Paseo de Tacón

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Paseo de Tacón
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Calle de La Habana,
capitanía de Cuba,
Reino de España Bandera Reino de España 1873.png
(desde Belascoaín hasta G)
Mapa de Paseo 1866.jpg
Mapa, del Paseo, de 1866
TipoCalle
Longitud1 200 m (ancho de 51 m)
Nombres anterioresPaseo Tacón
Paseo Militar

El Paseo de Tacón, Paseo Tacón o Paseo Militar fue uno de los principales paseos del siglo XIX en la capitanía de Cuba. Comenzaba con una estatua de Carlos III por lo que el popularmente fue conocida como calle Carlos III; En 1902 se le cambió el nombre por el de Avenida de la Independencia, pero los habaneros le continuaron llamando Carlos III.

Historia

Concepción del proyecto:

En primer tercio del siglo XIX, para trasladarse hasta el Castillo del Príncipe desde la Habana se imponía dar un rodeo por el camino de San Lázaro y las canteras o aventurarse por un terreno bajo y cenagoso, imposible de transitar en épocas de lluvia.

El plan de embellecimiento de la ciudad concebido por el ingeniero Mariano Carrillo de Albornoz contemplaba la construcción de un paseo que sirviera de esparcimiento a los habaneros. Se imponía al mismo tiempo la necesidad de procurar un camino más fácil a las tropas acantonadas en el Príncipe.

Miguel Tacón, Capitán General de Cuba entre los años 1834-1838, impulsó la reforma del “camino” conducía hasta el Castillo del Príncipe. Este camino pasaba la calzada de San Luís de Gonzaga - Reina - y Belascoaín. La Habana llegaba justo hasta ese límite; la calle Belascoaín era el borde entre la ciudad y el campo.

La nueva vía se iniciaba en la intersección de la calzada de San Luis Gonzaga y Belascoaín, atravesaba los sitios llamados de Peñalver y seguía en línea recta hasta el Príncipe para una extensión total de 1 200 metros y un ancho de 51. Por reconocimiento a su promotor se le llamó Paseo de Tacón.

Tacón impuso su nombre al Gran Teatro, a la Cárcel Nueva y al mercado de la Plaza del Vapor, construidos todos durante su mandato (1834-1838) por lo que las fuentes suponen que se lo asignara también a este paseo. Alameda de Tacón le llamó, en 1860, el historiador Jacobo de la Pezuela.

Enclavado en un área prácticamente despoblada, su concepción fue diametralmente diferente a la del Paseo de Isabel II. Además de una ruta con fines militares por sus diferentes alternativas comunicativas, se convirtió en un sitio de recreo para los habaneros de la época. También fue espaciosa y segura vía para la ciudad que se expandía.

Por su carácter mayoritariamente vial, su senda central fue más amplia y diseñada para los carruajes, además de ser un paseo campestre.

Su consolidación estimuló el desarrollo urbano a ambos lados del trayecto, fue el catalizador para que se continuara con la calzada de Infanta, que en un primer momento llegó solo desde la Esquina de Tejas hasta el paseo.

Lugares del paseo

Estatua de Carlos III

Comenzaba con una estatua de Carlos III confeccionada en mármol blanco de Carrara, antes erigida en el Paseo de Isabel II en el año de 1803. Se colocó sobre un pedestal pétreo en el centro de la primera rotonda, en la misma esquina de Belascoaín, frente a la actual calzada de Reina. Cerrando el círculo, a ambos lados de la vía central, fueron situadas dos columnas dóricas estriadas, coronadas por urnas de piedra, que nada tienen que ver con columnas masónicas como algunos piensan dada la proximidad con la Gran Logia Masónica de Cuba, ambas conservadas en el sitio. Por la estatua, en muy poco tiempo el trazado tomó el nombre del soberano. Se afirma que la escultura de Carlos III, las columnas dóricas a la entrada del paseo y la fuente fueron instaladas en el año de 1835.

