Pablo: 100 años después

Pablo: 100 años después (Libro)
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Título originalPablo: 100 años después
Editorial:Ediciones La Memoria.
Diseño de cubiertaHéctor Villaverde
ISBN959-7135-15-9
PaísCuba
Notas
La impresión de este título ha sido financiada por el Fondo para el Desarrollo de la Educación y la Cultura.

Pablo: cien años después. Es la selección de textos sobre Pablo de la Torriente Brau más completa aparecida hasta hoy— se recorre, por otra parte, la vida del autor a través de los textos que le dedicaran los escritores cubanos desde su desaparición física hasta nuestros días. Entre esas voces se encuentran las más cercanas, como la de Zoe de la Torriente Brau, que reunió durante décadas, con dedicación y amor, junto a Ruth, Güiqui y Lía, la papelería de su hermano; las de Loló de la Torriente y Conchita Fernández, y los recuerdos y valoraciones de amigos entrañables como Raúl Roa, Juan Marinello, José María Chacón y Calvo y Rafael Suárez Solís.

Sinopsis

Esta obra es un complemento imprescindible para el conocimiento de la obra del autor y para adentrarnos en los territorios de su existencia personal que se fundió, de manera ejemplar, con las solicitudes más urgentes y justas de su época. Aquí están las voces de los autores de España y América que nos dejaron sus noticias e impresiones, sus valoraciones y juicios sobre las letras y las acciones de Pablo de la Torriente Brau. Desde los apuntes intensos y emocionados de Juan Ramón Jiménez hasta la ternura descarnada de Gabriela Mistral. Desde la mirada cercana de sus compañeros de lucha Antonio Aparicio y Justino Frutos Redondo —testigos de su vida y de su muerte—, hasta la palabra imperecedera del gran Miguel Hernández, a quien Pablo descubrió como poeta y como comisario de guerra al mismo tiempo.

Datos del autor

Pablo de la Torriente Brau (1901-1936), fue un apasionado del cine y descubridor de estrellas como Janet Gaynor y Frank Borzage, actriz y director de la película muda El séptimo cielo, respectivamente, filme que inspiró a Pablo a realizar una versión particular, luego de verla al ser exhibida en La Habana en 1927.

Criterios sobre la obra

Marta Rojas Rodríguez, escritora cubana:

“…hay otros títulos que valdría la pena tener, tales como: El calor de tantas manos, Pablo de la Torriente-Brau. Alrededor de la poesía colección que abarca desde su primer poema en prisión y en el que no faltan sus contemporáneos Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, Regino Pedroso y Emilio Ballagas. O Pablo:100 años después, con voces de autores españoles.”

Víctor Casaus, prologuista de la obra:

“La carismática personalidad de Pablo, en la que se entremezclaban de manera formidable lo culto y lo popular, dejó huella imborrable entre sus contemporáneos. Por ello es posible encontrar en esta selección los acercamientos diversos, las recordaciones cálidas, los juicios acertados sobre las vocaciones y las palabras del cronista. No importa que más tarde, entre los avatares violentos de la historia o de las vidas personales, algunos de aquellos amigos tomaran rumbos contrarios a los sueños que compartieron en las luchas de la década del 30. Sus recuerdos de entonces, escritos desde la admiración y la amistad, conservan aquellos valores para la memoria y para el futuro.”

Raúl Roa, intelectual y político cubano:

“El mayor talento frustrado de nuestra generación es Pablo de la Torriente Brau, pero bien entendido: frustrado por la muerte. Justamente se extinguió cuando su talento empezaba a desplegarse en vuelo arrebatado hacia cumbres insospechadas. Escribió torrencialmente y de innumerables cosas, sin otro esfuerzo que teclear la maquinita. Escribía naturalmente, como sudaba o respiraba. Su imaginación era un bosque incendiado y su sensibilidad más vibrante que un sismógrafo. Pero fue tan plena su vida y tan hermosa su muerte que hablar de «talento frustrado» es pura retórica.”

Antonio Aparicio, Poeta y escritor español:

“Pablo de la Torriente era uno de los mejores hombres de El Campesino. Cuando estalló la sublevación antiespañola Torriente estaba en América. Durante varios años había tomado parte activa en todos los movimientos revolucionarios de Cuba. La juventud cubana antimperialista tenía en Torriente uno de los militantes más valiosos y útiles para la emancipación de su país. Allí era un escritor de prestigio naciente. Había sufrido más de una vez la vida atormentada de los presidios dictatoriales de Machado, y salió de las celdas con un libro sincero y agrio que los editores capitalistas no se atrevieron a publicar. Enviado por El Machete, órgano del Partido Comunista Mexicano, vino Torriente a España para mandar desde aquí sus trabajos literarios sobre la Guerra Civil Española. Pero ya en España, no se limitó a esta labor. Su temperamento de luchador juvenil y apasionado le exigía un trabajo más duro donde emplear la energía y tesón de su juventud combativa. Entonces se unió a El Campesino para ser su comisario político y el de sus hombres. Los soldados de El Campesino vieron más de una vez a Torriente fijo en su puesto durante los momentos más encarnizados de la pelea, ayudando con su ejemplo a resistir el empuje enemigo. Eran los días dramáticos en que el peligro sobre Madrid aumentaba por instantes. Torriente iba entre los milicianos con su alegría sana atravesada entre la boca.”.

Juan Ramón Jiménez, escritor español:

“Cada hombre, amigos cubanos y españoles, puede pensar, sentir y hacer de sí mismo, con relación a una paz acostumbrada, y sobre todo, a una mala guerra, lo que quiera o lo que pueda. Y todos merecerán, con la sola condición de que sean sinceros y honrados, o ¡ay! de que lo parezcan, nuestra consideración absoluta... o relativa.

Sí, sí. Pero ningún hombre, ni uno solo, que sea del lado y de la cara que fuese, y sea el que fuere, su acuse de destino, se atreverá a dudar ni a sonreír pública ni íntimamente de la fe, la esperanza, la caridad, el noble heroísmo de otro hombre palpitantemente joven y poeta, que deja una hirviente paz y su patria viva para morir con el corazón en la mano, por el mundo que sueña, en otra.

Esta vez, la otra patria ha sido España, el héroe, un cubano: Pablo de la Torriente. Yo, como español del mundo que él soñaba, me inclino ante el ejemplo generoso de su muerte.”

Fuentes