Mina de cobre de Guadalupe y Abras Grande

MINAS DE COBRE DE GUADALUPE Y ABRAS GRANDE.

Su contrucción

La construcción de unas minas de cobre en Guadalupe y Abras Grandes constituía un factor importante desde el punto de vista socioeconómico. Existía ya cierta tradición minera puesto que hacia la década del cuarenta, fueron explotadas por el ciudadano norteamericano Frederic Lowrey, unas minas de asfaltita en la comunidad que hoy recibe el nombre de Lowrey, próximo al poblado de Florencia. En los archivos de la oficina de Minas, está recogido que el « Valle de Guadalupe, situado al noroeste de la provincia de Camagüey y que ocupaba una fuerte depresión limitada por la sierra de Meneses o cordillera de Jatibonico, al norte y al sur, por una sierra de serpentinas de pequeña altura, poseía en su constitución geológica poca existencia de calizas arcillosas y sí una mayor cantidad de formaciones margosas, margo- arcillosas y arcillo-arenosas. Los estratos buzan aquí hacia el sur.

El Lugar.

El valle de Guadalupe está constituido por un patentismo y ancho asomo de un conjunto de rocas hipogénicas de naturaleza básicas, entre las que fácilmente pueden distinguirse las dioritas, andesitas y peridotitas, convertidas estas últimas sobre todo en la mayoría de los lugares en serpentinas. La tectónica que dio origen al valle de Guadalupe puede resumirse de la siguiente manera: Con posterioridad a la época miocena, la isla experimentó aquí un fuerte levantamiento que motivó en primer término la elevación de todo el sistema. Como consecuencia de tal movimiento tectónico, el paquete sedimentario se falló, resquebrajó y despegó, facilitando sobremanera la ascensión de los magmas profundos, este magma hirviente, realizó sobre las formaciones sedimentarias, los consiguientes fenómenos de metamorfismos dando origen a un buen número de las rocas reseñada. El enfriamiento posterior del magma provocó una reconcentración de la masa ígnea, reconcentración que a la postre se tradujo en un gran hundimiento y que vino a ocupar lo que actualmente es el valle de Guadalupe De las rocas hipogénicas que antes se citaron son las dioritas, las que de

ordinario forman el muro de los yacimientos de cobre en la región, los cuales de ordinario también tienen por techo las peridotitas transformadas en serpentinas».23 Los yacimientos minerales de este valle son los de cobre, pues aparte de este metal no se ha observado más que unas formaciones de Rhodonita (silicato de Manganeso), sobre todo en los primeros y segundo paso del río Chambas. Los yacimientos cupríferos se sitúan muy cerca del borde sur del Valle, a unos 900 metros de Guadalupe en dirección próxima de N.-60º-O y se extiende en la misma dirección en poco más de seis kilómetros. La caja de mina puede apreciarse en poco más de 1.50 metros.

Las Minas

Las minas fueron denominadas «María Antonieta» y «La Más Buena», de las dos, esta última fue la que estuvo en explotación más tiempo y está situada en el valle de Guadalupe, «María Antonieta» fue un socavón con muchas posibilidades que se trabajó hacia el oeste, en el lugar conocido por «Abras Grande» y que sigue la misma línea de serpentinas que pasa cerca del poblado.. La «Más Buena», fue una de las que más esperanzas de explotación hizo concebir a sus dueños comenzó a trabajarse hacia 1917, inicialmente se iba a explotar por oro por una compañía francesa que abandonó el proyecto ante la imposibilidad de encontrar el metal precioso. No obstante, luego de varios años de arduo trabajo en su preparación y conociéndose las potencialidades de cobre que poseía inclinaron su producción hacia este renglón. Con un considerable atraso tecnológico y sobre todo la falta de un presupuesto para la contratación de personal calificado se comenzó su insipiente explotación. Existe información de que estas minas fueron exploradas con sondas de diamante y como único dato aparecido en expedientes y otras publicaciones, uno de los sondeos cortó mineral a la profundidad de 90 pies, con un espesor de 25 pies. Si tenemos en cuenta la proximidad que iba a tener el ferrocarril para el traslado del mineral, comprendemos entonces que las reservas existentes no ameritaban grandes inversiones por parte de sus propietarios. Para que se tenga una idea de la composición del mineral ofrecemos una muestra del cobre en ambos yacimientos, obtenidos por los laboratorios de la oficina general de Montes y Minas que señala también que la cantidad total que se logró consolidar en la extracción y embarque hacia los Estados Unidos fue de unas 400 toneladas de carbonato de cobre. Con el paso del ferrocarril, estos yacimientos alcanzaron cierto esplendor, pero realmente la obsoleta tecnología impedía continuar la búsqueda de nuevos afloramiento de cobre. Primero dejó de producir «María Antonieta» de Abras Grande y meses después «La Más Buena», Desde hace muchos años ahí están los socavones como recuerdo imperecedero de esperanzas frustradas. En este mismo escenario, otros hombres, también ávidos de nuevos triunfos económicos, movían todos sus contactos y relaciones en busca de recursos para emprender nuevos destinos en la ingente obra del ferrocarril . Luego de varias evoluciones que realizaba Tarafa, con el objetivo de obtener el financiamiento para lograr esta extensión del camino de hierro hasta Santa Clara, se reiniciaron las obras desde el río Chambas, este regateo del dueño de la Norte de Cuba, para alcanzar los recursos financiero se vio reflejado en el incremento de la explotación a los peones de vías. Los salarios volvieron a bajar, muchos abandonaron aquel proyecto en el que habían puesto sus anhelos de seguridad laboral, por estas razones se hizo necesaria la búsqueda de mano de obra para incrementar la ya existente y sumamente explotada, aparecen nuevos peones que ansiosos por mitigar su situación aceptan laborar por míseros salarios. Desde finales del siglo XIX una gran masa de emigrantes, fundamentalmente canarios, «llegaban por el puerto de Caibarien, que había sido habilitado y se convirtió de hecho en punto estratégico de rutas y travesías marítimas por donde entraron sucesivos contingentes»24 abrigaban las esperanzas de encontrar trabajo en la medida en que la obra se acercara a esta región. Al existir las condiciones de viviendas ofrecidas por la compañía aceptaron las oprobiosas condiciones laborales.

Fuente

  • Florencia de Cuba, Raíces Canaria de su fundación. B. Pardillo Padrón, 1998