Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias

Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias Bandera de España España
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Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.jpg
Localización
País(es)Bandera de España España
Provincia(s)provincia de León
Características
Superficie47.589 ha
TipoParque Natural
Ríos principalesRíos Narcea e Ríos Ibias
Descubrimiento2002

El Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias ocupa gran parte de las montañas del sur del concejo de Cangas del Narcea, la práctica totalidad del concejo de Degaña y pequeñas áreas del oriente del concejo de Ibias. La provincia de León constituye su límite meridional y el Parque Natural de Somiedo su límite oriental. Enclavadas íntegramente dentro del Parque se sitúan las Reservas Naturales de Muniellos y del Cueto de Arbás.

Rios

Este parque incluye los nacimientos de los ríos Narcea e Ibias y las cabeceras de sus primeros afluentes. De los 476 km2 que formarán parte del Parque, el 75% aproximadamente corresponden a la cuenca del Narcea y el 25% restante a la del Ibias. Esta área alberga la cabecera del río Narcea, desde su nacimiento en el Collado Alto hasta Rengos. Por la margen derecha de éste se incluyen las cabeceras de los ríos Carabales, Junquera, Cibea, Naviego y Gillón. Por la izquierda las del Coto y Muniellos. Al sur la presencia del cordal formado por la Sierra de Degaña y la de La Candanosa, delimitan la cabecera alta del río Ibias, tributario del Navia.

Sierras

El Parque integra por tanto un conjunto de sierras y valles que por su escaso poblamiento y acusado relieve conservan aun impo rtantes masas forestales autóctonas. La conveniencia de una protección legal del espacio ya había sido señalada finalizando el siglo XIX por Bellmunt y Canella, que en su obra Asturias proponían la creación de un Parque Nacional que tomara por modelo el de Yellownstone declarado en los Estados Unidos de Norteamérica en 1897.

El Parque integra por tanto un conjunto de sierras y valles que por su escaso poblamiento y acusado relieve conservan aun importantes masas forestales autóctonas. La conveniencia de una protección legal del espacio ya había sido señalada finalizando el siglo XIX por Bellmunt y Canella, que en su obra Asturias proponían la creación de un Parque Nacional que tomara por modelo el de Yellownstone declarado en los Estados Unidos de Norteamérica en 1897.

Población

es escasa, apenas seis mil habitantes que se concentran en cuatro localidades principales: Rengos, a orillas del río Narcea, en el concejo de Cangas; Degaña y Cerredo, a orillas del río Ibias, en el concejo de Degaña; y Luiña, en un área montañosa cercana al Puerto de la Campa de Tormaleo, en el concejo de Ibias. En todos los casos se trata de núcleos de población desarrollados al amparo de una intensa actividad minera, que supone casi la mitad de los empleos totales. El resto de la población se distribuye por pequeñas aldeas con una actividad agroganadera escasamente desarrollada y en la mayor parte de los casos complementaria del trabajo en las Fuente de datos: Servicio de Medio Natural (Dirección General de Recursos Naturales de la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos)minas. Los principales problemas ambientales del Parque se relacionan con la citada actividad minera, que se manifiestan en la ocupación y destrucción de hábitats forestales, la apertura de pistas de gran entidad, la formación de escombreras e incluso en ocasiones el vertido de estériles a los cauces.

Geología

La totalidad del Parque se encuadraen lo que los geólogos han denominado Zona Asturoccidental leonesa, un territorio marcadamente uniforme desde el punto de vista litológico, con presencia casi exclusiva de diferentes tipos de rocas silíceas de edad paleozoica. Inmerso en el corazón de lacordillera Cantábrica el parque se configura como una sucesión de sierras y valles. Entre las más afamadas están las Sierras de Degaña, Rañadoiro, Oballo, Cazarnoso, Caniella, Soldepuesto y Genestoso, y entre los ríos el Coto, el Muniellos, el Gillón, el Naviego, el Cibea, o los propios Ibias y Narcea. Tal laberinto secorresponde con una fuerte gradación altitudinal que encuentra su techo en los 2 002 m del Cueto de Arbás, seguido de los 1 969 m del pico Miravalles, y su suelo en los 600 m de Rengos o de Moal.Entre las más afamadas están las Sierras de Degaña, Rañadoiro, Oballo, Cazarnoso, Caniella, Soldepuesto y Genestoso, y entre los ríos el Coto, el Muniellos, el Gillón, el Naviego, el Cibea, o los propios Ibias y Narcea. Tal laberinto se corresponde con una fuerte gradación altitudinal que encuentra su techo en los 2 002 m del Cueto de Arbás, seguido de los 1 969 m del pico Miravalles, y su suelo en los 600 m de Rengos o de Moal. La serie estratigráfica más abundante es sin duda la de Los Cabos, constituida por una monótona repetición de areniscas, pizarras y cuarcitas, en la que destacan por su potencia los niveles de cuarcita.

