Pelayo Cuervo Navarro. Apuntes de la historia de su vida.
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Pelayo Cuervo Navarro. Apuntes de la historia de su vida. . Este artículo es el resultado de una investigación que se realiza en Archivo Histórico Municipal de Baracoa Ernesto de las Cuevas Morillo, con el objetivo de divulgar la vida y obra del ilustre notario Pelayo Cuervo Navarro, en el mismo se recoge su desempeño como notario, investigador, político, abogado defensor de las clases humildes de la sociedad cubana.
Sumario
Infancia y juventud
Pelayo Cuervo Navarro, baracoense que se reveló con fuerzas terrible contra los que les roban a los pueblos su dignidad Nace en 19 de septiembre de 1901 en Baracoa en la calle Real hoy Maceo # 96, donde vivió junto a sus padres Buenaventura Cuervo Cobián, propietario de grandes caballerías de tierras, industrial español, uno de los que estableció la planta Hidroeléctrica en Baracoa para el alumbrado público; y María Dolores Navarro nativa de esta ciudad.
Era un hombre de elevada estatura y severo atuendo con espejuelos de armadura negra Su infancia estuvo rodeada de comodidades y bienestar, sus primeros estudios transcurrieron en la Academia Cervantes dirigida por Miguel J. Jaume siendo este su primer guía espiritual, a los 12 años fue enviado a Santiago de Cuba ingresando en el colegio de enseñanza superior El Divino Maestro, dirigido por el respetable educacionista Juan Portuondo Estrada.
A la edad de 14 años, fue enviado a La Habana e ingreso en el colegio de Segunda Enseñanza San Anacleto, bajo la dirección del mentor Francisco Ma. En 1917 a la edad de los 16 años ingresa en la Universidad Nacional cursando la carrera de Derecho. Al licenciarse como doctor en Derecho Civil y Público expuso una tesis de tan marcado relieve jurídico que recibió muchos elogios. A la edad de los 22 años regresa a su ciudad natal.
Lucha en contra de la corrupción de la época
En el año 1921 empezó a ejercer la abogacía en una acreditada notaria de la ciudad de Baracoa, incorporando a la misma los protocolos notariales del reconocido notario Mariano Espino Manzano. Su Notaría en sus inicios estuvo ubicada en su residencia natal, siendo trasladada posteriormente a la tienda que fue nombrada ¨Baratillo Alemán¨ hoy La Campana, ubicada en la calle Menocal, actual Ciro Fría/Martí y Félix Rúenes. En su bufete se realizaban peñas literarias reuniéndose figuras relevantes de la localidad, de dichas actividades sale a la luz el periódico ¨La Libertad¨
En 1930 ya el doctor Pelayo Cuervo tenía una reputación tan amplia que su nombre no solo era reconocido en toda Baracoa sino también en las esferas oficiales del país, a lo que contribuyo el aporte dado a la campaña presidencial del doctor Alfredo Zayas Alonso, sus dotes de oratoria fueron elogiado por el candidato, cuya frase de elogio fue; Pelayo Cuervo será una gloria para Cuba.
En el año 1933 se traslada a la Habana, por su sólida reputación su nombre fue conocido en la esfera oficial más alta del país asumiendo cargos como: Sub-Director de la Secretaría de Comunicaciones, fue el primero que impulsó la formación de compañías de transporte aéreo y premió los servicios del pionero de la aviación cubana Agustín Parlá, fue nombrado delegado a la Asamblea Constituyente. Se destacó como político. Aunque había militado en varias agrupaciones políticas por las cuales fue representante a la Cámara y Senador en distintas legislaturas, su actuación pública resultó relevante en las filas del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) y sobre todo cuando se unió a Eduardo Chibás en el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) . Por su influencia logró que el cuerpo de bomberos de la tierra que lo vio nacer adquiriera un magnífico equipo de incendios con la bomba que llevaba grabado su nombre, colocando en el cuartel un cuadro del ilustre político baracoense.
