Pelotón Suicida

Pelotón Suicida
Información sobre la plantilla
Peloton suicida.jpg

Activanoviembre de 1958
PaísCuba
FunciónPelotón que siempre debía ir a los lugares del mayor peligro.
EspecializaciónDetener una contraofensiva o definir una situación en un momento dado
EquipamientoJuan Alberto Castellanos, Emérido Meriño, Amado Morales, Sergio Lemus, Leonardo Tamayo, Antonio García entre otros
Comandantes
Comandante actualErnesto Ché Guevara

Pelotón suicida. Creado por el comandante Ernesto Che Guevara para poder responder a un imprevisto y poder detener una contraofensiva o definir una situación en un momento dado. Debía estar en todos los lugares donde se decidía un combate. Pelotón que siempre debía ir a los lugares del mayor peligro.

Surgimiento

Según las palabras del comandante Ernesto Che Guevara ...deben tenerse hombres listos (...) para responder a un imprevisto y poder detener una contraofensiva o definir una situación en un momento dado. (...)

Se puede tener, para estos menesteres, un pelotón «comodín», pelotón que siempre debe ir a los lugares del mayor peligro, que puede bautizársele como «pelotón suicida» o con cualquier otro título, pero que en realidad cumpla las funciones que el nombre indica.

Este pelotón suicida debe estar en todos los lugares donde se decida un combate; en los ataques por sorpresa de la vanguardia, en la defensa de los sitios más vulnerables y peligrosos, en fin, donde quiera que el enemigo amenace con quebrar la estabilidad de la línea de fuego. Debe integrarse por absoluta voluntariedad y constituir casi un premio para el individuo al ingresar en este pelotón. Se llega a hacer con el tiempo la niña mimada de cualquier columna guerrillera y el guerrillero que ostente el distintivo de pertenecer a ese cuerpo cuenta con la admiración y el respeto de todos sus compañeros. ”

Leonardo Tamayo uno de los hombres de confianza del Che Guevara e integrante del Pelotón Suicida; cuenta como se originó, durante el mes de noviembre de 1958:

Habían estado en Las Villas por un mes. El Che mandó a Emérido Meriño, al Vaquerito y Leonardo, a una misión de exploración. Era de noche. Estában a 30 o 40 metros del cuartel de Caracusey, llevando a cabo la misión, cuando el Vaquerito, viendo la tranquilidad en la que se encontraban los puestos de guardia, dijo, ¿qué piensas de preguntarle al Che si nos deja asaltar el cuartel, una vez que haya sido rodeado, y tomarlo de sorpresa?. Poco después hablamos con el Che. El argentino aprobó la idea y nos dio las órdenes necesarias. Unos pocos compañeros fueron elegidos y él les preguntó si querían formar un nuevo pelotón. Él Che lo bautizó el «Pelotón Suicida».”

«El Vaquerito», fue el jefe del pelotón hasta su muerte y Leonardo Tamayo era el segundo al mando. En un principio fue integrado por seis veteranos de la invasión y cinco combatientes de las fuerzas restantes, pero muy pronto el número se elevó a 35. Dentro de sus filas estaban Juan Alberto Castellanos, Emérido Meriño, Amado Morales, Sergio Lemus, Leonardo Tamayo, Antonio García (que había estado a cargo de una bazuca durante la invasión), Hugo del Río, Orlando Borrego, Alfredo (que moriría en la toma de la guarnición de Cabaiguán, Ramiro Santiago Rodríguez, Joel Iglesias, Orlando Beltrán, el mexicano, Zacarías, Pancho, Patriota, y otros.

Acción militar

Fomento

El «Pelotón Suicida» entró por primera vez en combate el 15 de diciembre de 1958 en el combate de Fomento. El Che Guevara se comunicó por vía telefónica con el jefe local de las fuerzas de Batista y le solicitó la rendición.

El ofrecimiento fue rechazado y Guevara concentró sus fuerzas a corta distancia del fuerte por tener muy pocas balas para intentar un asalto. Dos de los miembros del «Pelotón Suicida», Amado Morales y Sergio Lemus, se lanzaron contra el fuerte disparando sus armas contra los soldados apostados en el techo. Lemus murió de un balazo en la cabeza y Morales fue retirado herido por disparos desde la azotea del fuerte. El capitán Joel Iglesias recibió heridas por un disparo en la cara. A las cuatro de la tarde del día 17 se rindió el cuartel de Fomento.

Cabaiguán y Guayos

El «Pelotón Suicida» del Che no se detuvo y 21 de diciembre de 1958 comenzó el asedio a las ciudades de Cabaiguán y Guayos ubicadas estratégicamente sobre la Carretera Central, la puerta hacia Santa Clara.

A media mañana del otro día se rindió el fuerte de Guayos y a las 14 horas se rindieron los últimos francotiradores que mantenían a las fuerzas rebeldes inmovilizadas en sus posiciones. En la madrugada del 23 de diciembre se rindieron incondicionalmente los 90 efectivos batistianos de Cabaiguán.

La toma de Placetas

Los hombres de la Columna Nº 8 y su «Pelotón Suicida» se dirigieron a Placetas, una ciudad ubicada a 55 kilómetros de Santa Clara. A las pocas horas de lucha las fuerzas gubernamentales amontonadas en las instalaciones del cuartel fueron rendidas por el «Pelotón Suicida».

