla
Western, Guerra de Secesión Americana | Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
124  min
Otro(s) nombre(s)Major Dundee
Estreno1965
GuiónHarry Julian Fink, Oscar Saul, Sam Peckinpah
DirectorSam Peckinpah
Dirección de FotografíaSam Leavitt
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos

Mayor Dundee (Filme). Película de 1965 dirigida por Sam Peckinpah y protagonizada por Charlton Heston, Richard Harris, Jim Hutton, y James Coburn.Trata sobre un oficial de caballería que encabeza una tropa contencioso de regulares del ejército, prisioneros confederados, y los exploradores en una expedición a México para destruir una banda de apaches que han estado atacando las bases de Estados Unidos en Texas. Fue filmada en varios lugares en todo México.

Sinopsis

En los días posteriores a la Guerra de Secesión americana, una tribu de indios sublevados se dedica a cometer asaltos en el territorio de la Unión. El Fuerte Belin, en Nuevo México, sufre uno de los más salvajes ataques. Ha quedado completamente arrasado y tres niños han sido secuestrados por los seguidores del indio Sierra Charriba. El Mayor Amos, Charles Dundee, ignorando las órdenes de sus superiores y a sus compañeros, decide perseguir al apache. No obstante, es consciente de los peligros a los que se enfrenta y propone a los prisioneros confederados que le acompañen a cambio de su liberación. El grupo estará liderado por el propio Mayor y el jefe de los nordistas, el capitan Tyreen. Ambos fueron compañeros en la Academia militar, pero ahora se odian. Cuando comienza la operación, el grupo se divide para hacer frente a los indios por un lado y a las tropas francesas, a las órdenes del emperador Maximiliano, por otro. Al terminar la dura batalla contra los indios, comienza la esperada lucha entre los dos soldados.

Reparto

Críticas

Peckinpah contenido por los mandamases

Se echan de menos esas cámaras lentas, esas imágenes congeladas que todavía no se había animado a usar pero que más adelante se convertirían en la firma de Peckinpah. No importa, la historia y los personajes están pensados a su medida (de hecho, él mismo metió mano en el guión). También se nota su peculiar estilo en algunas de las escenas: el cuerpo inerte del indio muerto cayendo por una pendiente, la espectacular batalla final en el río...

La película es conocida por su fracaso en taquilla y por los problemas durante la producción (se dice que durante el rodaje Heston amenazó con un sable a Peckinpah, aunque también se dice que se jugó el cuello apoyando a Sam ante los productores, llegando a decir que si le despedían, él también se iría) y, sobre todo, durante la posproducción (los productores no contaron con Peckinpah para el montaje, y eso, para un director-montador como él, fue un insulto). Todas esas diferencias hicieron que Peckinpah no dirigiera finalmente "El rey del juego".

Imprescindible para todo amante del western; muy recomendable para el resto.

Apología del Derecho al ataque preventivo

No voy a descubrir ahora lo buen director que fue Sam Peckinpah, uno de los grandes sin lugar a dudas, al que admiro profundamente, sin embargo como casi todo el mundo tiene alguna película que creo que no responde a lo que se pretende vender habitualmente y el ejemplo más paradigmático es “Mayor Dundee”

Echar la culpa a los productores es bastante simple, acaba de salir una edición en DVD, magnífica por otra parte, donde podemos sumergirnos en una versión muy cercana a la que quería Peckinpah, y los defectos son los mismos.

No se trata del montaje o de si los personajes están más o menos dibujados, para nada, creo que en demasiadas ocasiones de termina hablando de si el cielo es azul. Seré claro: “Mayor Dundee” es una apología del derecho de intervención norteamericana más allá de sus fronteras en la forma y manera que le dé la gana. La persecución de los indios por el rapto de los pequeños es una cortina de humo, lo esencial son dos cosas:

A. Los soldados azules cruzan Río Grande como si aquello fuera su patio trasero, y no sólo se justifica por la necesidad propia, es que es bueno para los mexicanos. La pintada de ¡Viva Dundee! en una tapia de un pueblo de aquel país es el mejor resumen. Peckinpah como todos los directores que han trabajado en Hollywood pasó por el aro y sus divergencias con los mandamases siempre fueron de forma (gasto, ideosincracia, carácter...) que de fondo –el guión, que es el mayor fondo de cualquier película-.

Ese mensaje patriótico que invade “Mayor Dundee tiene lectura interna, se trata de que confederados y unionistas formen un frente común y salven sus diferencias para un enemigo común: los indios, los mexicanos o los franceses. Ese es el segundo punto.

B. Es una película que representa la francofobia típicamente norteamericana (¿Dónde estarían ahora sin la ayuda franco-española en su guerra de independencia?). Y es que la doctrina Monroe de “América para los americanos” está subyacente en todo el metraje.

Esto no le quita otros méritos, y muchos además. Los actores por ejemplo. En especial Heston que está espléndido y muy cómodo, realmente se interpreta a sí mismo, cogiendo caracterizaciones de otros papeles suyos como “Ben –Hur” o “El Cid”. James Coburn sí que nos trae el verdadero personaje peckinpahniano. Ese rastreador manco hubiese merecido una película para él sólo.

Igualmente extraordinario es el rodaje en exteriores –vaya forma de rodar planos abiertos- y la fotografía con ese color rojizo a oxidado que la hacen memorable. Sombrerazo por su fotógrafo, Sam Leavitt.

