Narraciones orales populares en Santa Cruz del Norte
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Narraciones orales populares en Santa Cruz del Norte. Incluir mitos y leyendas tradicionales en el estudio de la historia local del municipio de Santa Cruz del Norte, perteneciente a la provincia de La Habana, Cuba, refuerza sus tradiciones, e identidad. La leyenda de El Fraile y La Monja, es una de las más conocidas y repetidas de generación en generación entre los pobladores de Santa Cruz del Norte.
Características históricas y culturales
Existen numerosos mitos y leyendas, y otros hechos que se confunden con ellos porque pertenecen al campo de lo real maravilloso que definiera magistralmente Alejo Carpentier en el municipio de Santa Cruz del Norte en La Habana, Cuba.
Así se obtiene la historia real maravillosa de los dos Antonios, la del robo del caballo de la condesa de Villanueva, la leyenda de la boda del cacique, las historias de Canasí: la del pozo del esclavo y el antiguo jagüey, el mito de la Piedra de Menéndez,entre otras muchos.
La leyenda de El Fraile y La Monja, es una de las más conocidas y repetidas de generación en generación entre los pobladores de Santa Cruz del Norte. La historia refiere el origen de dos de las elevaciones costeras de la la entrada de la playa de Jibacoa.
El Fraile y La Monja
El Peñón del Fraile y La Monja son dos elevaciones costeras situadas a la entrada de la playa de Jibacoa de Santa Cruz del Norte, muy cerca de la carretera que bordea las playas del territorio habanero.
La piedra de la monja es una escultura natural, obra de la naturaleza como producto de la erosión marina y se observa desde distintos puntos de la costa, siempre en espera del sol fuerte del amanecer y luego del atardecer. A lo lejos se divisa la silueta de El fraile, gallardo, firme y arrogante, guardando siempre una discreta y respetuosa distancia.
La leyenda
Según cuenta la leyenda, hubo en Santa Cruz del Norte, un hombre y una mujer que vivieron hace muchos años en ese hermoso paraje de la costa norte y que se amaron intensamente, pero vieron frustrados sus amores por los prejuicios familiares de la época.
Día tras día se veían a escondidas junto al mar, y mientras el agua acariciaba sus pies descalzos, ambos lloraban su pena. Ya desesperados, pero jurándose amor eterno decidieron él ingresar a un monasterio y ella, a un convento. El se hizo fraile, ella, monja, pero no podían dejar de acudir, como tributo a su romance trunco, todos los días a la orilla del mar, aunque distantes y sin mirarse, guardando respeto a sus votos religiosos.
Cuenta la leyenda que un día, por un designio oculto y sobrenatural, quedaron ambos convertidos en piedra, mientras contaban sus penas al mar. De esta forma, son ellos los dos peñones que cautivos de un amor imposible guardan celosamente el tesoro natural de la playa de [[Jibacoa Santa Cruz del Norte Jibacoa.
Sigue contando la leyenda, que en las noches de Luna, ya muy tarde, el fraile lentamente abandona su sitio y se dirige a saludar a la monja, se acerca a ella y respetuosamente le besa la mano. Luego, se retira, callado, y regresa a su sitio, las dos elevaciones costeras.
Fuentes
- Museo Municipal, municipio Santa Cruz del Norte, perteneciente a la provincia de La Habana, Cuba.
