Miguel Jacinto Meléndez

Miguel Jacinto Meléndez
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Datos personales
Nombre completoMiguel Jacinto Meléndez
Nacimiento1679
Oviedo, Bandera de España España
Fallecimiento1734
Madrid, Bandera de España España
NacionalidadEspañol
OcupaciónPintor
Datos artísticos
ÁreaPintura

Miguel Jacinto Meléndez. Fue un pintor español, fundador de una familia de artistas a la que perteneció su hermano menor, Francisco Antonio, miniaturista, y el hijo de éste, Luis, el pintor de bodegones más importante del siglo XVIII.

Trayectoria profesional

Miguel Jacinto se trasladó a finales del siglo a Madrid, donde, al parecer, estudió con Francisco Antonio en el taller de José García Hidalgo, antiguo discípulo de Juan Carreño de Miranda, lo que explica su adhesión al estilo de la pintura madrileña del último barroco en su obra temprana. Después del fallecimiento de los últimos tres grandes pintores del barroco en la corte de los Austrias, Juan Carreño de Miranda, Francisco Rizi y Francisco de Herrera, Miguel Jacinto consolidó pronto, sobre todo después del regreso de Luca Giordano a Italia, su papel como retratista de la corte. Con la entrega de los retratos de Felipe V y de su primera esposa, María Luisa Gabriela de Saboya, y de su hijo Luis, sucesor al trono, logró en 1712 el título de pintor del rey honorario sin derecho a sueldo, circunstancia que no cambiaría hasta 1727.

El pintor gozó pronto -como prueba un inventario y una tasación de sus bienes, que hizo realizar con ocasión de su segundo matrimonio en 1716- de un sólido estatus social y económico. Después de la Guerra de Sucesión los retratos de los miembros de la familia real se convirtieron en un imprescindible instrumento de propaganda política, lo que garantizó a Miguel Jacinto, dedicado en su primera etapa casi con exclusividad a dicha tarea, un ingreso regular. En 1727 consiguió, por fin, los gajes correspondientes al puesto de pintor del rey, quizá por haber realizado la importante «Serie de retratos de la familia de Felipe V» para la Real Librería, cuando firma el retrato de la segunda esposa del monarca, Isabel de Farnesio. De la treintena de retratos localizados -dos conserva el Prado- ninguno se fecha después de dicho proyecto. La llegada de Jean Ranc a la corte en 1724 le desbancó definitivamente. No obstante, el nuevo prototipo del retrato real, impuesto por el pintor francés, ya había dejado huella en la obra de Meléndez. Formado en la escuela madrileña del último tercio del siglo XVII, modera su técnica a favor de una mayor densidad de pinceladas y su paleta se hace más fría. Sus modelos aumentan en idealización y muestran -a diferencia de los retratos del siglo anterior- su preferencia por la vestimenta y los detalles de fastuoso lujo. Estas novedades en el género no superan la discreta elegancia, propia del concepto del pintor, que resalta siempre un cierto aire melancólico en sus modelos.

Fuera de la corte, su estilo queda, no obstante, aferrado a las tradiciones del siglo de oro. En plena madurez, Miguel Jacinto realizó composiciones religiosas para iglesias y conventos, repitiendo frecuentemente los modelos de Carreño y Mateo Cerezo. En 1734, recibió el encargo de dos enormes cuadros para el crucero de San Felipe el Real, San Agustín conjurando una plaga de langosta y El entierro del señor de Orgaz. Su muerte le impidió llevar a cabo el proyecto, y Andrés de la Calleja, que fue probablemente discípulo suyo, lo concluyó.

Fuente