Remedios

La ciudad de Remedios mantenía una guarnición militar de 250 hombres del ejército batistiano. A esta fuerza el Che le opondría sólo una parte de su columna liderada por el «Pelotón Suicida» y en la mañana del 25 de diciembre de 1958, comenzaron los enfrentamientos.

Portando bombas incendiarias, los rebeldes rindieron 200 efectivos militares en la comandancia de la policía y al amanecer del otro día, este grupo de hombres, destruyó la última resistencia militar del destacamento batistiano de Remedios.

Una anécdota pintoresca del combate es que; por órdenes del Che se rodeó toda la noche la guarnición del lugar; pero hubo un miembro, que disparó un solo tiro y esta se rindió. Más tarde llovieron las bromas y fue una coincidencia que justo cuando se disparó un tiro, la desmoralizada guarnición se rindió, pero era el reconocimiento a la valentía de aquella tropa.

Caibarién

Durante la toma de Caibarién, el «Pelotón Suicida» fue traído personalmente por el Che para agilizar la toma del cuartel de la tiranía asediado por un grupo de escasos rebeldes y después de varios intentos frustrados de incendiar el fuerte. Inmediatamente el Vaquerito impuso su personalidad, amenazando a los soldados a la rendición mediante un altoparlante.

Posteriormente entró caminando al cuartel sitiado para hablar con el jefe. Al no aceptar éste la rendición, el Vaquerito se acostó con toda su sangre fría en un camastro que allí había, frente a los atónitos soldados, y les dijo: "cuando decidan rendirse... me avisan". Esta actitud desmoralizó totalmente a los soldados del régimen, que comenzaron a entregarse, dejando 200 fusiles y abundantes municiones.

La toma de Santa Clara

El total de tropas destacadas en Santa Clara para recibir el ataque rebelde ascendían a 3500 efectivos apoyados por la aviación, un tren blindado, Artillería,Ametralladoras y decenas de unidades blindadas. Por su lado, las fuerzas bajo el mando del Che, sumaban unos 400 guerrilleros. En el fragor del combate y antes tanta diferencia de fuerzas, el Che adoptó importantes decisiones tácticas.

La primera fue atacar la "Loma del Capiro" y hacia allí avanzó un grupo apoyado por algunos de los hombres del «Pelotón Suicida» bajo el mando del teniente Hugo del Río.

Fueron recibidos con fuego de morteros y armas de grueso calibre unidos al hostigamiento de la Aviación; combaten todo el día y en la noche del 29 de diciembre de 1958 el Che saca de allí a los pocos integrantes del «Pelotón Suicida» y los manda a avanzar sobre la ciudad no sin antes dejar un rebelde muerto, otro herido y varios aturdidos por la explosión de un obús.

Los aviones B26 descargarán sus bombas aquel día sobre la ciudad y el Che divide sus fuerzas en pequeños pelotones y los envía por separados hacia las entrañas de Santa Clara.

El día 30 de diciembre de 1958, el grupito dirigido por el teniente Hugo del Río tomó la estación ferroviaria y se unió al resto del «Pelotón Suicida» del Vaquerito; son sólo 24 hombres para atacar la Estación de Policía custodiada por 300 hombres muy bien equipados, con tanquetas y apoyo aéreo.

La ubicación del cuartel de policía en una loma les permitió a los defensores controlar todos los accesos y los guerrilleros no podían avanzar ni hacer uso efectivo de los Cocteles Molotov. Se combatió pasando de casa en casa por huecos abiertos en las paredes, el «Pelotón Suicida» logró llegar a una posición muy avanzada a unos cincuenta metros de la posición enemiga y su líder, en un techo, disparaba de pie cuando una bala lo impactó en la cabeza; tenía 23 años.

La leyenda en torno a su papel frente al «Pelotón Suicida» ha puesto en boca del Che la expresión: «Me han matado cien hombres». Guevara nombra a Tamayo y del Río como nuevos jefes del pelotón suicida. Los revolucionarios dispararon sobre las ventanas del edificio policial durante toda la noche y mataron a varios de sus ocupantes, hirieron a otros y no dejaron dormir a nadie.

En la mañana del día 31 de diciembre de 1958 se rindió el cuartel de la policía y el Che envía el «Pelotón Suicida» hacia el cercano regimiento Leoncio Vidal que, al no recibir la ayuda del tren blindado, cayó en manos rebeldes después de una breve negociación. Batista huyó, la revolución se consolidó y los cubanos despiertan el día 1 de enero de 1959 con su revolución triunfante.

Meses después, en un artículo sobre la Batalla de Santa Clara, Ernesto Guevara mencionó al Pelotón Suicida con estas palabras:

“El Pelotón Suicida era un ejemplo de moral revolucionaria, y a ese solamente iban voluntarios escogidos. Sin embargo, cada vez que un hombre moría y eso ocurría en cada combate, al hacerse la designación del nuevo aspirante, los desechados realizaban escenas de dolor que llagaban hasta el llanto. Era curioso ver a los curtidos y nobles guerrilleros, mostrando su juventud en el despecho de unas lágrimas, por no poder tener el honor de estar en el primer lugar de combate y de muerte.”

Fuentes