Fuente de Ceres o Fuente de la Columna

  • Dentro de una segunda rotonda, a poca distancia a espaldas del soberano; según plano de 1866: entre las calles Oquendo y Soledad, se erguía la primera fuente del paseo, la de Ceres o de la columna, modificada en la primera reforma del paseo. Se le quitó la columna y la estatua de la diosa se instaló directamente sobre el pedestal central. Se mantuvo hasta la primera decáda del siglo XXI escondida entre los flamboyanes de uno de los laterales de la vía central, olvidada y maltratada hasta las últimas consecuencias. Fue retirada junto a su pedestal.

Fuente de Los Aldeanos

  • En el centro de la intercepción que formaron la Calzada de la Infanta María Luisa Fernanda y el propio Paseo de Tacón, se encontraba la tercera rotonda y en ella la fuente de Los Aldeanos (1837) o de las frutas porque sobre las cuatro pilastras que rodeaban el pedestal central, tenía unas copas llenas de frutas. Poseía la misma cantidad de estatuas alegóricas, primero fueron de yeso y posteriormente se sustituyeron por otras similares de mármol.

Fuente de Los Sátiros

Una cuarta rotonda servía de alojamiento a la fuente de Los Sátiros, (1837) o de las flores. Esta poseía cuatro vasos etruscos en sus respectivas peanas donde siempre crecían floridas plantas. Su pedestal central, muy parecido al de la fuente de los Aldeanos, estuvo rematado primero por un copón, que es el mismo que se encuentra emplazado hoy en 5ta Avenida y calle 42 en el municipio Playa, posteriormente se cambió por una estatua de fundición representativa de la diosa Pomona. Cuatro pilastras adosadas servían de sostén para que, en dos de ellas, descansaran las figuras de los Sátiros y sobre las otras había dos leones postrados, que coincidentemente también están en el emplazamiento de 5ta Avenida, las figuras se alternaban en círculo sobre el pedestal. Parece haber sido la fuente mejor lograda del paseo.

Esta rotonda se encontraba justo frente a la puerta de La Quinta de los Molinos, lugar que fue primero la casa de descanso de los Capitanes Generales y luego el Jardín Botánico. Su pináculo central logró sobrevivir hasta entrado el siglo XX, aunque se recompuso, ya no era una fuente, se trataba entonces de un conjunto escultórico.

Fuente de Esculapio

La fuente de Esculapio (1836) esperaba al transeúnte en la última rotonda, donde hoy se interceptan las avenidas Boyeros y Salvador Allende. Se asegura que era la de peor factura y de tosco mármol. La estatua del Dios romano de la medicina y la curación se erguía sobre un pedestal cuadrangular en el centro de una taza octogonal, poseía cuatro surtidores, uno en cada cara del pedestal.

Respecto a la calidad estética del trazado las opiniones siempre fueron divididas, pero lo innegable es que se dotó a la zona en crecimiento de una vía de importancia, que posteriormente entraría a jugar un rol significativo en el entramado urbano habanero.

Cambio de nombre

En el año 1902 se le cambió el nombre por el de Avenida de la Independencia, pero los habaneros le continuaron llamando de la antigua manera: calle Carlos III

Biblografía

  • Tacón y Rosique, Miguel [Gobernador]. (1838). “Relación del Gobierno Superior y Capitanía General de la Isla de Cuba”. México: Reimpresa por Mariano Arévalo, pp.32-33.
  • De la Torre, José María. (1866). “Plano de La Habana”. La Habana: Confeccionado por ingenieros militares de la capital. Santa Cruz y Montalvo
  • Mercedes (Condesa de Merlín). (1844). “Viaje a La Habana”. Madrid: Imprenta de la Sociedad Literaria y Tipográfica, Carta X, p.98.
  • Sánchez de Fuentes Peláez, Eugenio. (1916). “Cuba monumental, estatuaria y epigráfica”. La Habana: Imprenta Solana y Compañía, Tomo – I, pp. 174-175.
  • Cuevas, Laureano; Mialhe, Federico. (1841). “Un paseo pintoresco por la isla de Cuba”. La Habana: Litografía del Gobierno, Tomo –I y II.
  • Pichardo, Esteban. (1875). Mapa de La Habana.

Fuentes