Oscar Arona
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Oscar Arona Violinista y compositor argentino.
Síntesis biográfica
Oscar Arona, violinista y compositor que nace en Buenos Aires, Argentina el 7 de noviembre de 1905.
Trayectoria
Oscar Arona, su padre, Antonio Arona, que se hace famoso dirigiendo el Orfeón Los Cívicos, en los carnavales de San Telmo del 900 y pico, es el primero que lo guía en los secretos del pentagrama.
No tiene actuaciones destacadas ante el público, en cambio sobresale en la composición; siendo “Barba blanca” el primer tango con que inicia en 1928 una lista de obras sobresalientes, con algunas de envidiable fama: “Parque Patricios”, “Al volver de madrugada”, “Vieja muchachada”, “Malvón”, “El repique [b]”, “Mía”, “Pobre huerfanita”, “Ternuras”, “Fray Milonga”, “Bailes de patio”, “Menta y cedrón”, “Don Juan Mondiola”, el vals “Imaginación”, “Mentiras criollas”, que grabó Carlos Gardel; “El cornetín del tranvía”, “Volviendo del ayer”, premiado en concurso Odol; “Bailongo de los domingos”, etc, etc.
Para este trabajo dice este compositor: «Yo había mandado los manuscritos de “Mentiras criollas” a la casa Max Glücksmann que está en la calle Florida donde hoy está la Librería El Ateneo, una mañana sabiendo que ya habían seleccionado los veinticuatro tangos del consurso de 1929, fue ahí para ver si el del había sido elegido para disputar las ruedas eliminatorias. El jurado está integrado por Carlos Gardel, José Razzano, Roberto Firpo, Francisco Canaro y Don Mauricio Godard; en el hall encuentra a Carlitos que baja del ascensor con su sobretodo borra vino y un chambergo marrón bien requintado, me saluda con una sonrisa. Yo es entonces un adolescente casi, pero se arrima a preguntarle si su tango había sido seleccionado y le contesta: «Vea pibe, con ese nombre hay cinco o seis tangos pero el que se eligió es muy bueno, no sé si será el suyo», y en ese momento le tararea «...que si corren pa' ganar te lo vienen a decir»... Alborozado le dice: «Ese es el mío, señor Gardel». «Bueno lo felicita, es un lindo tango», le contesta.
Conoce a Gardel por 1928, y no hay persona que me haya impresionado como él, por su amabilidad espontánea, por su manera de ser y por su porte nato de muchacho porteño».
