Período Neocolonial en Bahía Honda

Período Neocolonial en Bahía Honda
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La República Neocolonial. 1902-1925: Luego de asegurarse el derecho de intervenir en Cuba mediante la Enmienda Platt, el imperio, representado por Leonardo Wood, se dio a la tarea de asegurar en Cuba un gobernante que represente sus intereses. El 20 de mayo de 1902, se produce la instauración de la República Neocolonial, con Tomás Estrada Palma como su primer presidente.

Apenas establecida la República, el gobierno yanqui centró su atención, en poner en práctica los artículos de la Enmienda Platt para así complementar su dominación económica y política sobre la Isla. De esta forma entran en vigor el 11 de diciembre de 1902, el Tratado de Reciprocidad Comercial; el 16 de febrero de 1903, el Tratado de Arrendamiento de Bases Navales y Carboneras y el 11 de mayo de 1903, el Tratado Permanente.

El Tratado de Bases Navales y Carboneras; incluía la bahía de Bahía Honda para utilizarla como base de operaciones. Hasta que en 1911, por presiones de algunos cubanos como Manuel Sanguily en el senado norteamericano, sólo se mantuvo la base naval de Guantánamo con un extensión aproximada de 70 Km2.

Transformaciones demográficas y socioeconómicas.

La exportación de capitales hacia Cuba, fue otros de los mecanismos de control y dominación utilizados por algunos miembros del congreso norteamericano en unión de varios de sus amigos para 1906, contaban entre sus propiedades con los centrales azucareros Mercedita en cabañas, Pinar del Río y el Tinguaro, en Matanzas, así se creó, la Cuban American Sugar Co. El término municipal de Cabañas a partir de 1907 había logrado cierto desarrollo industrial. Su economía esencialmente continuaba siendo agrícola. En esa fecha quedaban en producción 4 ingenios –posteriormente se reducen a 2-, sin embargo, la producción fue en ascenso. En ese año, se fabricaron 142 643 sacos y en 1919 se hicieron 245 198 lo que demuestra el auge que tomó esta industria. Debido a la centralización de la producción azucarera que viene promoviéndose desde finales del XIX, en 1916 Salvador Guedes y Sardiñas en calidad de Presidente de la Compañía Azucarera Nacional, compra el ingenio América o La Teresa y el Orozco y en el año siguiente el Bramales para fundirlo en uno solo.

Los centrales azucareros por esa fecha ostentaban la mayor cantidad de obreros en el territorio con una cifra que oscilaba entre 1 500 y 2 000 empleados entre la fábrica y el batey. En 1906 los ingenios Bramales y Orozco realizan la ampliación de sus líneas férreas en 7 y 4 km respectivamente con el objetivo de transportar la caña de las fincas Bramales, Recompensa y otras colonias, además para trasladar el azúcar hacia el embarcadero del muelle en Bramales y la bahía de Cabañas.

Las industrias pequeñas y manufacturas aumentan desde inicios de siglo en la localidad aunque sin variar el extremo atraso del territorio que solo contó en toda la Neocolonia como industrias fuertes los centrales azucareros. Hasta 1925 existían en Bahía Honda las panaderías “La Nave”, “Los Benítez” y “El Gallo” desde la época de la colonia y “La Protectora” creada en 1925. Estas rústicas manufacturas, empleaban de 2 a 5 obreros en la elaboración de pan y galletas a mano y en hornos muy atrasados. Sus producciones eran destinadas a la zona del pueblo y los centrales azucareros.

Repercusión de la Primera Guerra Mundial en Bahía Honda.

El inicio de la Primera Guerra Mundial abrió nuevas posibilidades a la industria azucarera cubana al afectar directamente a Francia y Alemania, 2 de las principales potencias azucareras europeas. El déficit dejado por ellas en la producción de este rublo exportable, debía ser cubierto por Cuba a través de los Estados Unidos lo que facilita un rápido crecimiento en este renglón, como lo demuestra el artículo publicado en 1917 por el periódico “La Fraternidad”, órgano de prensa pinareño refiriéndose a una correspondencia recibida de un corresponsal de La Habana:

“…Cumpliendo un compromiso para nosotros solemne nos disponemos a realizar la entrante campaña azucarera con un resultado en perspectivas, 3 millones de toneladas. El mayor que se logrará entre nosotros (…) ha de salir cantidad suficiente el año próximo para que no falte en la “Mochila” de los bravos soldados combatientes de Europa, bajo las banderas que hoy se abrazan, hermanadas por noble alianza a nuestra enseña, la de la Estrella Solar…” Las zafras azucareras entre 1914-19 fueron en constante ascenso, como se observa a continuación.

Tabla Producción de azúcar en sacos de 325 libras.

Centrales 1915/16 1916/17 1917/18 1918/19 1919/20

Gerardo 3.385 7.895 19.494 26.980 40.010

Orozco 35.205 62.189 53.282 90.262 98.061

Total 38.590 70.084 71.886 117.242 138.071

Obsérvese que la producción azucarera tuvo un avance considerable en la zafra de 1919/20 con un total de 99 481 sacos más que en la zafra de 1915/16. En medio del Boom azucarero, en 1917 provocado por la conflagración mundial concluye en Bahía Honda el proceso de concentración y centralización de la producción azucarera con la unión de los ingenios La Teresa o América, Bramales y Orozco.