El doctor Pelayo Cuervo Navarro fue un hombre que tenía en si el decoro de muchos hombres por eso siempre estuvo en contra de los planes turbulento de los Gobierno de turno. Como abogado honesto, opuesto a todo tipo de corrupción política administrativa, se dio a la tarea de investigar y recopilar documentos, recibos, fotografías y otros elementos a través de los cuales llegó a probar la responsabilidades del ex presidente Ramón Grau San Martín, los ex ministros de educación y Hacienda José Manuel Alemán y Florentino Martínez, Antonio Prío y otros funcionaros que sostienen la malversación de 174 millones 241 mil 840 pesos y 14 centavos del tesoro público, con un material que contenía más de 300 pruebas.
El doctor presentó su denuncia antes el juzgado correccional de la cesión quinta en la capital. Se inicia de este modo la llamada causa 82 la cual quedó sobreseído mientras que de manera paradójica el doctor tuvo que pagar una multa de 150 pesos por presentar denuncias infundadas, se estimaba que unas 300 personas estaban involucradas directo o indirectamente en este escándalo internacional que llegó a compartir los primeros espacios de la prensa extranjera.
El presidente Prío presionó al Juez encargado del proceso para que lo detuviera y no se realizara el juicio, pero no lográndolo y como fieles discípulos de la mafia norteamericana en la madrugada del 4 de Julio en de 1950 6 hombres armados con ametralladoras irrumpen el Juzgado desarmaron a los dos custodios y se robaron toda la documentación relacionada con la causa 82 ante estos hechos la opinión pública reaccionó vigorosamente muchos dirigentes políticos. Eduardo Chibas denunció al propio presidente Prío como autor intelectual.
Pelayo junto a otros valiosos compañeros trabajaron en la reconstrucción de la documentación para reiniciar el proceso judicial obraron otros jueces, pero por causas de pruebas el caso resultó archivado. En 1954 se opuso públicamente al proyecto del Canal Vía Cuba que impulsaba el gobierno de Fulgencio Batista. Contra dicho proyecto presentó un recurso de inconstitucionalidad el 23 de enero de 1955 en el Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales. Firmaban junto con él afamados juristas, dentro de los que figuraban Cosme de la Torriente, Jorge Mañach, Carlos Márquez Sterling y José Manuel Gutiérrez.
En 1955 denunció y llevo a los tribunales de justicia, junto a otros abogados habaneros los turbios manejos de la Cuban Telephones Company norteamericano, demostrando con cifras y hechos que la empresa extranjera obtenía jugosos ingresos a costa de la ciudadanía cubana y que de ningún modo debía permitirse el aumento de la tarifa telefónica. Alegando a la compañía a desistir de las violaciones y cumplir lo estipulado en las cláusulas del Contrato celebrado en 1909.
Suceso de su Muerte
Al mediodía del 13 de Marzo de 1957 descendió de su auto cerca de la calle Amargura y Oficio, penetró en su oficina donde funcionaba la Dirección del Partido del Pueblo Cubano (PPC) Su ayudante Conchita Fernández le informa de los asuntos pendientes, se reunió con los líderes obreros Isidro Figueroa y Ramón Girola quienes cambiaron impresiones sobre el documento ortodoxo redactado que denunciaba la última maniobra de la Intendente Batista-Mujal, regulando los ingresos del personal de servicios público.
A las 2 y 15 de la tarde como era costumbre se dirigió a su hogar cito en 7ma/18y 20 Miramar, en lo alto lo esperaba su esposa Rosa Galano. El doctor padecía de Neuralgia dolencia facial. Ese día 13 había convocado a una reunión de la dirigencia ortodoxa, mientras tanto dramáticos acontecimientos estaban en marcha (El ataque al Palacio Presidencial y la Toma de Radio Reloj), ninguno de los dos hechos guardaba relación con Pelayo Cuervo ya que entre él y los bravos combatientes del Directorio Revolucionario solo existía una afinidad de denuncia contra el régimen existente. Enterado de los sucesos se dirige apresuradamente a la residencia de la familia Aguirre, lugar donde se dirigieron los esbirros de Batista conduciendo un Cadillac Elpidio García y como tripulante el sargento Rafael Gutiérrez y el policía Manuel Hernández seguido por otro auto conducido por Santiago Linares acompañado por el Sargento Sotero Delgado y los agentes Maurin, Viera y J. La Rosa, con el objetivo de darle muerte a Pelayo Cuervo.
