Parque Antonio Ferrer y Cruz (Pinar del Río)
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El Parque Antonio Ferrer y Cruz.Incluye tres generaciones desde su fundación y creemos que nunca terminará. La propia vida así lo ha impuesto, pues siempre ha existido una comunión de sentimientos entre esta instalación de recreo y los consolareños, la cual trasmite esa fuerza y ese mágico mito que encierran sus veredas, sus farolas, sus bancos o cada sombra de laurel, siendo un rasgo distintivo de nuestra villa.
Sumario
Ubicación
El Parque se encuentra ubicado en la parte más alta de la Villa consolareña, en la avenida 51 entre las calles 62 y 64 . La topografía del territorio obligó a los escasos pobladores en el año1800 a ubicar el centro de urbanización en una zona más elevada, es por ello que se determina el establecimiento de la Iglesia en los alrededores del actual parque, el cual era en sus inicios la Plaza de armas.
Historia
La plaza estaba situada en el mismo lugar que ocupa hoy el parque. Sus contornos por sus cuatro lados estaban cercados con una verja de hierro, con acabado en lanzas en su extremo superior. La entrada principal a la Plaza era a través de dos grandes puertas de hierro, que ocupaban el sitio frente a la sociedad La Unión. Desde ese portón hasta el atrio de la Iglesia se extendía una calle ancha que atravesaba la Plaza, formando en el centro, en el lugar de intercepción con una calle transversal, una especie de plazuela donde concurría por la noche los soldados españoles para divertirse a su manera, con música, canciones etc. Esta estaba pavimentada con ladrillos ordinarios. Al borde de las calles y alrededor de la plazuela había emplazados unos bancos de mampostería, separados unos de otros por pequeños tramos. Las áreas verdes que disponía la plaza, eran bastos placeres yermos cubiertos de hierbas muy altas y otras malezas. En ellas soltaban con frecuencia distintos animales a guisa de pastoreo.
Fundador
El 24 de febrero de 1902 se celebran las primeras elecciones constitucionales en La Villa y en ellas resultó electo como Alcalde Municipal Don Antonio Ferrer y Cruz. Este hombre era licenciado en farmacia, director en Ciencias Físico – Químico y Matemático y Director en Ciencias Naturales, es este el fundador de nuestro parque, el cual lleva en su honor su nombre.
Características
Don Antonio Ferrer, Internado en su farmacia se atareaba con ahínco, diseñando, cual si fuera un ingeniero, fijó en un blanco papel el proyecto del parque con todos los detalles necesarios. En el centro de la plazoleta circular interior del parque, se erigió una atractiva fuente con su surtidor de agua en el medio, en vez de la glorieta que hoy ostenta la esquina del parque formada por la calle Real (Martí) y la callejuela enfrente de la Iglesia, se instaló una pilastra provista de una llave de agua para servicio público. Rodeando la fuente y adyacente a los canteros formados por los bordes de los paseos del parque, se sembraron Palmas Reales. Estos simbolizaban los héroes más conocidos de la guerra de independencia. Tanto las calles como la plazoleta del parque tenían tendida sobre su superficie una capa de arena bien consolidada. Todo parece indicar que el parque fue terminado en el propio año 1902 o a principio de 1903. Los árboles que conforman su entorno eran en su mayoría álamos que fueron traídos al igual que las demás plantas ornamentales del jardín de los hermanos Armand en Marianao, La Habana. Los ocho canteros acorde con la disposición general del parque fueron asignados uno para cada una de las familias más pudientes de la villa en aquella época, para que por su cuenta sembraran plantas. Desde la construcción del parque se le han hecho varias reformas, sin cambiar en lo esencial su diseño original. El parque fue provisto de bancos de hierro y madera dura, se instalaron grandes farolas de manufactura local, colocadas sobre grandes columnas de madera de atractiva presencia, esta eran luminadas con luz de acetileno y fueron pintadas por la señora Maria Luisa Unza en el zaguán de la residencia del Doctor Ferrer y Cruz.
Transformaciones
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Desde la construcción del parque primitivo hasta nuestros días, se le han hecho varias reformas, sin cambiar en lo esencial su diseño original. Los Álamos originales dieron paso a unos higuillos que rodeaban su contorno y canteros interiores hasta el año 1932.
El primero de octubre de 1927 se colocó un precioso busto de José Martí tallado en mármol blanco de frente para la calle que lleva su nombre. En la década del 30 se transformó su fuente inicial por una glorieta que inicialmente tenía techo. De 1930 a 1933 se construyeron los muros que hoy bordean nuestro parque.
En 1946 fue develado el monumento a la Maternidad y el 5 de junio de 1949 se inaugura el asta de la bandera en un acto público. La Ceiba fue plantada el 28 de enero de 1953 en homenaje al natalicio de José Martí y fue trasladado el bustote mármol blanco al parque que hoy leva su nombre. Los higuillos fueron eliminados y se plantaron los actuales laureles en el interior del parque.
El 20 de enero de 1954 fue sembrada una palma real simbolizando la fraternidad, por iniciativa de la Logia ’Hermanos de la Luz’. En 1955 se erige el busto a Antonio Maceo. Por esta época fue demolida sin saber las causas, la glorieta techada en cúpula, la cual solo duró 10 años, dejando en su lugar otra glorieta más sencilla.
El 14 de diciembre de 2010 se cumplió el sueño, el de contar nuevamente con la glorieta techada como en tiempos pasados, cuando era una de las primeras instituciones culturales de la época, en la que se realizaban verbenas y tocaban bandas municipales.
Tradiciones
El parque nos invita a pasear por sus veredas interiores. En tiempos pasados existía una regla que consistía en que al circundarla cada sexo debía guardar un orden, las mujeres en sentido opuesto a las manecillas del reloj, los hombres lo contrario. En estas vueltas y repetidos encuentros surgía el romance, la cita o la posibilidad de compartir con la persona elegida. Cada dos de Febrero, en las fiestas de la Candelaria, un grupo de personalidades del pueblo posaban sentados en uno de sus bancos frente al lente del holandés. En el parque se daban cita persona de todas las edades con intereses diferentes, desempeñando este un importante papel en la vida social de los consolareños desde épocas pasadas, pues en los días de fiestas ofrecía el marco propicio para el desarrollo de juegos de todo tipo, escuchar música, realizar verbenas y ahora recrearnos con el encanto de la música de nuestra banda municipal y disfrutar de la alegría de los niños en planes de la calle y cuando dibujan un canto de paz y esperanza en el futuro.
Curiosidades
Nuestro parque en una ocasión se denominó Alberto Bravo, quien fuera alcalde del pueblo consolareño, también se le recuerda con el nombre de González Rubiera en reconocimiento a un joven revolucionario que luchara contra el machadato, pero la cámara municipal de Consolación del Sur acordó a mediados del año 1943 imponerle al parque el nombre de Don Antonio Ferrer Cruz, para honrar su memoria, quien donara parte de su fortuna personal para su construcción. El 2 de febrero de 1944 fue develada por su hija Rosa Blanca Ferrer una tarja que perpetúa en bronce su nombre. Los bancos de granito sin espaldar que aún existen en el parque fueron dotados a partir de una Verbena que organizó la dirección del periódico” El Pitirre” el 3 de febrero de 1923.
Fuente
- Historiador del Municipio'Rolando Gonzáles'
- Folleto de Historia Local.
