Olga la tamalera

Olga la tamalera
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Cienfueguera radicada en la Habana en la época republicana que ganó popularidad en el acerbo cultural de la nación por la calidad de los tamales que vendía y que fue la musa que inspiró el famoso Cha-cha-cha de la orquesta Aragón, "Los tamalitos de Olga".
NombreOlga Muré Jiménez
Nacimiento23 de mayo de 1922.
CienfuegosBandera de Cuba Cuba
Fallecimiento2007
La habana
ResidenciaCubana
NacionalidadCubana
Conocido porVendedora ambulante de tamales
TítuloOlga la tamalera

Olga Moré Jiménez conocida por Olga la tamalera fue la musa inspiradora del contagioso pregón popularizado por la inigualable Orquesta Aragón, escuchado en casi todo el mundo y versionado a muchos géneros y cantado por importantes artistas.

Historia

Corrían los años finales de la primera mitad del siglo XX y dada la compleja situación económica que sufría el país el personaje de esta historia la cienfueguera Olga Moré Jiménez que radicaba en La Habana, tuvo que vender tamales para sostener a su familia.

Emprendió a vender tamales en 1949, se escuchaban sus ingeniosos pregones para atraer a los clientes en la esquina habanera de Prado y Neptuno, pero la calidad de sus tamales conquistó a músicos como Félix Reina y Fajardo, quienes compusieron el chachachá “Olga la tamalera”. Seguidamente la orquesta Aragón popularizó también a esa simple mujer.

Olga la emprenderora

En la calle Figuras número 180 entre Manrique y Tenerife, barrio de Los Sitios, se levantaba esta mujer de tez negra, natural de Cienfuegos, quien abrumada por la situación familiar buscó una solución; esta mujer emprendedora y empoderada por su autenticidad se convirtió en una de esas personas que la han dado brillos a La Habana, mostrando la cubanía.

Olga había perdido a su esposo y tenía tres niños pequeños y una madre anciana. Cuando le vino la idea de hacer tamales para vender, se preguntó y ¿por qué no? Así que tomó una jaba casera confeccionada con retazos de vestidos y fue al mercado para iniciar su idea de sustento. De modo tal que se dijo: “Voy a ser la primera mujer que venda tamales en La Habana”. Luego de haber rayado el maíz, Olga se paraba frente a la gran cazuela, donde prefería estar sola. Porque para ella esa receta era y seguirá siendo un gran misterio para los cubanos.

Vendedora ambulante y más

No sólo los vendía en la calle, sino que hasta su puerta se personaban disímiles ciudadanos en busca de sus ricos tamales caseros, toda clase de personas, ricos y pobres querían degustar sus deliciosos platillos, así que múltiples pedidos le encargaban con anticipación para celebrar bodas, cumpleaños y todo tipo de festejos.

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Pero la calidad del producto, le fue granjeando popularidad a la vendedora, la cual pasaba largas horas en el arte de elaborar el suculento alimento a base de maíz tierno rayado, carne de cerdo y un sazón que solo ella conocía.

Conoce a José Antonio Fajardo

Otro lugar frecuentado por Olga fueron los salones de bailes populares, donde alternaba la venta, con algún que otro pasillo, de acuerdo a las canciones de moda en aquella época y precisamente fue alli donde conoció al flautista pinareño José Antonio Fajardo. Él era director de la Orquesta Fajardo y sus Estrellas, que ante el inconfundible sabor del manjar y la fama alcanzada por Olga, tuvo la gentileza de dedicarle una canción que tituló “Los tamalitos de Olga”, que derivó furor en la década del 50.

Variantes del histórico personaje

Otras interpretaciones de la historia real de la famosa vendedora refieren que “Olga la tamalera”, como era conocida, no vendía por la calle, ni tocaba de puerta en puerta ya que era dueña de una categoría culinaria y la mercancía la ofrecía en su propio hogar y casi siempre por encargo.

Éxito internacional del tema de la Aragón

El pregón, devino éxito internacional, de la mano de Rafael Lay y su agrupación, gracias a sus giras por América Latina y más tarde en los Estados Unidos y parte de Europa, y no resulta difícil creer que en varios países se tarareara el estribillo.

La canción, que además rinde culto a uno de los platos más sabrosos de la cocina cubana y de los pueblos mesoamericanos, grabada además por el proyecto Estrellas de Areíto, el cuarteto de saxofones Magic Sax Quartet y el venezolano Oscar D´León, acumula la fabulosa cifra de 160 versiones.

Ejemplo de cubanía

La cualidad del cubano de levantarse ante la adversidad, no sólo permitió que esta mujer solucionara su situación en su momento, sino que sin proponérselo le dio sabor a La Habana, y sobre todo a la Isla.

Fuentes