Muchachas de uniforme (película de 1931)

Muchachas de uniforme
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| Bandera de Alemania Alemania
Madchen uniform.png
Otro(s) nombre(s)Mädchen in Uniform (en alemán)
GuiónChrista Winsloe, Friedrich Dammann Obra: Christa Winsloe
DirectorLeontine Sagan, Carl Froelich
Dirección de FotografíaReimar Kuntze, Franz Weihmayr (B&W)
RepartoHertha Thiele, Dorothea Wieck, Emilia Unda
Premios1932: National Board of Review (NBR): Top películas extranjeras, 1932: Festival de Venecia: Sin carácter competitivo
ProductoraDeutsche Film-Gemeinschaft
PaisBandera de Alemania Alemania

Muchachas de uniforme o Mädchen in Uniform. Película alemana de 1931 basada en la novela de Christa Winsloe, la cual sería coautora del guion junto a Friedrich Dammann, intentó ser retirada de los cines tras su estreno debido a las connotaciones lésbicas de la trama, pero su incontenible éxito en toda Europa, e incluso en los Estados Unidos, donde recibió el encendido apoyo de Eleanor Roosevelt, lo impidió.

Sinopsis

Manuela es una adolescente que es enviada a un rígido internado después de la muerte de su madre. La directora del establecimiento es una convencida de que el hambre y la disciplina afirman el carácter de las niñas, pero Manuela tiene problemas ajustándose a la rígida disciplina de la directora. Así la niña es cuidada por la maestra Elizabeth Von Bernburg, que es la profesora más joven del internado y por la que todas las niñas (incluida Manuela) suspiran enamoradas. Manuela entrega sus ropas de calle al entrar y recibe un uniforme usado que será lo que vestirá a partir de ese momento. Su pelo es recortado y se impone el uso obligatorio de horquillas para llevarlo siempre recogido. Sin tener plena consciencia de ello pareciera que ingresara en una cárcel y tal es así pues cualquier sentimiento, cualquier sueño infantil intentará ser reprimido y eliminado como inconveniente e inapropiado para su educación.

Criticas

Basada en una obra de Christa Winsloe, fue la primera película que claramente trataba el tema del lesbianismo y obtuvo un considerable éxito tanto en Europa como en Estados Unidos. Se abre así de lo general a lo particular, mostrando el entorno donde se desarrollará la acción para dar a conocer enseguida a la que será una de las protagonistas, Manuela (interpretada por la bellísima Hertha Thiele, que superaba en casi un década la edad de su personaje), a sus compañeras de clase y a las estrictas directora y profesoras del centro. La directora Leontine Sagan, en el que sería su primer filme, muestra en estos minutos iniciales con gran agilidad y limpieza estilística todo ese microcosmos cerrado y asfixiante en el que las escaleras principales evocan los diseños imposibles de algunos cuadros de M. C. Escher, los pisos en los que se distribuyen las estudiantes y sus cuartos compartidos con filas de camas que nos hacen recordar las de los hospicios dickensianos o los más tristes cuarteles militares, ambiente el de estos que domina la estructura de orden y obediencia que imperan en el colegio. La joven Un ambiente severo, unas normas de conducta rígidas que, como no puede ser de otra manera, invitarán a una constante rebelión. En su intimidad, las jóvenes leen a escondidas libros prohibidos, pegan en sus taquillas fotografías de actores y hombres semidesnudos tras inocentes carteles que las ocultan y hablan del amor, un deseo por descubrir y experimentar que parece no tener sexo determinado. Lo mismo suspiran arrobadas por ese deportista musculoso en calzonas que por una de sus maestras, la señorita von Bernburg (Dorothea Wieck), la única que se muestra humana y cariñosa con ellas. Una necesidad de afecto que no atiende al género y que no se mide por las restricciones sociales del exterior. Una de las primeras advertencias que recibe Manuela de sus compañeras es precisamente un admonitorio No vayas a enamorarte referido a esta profesora.

Fuentes