Parque Nacional Monte León (Argentina)

Parque Nacional Monte León
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Parque nacional monte leon 2.jpg
Vista del Parque nacional Monte León
Localización
ContinenteAmericano
País(es)Argentina
Provincia(s)Santa Cruz
Características
Superficie60.798 hectáreas

Parque Nacional Monte León. Es una estancia santacruceña situada sobre el litoral marítimo de la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia Argentina. Constituye una muestra representativa de la biodiversidad de la estepa y costa patagónica en buen estado de conservación, con sitios de valor paleontológico. Esta área está protegida por el sistema federal de áreas protegidas de Argentina.

Ubicación

El Parque Nacional Monte León se ubica en el sudeste de la provincia de Santa Cruz, sobre la Ruta Nacional Nº 3, a 210 kilómetros al norte de Río Gallegos.

Historia

El litoral de la Patagonia, con sus multitudinarias colonias de aves y mamíferos, resulta una de las ecorregiones más espectaculares del planeta. Sin embargo, apenas seis de sus casi 4000 kilómetros están representados en nuestra red federal de áreas naturales protegidas: la franja costera del Parque Nacional Tierra del Fuego, sobre el Canal de Beagle.

En 1997, dispuesta a cubrir el bache, la Administración de Parques Nacionales (APN) echó el ojo al salvaje pedazo de costa que preside el cerro Monte León, en el sudoeste de Santa Cruz. Contaba con la venia provincial, y la asistencia del Banco Mundial para dotar al proyectado parque de infraestructura y parte de lo embolsado por la venta del hotel Llao Llao para adquirir las tierras en cuestión. La familia Braun, su propietaria, estaba dispuesta a vender. Pero el precio exigido superó las posibilidades del organismo.

La Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) recurrió entonces a Doug Tompkins y Kristine McDivitt, una pareja de ecofilántropos norteamericanos. Los Tompkins no se hicieron rogar. Con US$ 1,7 millón de Patagonia Land Trust -el grupo que crearon para canalizar fondos hacia proyectos de conservación en nuestro sur-, la FVSA compró en carácter de fiduciario la estancia Monte León el 14 de mayo de 2001. Dentro de pocos días, la propiedad pasará a manos de la APN para convertirse en el primer parque nacional costero de la Argentina. Escudará un frente oceánico de 40 kilómetros y 60.798 hectáreas de estepa patagónica, otro ambiente urgido de protección. Y se pretende extender su protección varias millas Atlántico adentro.

Flora y Fauna

Monte León es un muestrario casi completo de la biodiversidad propia del litoral patagónico. Según revelamientos preliminares, su patrimonio faunístico incluye 67 especies de aves, 20 de mamíferos, 4 de reptiles y un generoso porcentaje de las 300 variedades ictícolas que pueblan el Mar Argentino.

Junto a las aguas brotan, cada primavera, dos apostaderos de lobos marinos de un pelo (Pico Quebrado, el mayor de ellos, agrupa 1135 adultos y 536 crías) y la cuarta colonia en importancia del pingüino de Magallanes, con una población reproductiva que supera las 30.000 parejas. También nidifican el ostrero negro, el gaviotín sudamericano, tres especies de cormoranes y dos de gaviotas. Y aparecen de visita peregrinos del aire como el chorlito doble collar y el petrel gigante. Así, el espectáculo más subyugante es el que ofrecen las restingas durante la bajamar. En cada uno de sus pozones bulle un mundo liliputiense de anémonas, estrellas de mar, cangrejos, mejillones y algas que parece obra de un inspirado acuarista.

Mar adentro, róbalos y pejerreyes nadan entre bosques de cachiyuyo, se cría la tonina overa y cada tanto se avista el lomo de alguna ballena franca. La animación no es menor del otro lado de las pedregosas playas y los acantilados. El severo paisaje de la estepa hospeda guanacos, pumas, choiques, zorros, copetonas, flamencos y la apenas conocida comadrejita patagónica. Y los cielos se estremecen con las picadas del halcón peregrino y el acecho del águila mora.

Estos prodigios no agotan los dones de Monte León. Archivados en las barrancas, ostras y cangrejos fósiles evocan un mar perdido hace millones de años. La crónica de ocho milenios de ocupación indígena corre por cuenta de conchales, puntas de flecha, bolas, cuchillos, raspadores. Y el frente marino parece un compendio de geomorfología con sus islas, cavidades, farallones y playas de canto rodado.

Turismo

El área esta compuesta por altos acantilados, islas, roqueríos, pequeñas bahías, playas y restingas que se descubren con la marea baja. Con una amplitud de mareas extraordinarias, la bajamar descubre una inmensa playa de arena mojada pero compacta, que permite llegar caminando a una gruta excavada por el agua en la roca viva, con un orificio en la bóveda que permite ver la luz natural y cuyas paredes están tapizadas con mejillones, algas y otros seres diminutos. Tiempo aprox.: 45 min., ida y vuelta. Sólo es posible acceder cuando la marea llega a su nivel más bajo.

El parque cuenta con un quiosco-cafetería sobre el acceso y, en el sector costero, un camping organizado, una proveeduría y un área de acampe agreste; el casco de la estancia funciona ya como hostería; y en las localidades vecinas de Comandante Luis Piedrabuena ( 35 km ) y Puerto Santa Cruz ( 50 km ) hay un puñado de hoteles, cabañas de alquiler, campings y restaurantes. Temporada propicia: de noviembre a abril.

Fuentes