Los sargentos Gutiérrez y Delgado tocaron rudamente la puerta de la residencia sus hombres se esparcieron alrededor, al escucharse la voz donde esta Pelayo Cuervo del interior de una habitación enérgico, tranquilo y sereno se escucha la voz del doctor ¨ Yo soy Pelayo Cuervo rápidamente lo condujeron en la parte trasera del Cadillac negro y a su derecha tomo asiento el sargento Gutiérrez, pero no fue dirigido al Buro de Investigaciones ni Dependencia Policial sino ambos vehículos enfilaron en dirección a una Zona apartada llamada Laguito del Country Club.
Luego de hacerles preguntas y acusarlo de tener escondidas las armas utilizada en los sucesos del 13 de marzo y este responder que no sabía de qué se hablaba, inicio la sesión de maltratos, abuso físico y alternaron los golpes e injurias de un abogado de 56 años de edad sin más armas que la de su inteligencia quien se había convertido en un fiscal implacable contra todas los atropellos y corrupción de la dictadura. Se encontraba encorvado en el asiento y tenía la cabeza hundida en el pecho, se le había caído los espejuelos, sonó un disparo el sargento Gutiérrez le había disparado a quema ropa y de un empujón lo arrojaron sobre la hierba húmeda. Mas disparos, entonces otros seis balazos, arrojaron el cuerpo de una de las figuras más distinguidas de la oposición política tradicional cubana.
Legado
Su eliminación formó parte de la represión desatada contra los opositores de la dictadura tras el asalto al Palacio Presidencial, protagonizado por el Directorio Revolucionario el 13 de marzo de 1957, acción revolucionaria con la cual Pelayo Cuervo no había tenido ningún vínculo, pero el gobierno imperante tomó como pretexto dichas acusaciones para aterrorizar a los políticos que se oponían a la feroz dictadura de Batista.
Para la dictadura la muerte del inminente hombre público era un suceso archivado, los agentes no cumplieron las ordenes de investigación los testigos se le amenazó, no fue hasta el 1ro de enero de 1959 que quedó abierta a toda pesquisa el buró de investigación, conducido por el teniente Irradió Rodríguez.
Su amplia cultura y capacidad de trabajo unido a su estricto procedimiento hicieron de él una de las primeras figuras de la política cubana llegando alcanzar el título honroso que le confirió la Ciudad de la Habana ¨ El Fiscal del Pueblo¨, así lo recordamos los ciudadanos baracoenses, hombre de profunda veta moral, carácter insobornable y su talento puesto al servicio de su país. Seguirá siendo para todos los cubanos un digno ejemplo y bandera de lucha.
Fuentes
- Cuevas Morrillo, Ernesto de las. Baracoa ante la Historia /Ernesto de las Cuevas Morrillo – Baracoa: IMP ‘La Crónica, 1924. – 173 – 174 – 175 P
- Duchesne, Concepción. La Única Vía. Bohemia (La Habana) 3, (14): 70 – 71, abril 2 de 1976.
- Rubiera, Carlos Manuel. El problema de los Teléfonos, desaparecido el expediente sobre el aumento de las tarifas telefónicas. Bohemia (La Habana) 4, (SN): 44 – 45 – 46 -142, enero de 1959.
- Yero, Pelayo. La Semana. Pelayo Cuervo Navarro (Baracoa) 28 de Mayo de 1957. P.3
- Bohemia año 51 # 7 La Habana, febrero 15 de 1959.
- Libro vergüenza contra dinero de Rodríguez Salgado, Ramón (Editorial Política La Habana 2007).
- Libro ¿Por qué la Revolución Cubana? La verdadera historia de la dictadura de Fulgencio Batista.
- Lic. Daraymis Romero Sabó
- Lic. Martha Lidia Reyes Pelier.