Pero repito, es un Peckinpah aún en transición, le percibimos pero no le terminamos de encontrar su ADN. En demasiados momentos recuerda a John Ford, y a películas como “Río Grande” –la total impunidad de la legalidad internacional que los norteamericanos hacen gala- o a “Fort Apache”, con un retrato del personaje de Heston muy en la línea del de Fonda.

El inestimable preludio de una obra maestra

Casi todos los adeptos a Sam Peckinpah coincidimos en que “Mayor Dundee” no es, quizás, una de sus mejores pelis. De entre sus muchos westerns yo lo situaría, por ejemplo, a un peldaño de “La balada de Cable Hogue” y a dos, obviamente, de “Grupo salvaje”.

Con todo, “Mayor Dundee” me parece una buena película. Mejor dicho, una muy buena película. Y lo apunto así, con tanto convencimiento y firmeza, porque considero que más allá de sus virtudes y sus defectos “Mayor Dundee” es -por así decirlo- un bosquejo. Un inestimable preludio de ese peculiar y genuino libreto de estilo que Sam empezó a definir a partir de “Grupo salvaje” y que, muy poco después, lo confirmó como uno de los mejores cineastas norteamericanos de la década de los setenta.

Y aunque yo también echo de menos en esta peli esos zooms y ralentís tan peckinpahianos, otros muchos rasgos característicos de su autor -tanto o más significativos, incluso- son perfectamente identificables en “Mayor Dundee”. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a su atracción por la violencia física o verbal, a su indisociable misoginia o a su pertinaz empeño en componer personajes descorazonados, escépticos y -por que no decirlo- incluso despiadados. Personajes que poco o nada tienen que ver con la clásica visión maniqueísta del viejo oeste y que tan sólo mantienen fuertemente arraigados determinados y muy puntuales códigos de honor. Todo ello lo podemos advertir, obviamente, en el tremendo duelo interpretativo que mantienen a lo largo de la peli Dundee (Heston) y Tyreen (Harris). Dos adversarios, antaño amigos, cuyos tensos diálogos preludian -como antes decía- la nostálgica, áspera y crepuscular poética de “Grupo salvaje”. Un film que jamás habría logrado tanta repercusión en la historia del western si cinco años antes Peckinpah no hubiera colocado esa primera piedra que lleva por nombre “Mayor Dundee”. De eso estoy completamente seguro.

Sam Peckinpah, el provocador

Que me disculpen todos los realizadores que han dirigido a la archiconocida y ya clásica estrella de cine llamada Charlton Heston, sinceramente creo que ninguno le ha sacado una actuación tan soberbia y honesta como Peckinpah, que debería ser algo así como el santo patrón de los directores; por lo genial que es a la hora de contruir personajes, darles esa veracidad y profundidad garrafales; a la hora de desarrollar un argumento (sin manierismos seudointelectuales ni pedanterias, Sam no nesecito destruir el cine para convertirse en el director más provocador que dado la industria); Mayor Dundee sigue en esa linea en la que él se mantuvo toda su vida y que era su obsesión: la visión transgresora, desmitificadora, de una sociedad basada en preceptos y valores hipócritas e inexistentes, que contradicen muchas veces la verdadera naturaleza humana, tan dual, tan dialéctica; acaso mostrando apenas aquella linea que no divide el bien del mal sino que lo confunde, un director tan honesto y consecuente con sus ideales, que quizá termine siendo un artista sicopático, bastante lúcido, el más desarraigado y pesimista, el más genial y turbio; grandioso como narrador de historias, como plasmador de sobrecogedoras escenas lúdicas, aveces idílicas, muchas veces crueles y realistas, siempre geniales; acompañadas de extraordinarios diálogos, una muy buena selección de actores; ninguna de las películas que le he visto me han decepcionado, toda persona que quiere dirigir alguna vez debería verlo, es un gran maestro.

Mayor despropósito, imposible

No me extraña nada que fuese un fracaso en taquilla. No sacarían ni para pagar al divo de Charlon Heston y mucho menos a Harris y a Coburn. Para empezar, se parte de un argumento de lo más inverosímil donde el mayor Dundee abandona su Fuerte, a sus hombres y sus obligaciones, para embarcarse en una odisea con tintes de suicidio colectivo, con un grupo de fracasados, otro de soldados negros (que los del sur quieren esclavizar y los del norte los consideran prescindibles, así que se los lleva) y prisioneros sureños (que por supuesto, estarán encantados de compartir misión con los de color), a rescatar a unos niños, que ni le van, ni le vienen, capturados por los apaches. El montaje es de pena, la música para cortarse las venas y las actuaciones de Heston y Harris, irrisorias y nada creíbles. Sus personajes no están bien definidos, y sus diferencias del pasado, tampoco resultan verosímiles. Los diálogos son paupérrimos y el doblaje para redondear, es realmente pésimo. Por si esto no fuera suficiente, a medio metraje nos intentan colar una Historia de amor como sin venir a cuento que ya es el colmo de la desfachatez y ridiculez.

Fuentes

  • Artículo Mayor Dundee . Disponible en: www.dcine.org, visitado el 2 de febrero del 2013.
  • Artículo Mayor Dundee . Disponible en: www.filmaffinity.com, visitado el 2 de febrero del 2013.
  • Artículo Mayor Dundee . Disponible en: www.fotogramas.es, visitado el 2 de febrero del 2013.
  • Artículo Mayor Dundee . Disponible en: www.decine21.com, visitado el 2 de febrero del 2013.