El aumento del precio del azúcar produjo un incremento de la riqueza pública y privada del territorio así como una amplitud en las operaciones bancarias muy superiores a 1899. El presupuesto municipal en 1907 era de $13 302.00 mientras en 1919 fue de $54 830,00. Producto a ello en 1919 se hicieron en Bahía Honda reparaciones de calles incluyendo saneamiento y desagües. Dentro de las calles que repararon se encuentran la “Carlos Manuel de Céspedes” –hoy Ave 23– y la “General Pedro Díaz” –hoy Ave 21–.

En 1918 medio de la primera conflagración mundial, en Bahía Honda cobra auge la industria minera con la apertura de la mina “Concepción” más conocida por Mendieta, ubicada al sur del Asiento de Cacarajícara, Las Pozas, con 200 empleados, sin incluir los de oficina, el cobre que se extrae de esta mina es el más rico del mundo y ha sido calificado por geólogos americanos como el único en su clase debido a la cantidad de mineral que encierra en sus fósiles. Era explotada por la compañía que dirigía el general Pablo Mendieta.

La minería del cobre, el hierro y el asfalto, este último considerado de muy buena calidad, se exportaban mayoritariamente hacia Inglaterra y Francia. La salida de estos productos se realizaba por el puerto de Bahía Honda y por el muelle en Bramales. Por ellos se exportaba fundamentalmente el azúcar de los ingenios Gerardo, Orozco y Bramales hasta 1917. También se exportaba hacia los Estados Unidos alrededor de unas 20 mil cajas de cítricos al año fundamentalmente de la finca Las Treinta o Buenaventura propiedad de la compañía que radicaba en la ciudad de Chicago con el nombre de Buenaventura And Redención Plantation Company.

El comercio interno centraba su actividad en dar respuesta a las necesidades básicas de los habitantes. Esta actividad en lo fundamental estaba en manos de “Los Benítez”, los hermanos Gregorio y Leopoldo Álvarez y otros que se dedicaban a puestos con mercancías variadas, bodegas y tiendas de víveres y ropas. Existía en esta etapa un vapor propiedad del comerciante Antolín Álvarez que se dedicaba a trasladar mercancías por mar hacia La Habana. Los productos del mar eran comercializados por cuenta propia de algunos pescadores que los vendían en el pueblo.

En la Calle Real o “Carlos Manuel de Céspedes”, se ubicaban los establecimientos la tienda mixta “El Faro” convertida posteriormente en hotel por Antonio Socarrás, el hotel “La Unión” construido en la colonia, propiedad de José Solís y alquilado a Luciano Fernández hijo hasta 1929 y la tienda mixta y hotel “Buena Vista”, propiedad de Antolín Gutiérrez Marrero –pasa a manos de Hipólito Gutiérrez Marrero–. El desarrollo del comercio local como en todo el país estaba determinado por las fluctuaciones en la industria azucarera sujeta, a la influencia de factores nacionales e internacionales.

En estos años aumentaron considerablemente las inversiones norteamericanas en la provincia. Se construyeron 4 centrales, azucareros elevando notablemente la capacidad de producción de este renglón. En el término de Cabañas se realizaron ampliaciones en los terrenos para el cultivo. Haciendo un análisis de la repercusión de la Primera Guerra Mundial y con ella la fiebre azucarera que produjo “La Danza de los Millones”, se observa que en el municipio provocó un aumento en la inversión de capital extranjero. Sin embargo, para el pueblo humilde nada cambió, con el mantenimiento del desempleo con sus correspondientes secuelas.

Un ejemplo de ello es el fragmento de un artículo publicado en la prensa pinareña el 21 de mayo de 1918 cuando el precio de azúcar cubano estaba precisamente en su cumbre: “Ya nuestro paciente y confiable pueblo se va conformando con la falta de pan, ya no le preocupa la escases de los primeros días, es natural el espíritu humano se adopta a todo. ¡Qué remedio! Las familias pobres se conforman con ver el pan muchas veces y (…) no comerlo, como ha venido sucediendo estos días pues un pan pequeño llamado de huevo vale diez centavos (…).

A fines de 1920 colapsa el precio del azúcar, reduciéndose de forma drástica de 22.5 a 3.0 centavos la libra. Esta situación trajo como consecuencias la disminución del tiempo de zafra azucarera ya que el mercado se encontraba saturado del producto y sin posibilidad de darle salida.

Fuentes

  • Archivo Provincial de Historia. Censo de Cuba de 1919 p. 923.
  • Ídem.
  • Archivo Provincial de Historia. Periódico “La Fraternidad”, noviembre 24 de 1919.
  • Archivo de la secretaria de la agricultura. Cuadro elaborado por el autor sobre producciones de azúcar de anuarios azucareros.
  • Archivo Provincial de Historia. Censo de Cuba 1919 p. 923.
  • Ibídem. p. 192.
  • Dollero Adolfo. Obra citada, Pp. 303 - 304.
  • Ibídem. Periódico “La Fraternidad”, 21 de mayo de 1918.
  • Archivo de secretaria de la agricultura. Anuarios azucareros.