La vida vegetal

La vegetación del área aparece condicionada por dos factores principales: un elevado rango de altitudesque va de los 600 m de Rengos a los 2.000 del Cueto Arbás, y la pobreza de los suelos que se deriva del carácter silíceo del roquedo. Los bosques de mayor extensión son sin duda robledales de Quercus petraeay hayedos oligótrofos. Ambos tipos de bosque tienden a ocupar áreas de alta pluviosidad, el primero en exposiciones de solana y el segundo en exposiciones de umbría, donde la menor insolación favorece una mayor humedad ambiental. Sin embargo, los hayedos apenas tienen representación al oeste del cauce del Narcea, situándose los más occidentales de la Cordillera Cantábrica en el Monte de Muniellos. A partir de ese punto, las umbrías más húmedas son ocupadas por bosques florísticamente similares a los hayedos pero en los que el haya es sustituido por el roble albar (Quercus petraeaSe interpreta que la desaparición del haya en el extremo occidental de la cordillera, es debida a la menor precipitación estival causada por la presencia del Anticiclón de las Azores, que en el verano se desplaza al norte para situarse enfrente de las costas gallegas.

La vida animal

Entre los grandes mamíferos destacan además, el lobo Canis lupusy los grandes ungulados de interés cinegético: jabalí (Sus scofra), corzo (Capreolus capreolus) y rebecoRupicapra pyrenaica parva). Jabalí y corzo son abundantes en los bosques del Parque, por contra el rebeco mantiene en éste área pob laciones muy reducidas que conforman su límite occidental de distribución. El venado (Cervus elaphus) se extinguió mediado el siglo XX. Otros mamíferos de menor tamaño y abundantes en el Parque son carnívoros como el zorro Vulpes vulpes, la marta (Martes martes), la gineta (Genetta genetta), el gato montés (Felis silvestris), la garduña (Martes foina) o el tejón Meles meles), o micromamíferos como la musaraña de campo (Crocidura suaveolens), la rata de agua (Arvicola sapidus) o el desmán ibérico (Galemys pyrenaicus). En piornales y praderías de montaña.

Otros valores

En el territorio incluido en el Parque Natural son numerosas las evidencias de actividad humana en la época romana, tanto en lo que se refiere a restos de explotaciones auríferas como a asentamientos castreños vinculados a éstas. Los principales asentamientos se situaron en torno al enclave degañés de El Corralín que debió ser un importante centro minero. Así ocurre con el Castro de Larón, el de Vilarmeirín o el de Fondo de Vila. No obstante, el principal interés cultural del área no reside tanto en el patrimonio arqueológico y artístico, como en el rico patrimonio etnográfico de la zona. El suroccidente asturiano padeció durante siglos una incomunicación que mantuvo hasta el presente siglo formas de vida desaparecidas hacía tiempo en el resto de Asturias. Así, la vivienda original de la zona conservó hasta nuestros días gran similitud tipológica con la edificación castreña. Es de planta circular, de suelo de tierra apisonado, muros de mampostería seca de materiales pizarrosos y cuarcíticos y cubierta de paja de centeno, por lo que se la denomina palloza. Otros elementos arquitectónicamente singulares de la zona son los cortinos, talameiros y corripas. Los cortinos son construcciones de planta circular, con muros de mampostería seca de unos dos metros de altura y sin ubierta, cuyo destino era la protección de las colmenas frente a los ataques del oso.


Fuentes