Periquitos de amor (Agapornis)

Periquitos de amor (Agapornis)
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Clasificación Científica
Reino:Animalia
Clase:Aves


Periquitos de amor (Agapornis): Los Agapornis o "inseparables" son una de las especies de Psitacciformes, que se adaptan muy fácilmente a la vida en cautividad. Se caracterizan por su carácter simpático y sociable, que facilita la convivencia con los seres humanos.
Son cariñosos y de temperamento tranquilo y en la época en que nos ha tocado vivir, siempre escasa de sensibilidad, resulta pues, muy agradable rodearse de ellos y saborear su grata compañía.
Naturalmente para que dichas aves se desarrollen de forma favorable en cautividad, es absolutamente necesario tener muy en cuenta una serie de normas principales para un buen modo de vida. Así pues, la jaula deberá reunir las condiciones higiénicas básicas, el ambiente donde se hallen los pájaros será limpio y deberá airearse con frecuencia, es decir, no deberá haber humos u olores que resulten molestos al pájaro.
El color básico del plumaje de los inseparables es el verde, pero existen muchas mutaciones que surgen en el curso de los programas de cría en cautividad y que dan lugar a que haya una amplia disponibilidad de tonalidades. Tres de las nueve especies ponen de manifiesto un claro dimorfismo sexual.

Como pájaro de compañía

Existen algunas cosas de las que debemos ser plenamente conscientes para mantener a nuestro pájaro sano y feliz.
Lo primero a considerar es el punto en que deberemos colocar la jaula de nuestro nuevo compañero. Es una buena idea el que esté en un lugar desde el que pueda observar el movimiento cotidiano del hogar. Aparte de ello, es preciso que reciba luz natural, pero no directamente frente a una puerta o una ventana. Deberemos asimismo extremar el cuidado para que no quede expuesta a la acción de corrientes de aire ya que ello puede ser causa de que nuestro pájaro enferme, provocándole resfriados y asma. No dejemos la jaula a pleno sol durante todo el día ni tampoco conviene que la instalemos en la cocina. Los humos constantes no son saludables y además es un lugar peligroso.
Si nuestro pájaro se encuentra fuera de la jaula, asegurémonos de que no hay otros animales domésticos por los alrededores. El primer impulso de cualquier perro o gato será el de perseguirlo y tratar de capturarlo.
A los pájaros les gusta irse a dormir tan pronto como se ha puesto el sol y levantarse en cuanto amanece.
Los pájaros de compañía instalados en el interior de una vivienda no son tan resistentes como los que están alojados en una pajarera.
No olvidemos dotar la jaula con los elementos esenciales, tales como recipientes para la comida y el agua, unas perchas apropiadas de diferentes diámetros ya sea bajo forma de ramas naturales de árbol como por ejemplo de sauce o bien cilindros torneados, un columpio y algunos juguetes. Adoptemos precauciones respecto a las plantas de interior con las que nuestro amigo pueda entrar en contacto, pues la mayoría de ellas son tóxicas.
Si reciben los cuidados apropiados, nuestros pájaros permanecerán sanos y se mostrarán contentos.
Una vez en casa, dejemos que el pájaro se habitúe a su nuevo entorno manteniéndolo dentro de la jaula durante una o dos semanas por lo menos hasta que coma bien y no dé muestras de nerviosismo o estrés. Por la noche debemos cubrir la jaula para proporcionarle un espacio de tiempo tranquilo durante el cual pueda descansar sin ser molestado.
Si se encuentra fuera de la jaula, las ventanas deben permanecer cerradas y preferiblemente cubiertas con cortinas o persianas para evitar que en su vuelo choque contra los cristales y se lastime.
No constituye una buena idea sacar a nuestro pájaro al aire libre si no es dentro de la jaula. Incluso con las alas recortadas, cabe que sople un viento favorable y lo lleve bastante lejos como para caer en plena calle o en el jardín del vecino donde puede haber un perro o un gato en libertad.
Cabe que deseemos sacar a nuestro pájaro al aire libre en primavera y verano para que tome el fresco o el sol. Si así lo decidimos, coloquemos la jaula en un lugar seguro en el que pueda ponerse a la sombra si el sol es demasiado fuerte.
Estos pájaros no son habladores, pero si disponemos del tiempo y la paciencia necesarios podemos adiestrarlos para que ejecuten diversos juegos.
Asegurémonos de no dejar al pájaro fuera sin vigilar. Se trata de un ser dotado de gran curiosidad que indudablemente lo investigará todo. Le gusta roer y por ello deberemos procurar que no entre en contacto con nuestros muebles o cualquier otro objeto de madera y tampoco se aproxime a ningún cable eléctrico.
El ejercicio es muy importante. Nuestro pájaro habrá de disponer de tiempo libre fuera de la jaula. Podemos adquirir diferentes multijuegos para estimular su actividad.

Las especies más criadas

Antes de examinar con atención las especies más comunes en cautividad, es conveniente hacer hincapié en dos especies poco criadas y que ni siquiera en los lugares de origen son fáciles de observar, hasta tal punto que los ornitólogos que las han estudiado han tenido ciertas dificultades para comprobar sus comportamientos sociales (en particular, el comportamiento reproductor). Nos referimos al Agapornis pullaria, una de las tres especies consideradas más antiguas, y al Agapornis swinderniana, una especie que definimos como aberrante.
El Agapornis pullaria, en las dos subespecies A. p. pullaria y A. p. ugandae (que se diferencia de la primera sólo por la sobrecola ligeramente más azul), tiene una talla de unos 15 cm. y vive en zonas de cotas bajas del África centro-occidental. También estaba presente en las islas del golfo de Guinea, pero en la actualidad ha desaparecido de allí.
Es verde, con coloraciones amarillentas sobre el vientre, y posee una alegre máscara, de color rojo intenso en el macho y anaranjada en la hembra. La cola es verde y las plumas laterales poseen una vistosa banda amarilla y roja; la sobrecola es azulada. El pico es rojo, el iris marrón y las patas gris claro. La parte escondida del ala tiene un color negro o marrón oscuro en el macho y verde en la hembra. Los jóvenes tienen una máscara amarilla y el pico rojizo, con manchitas negras en la base de la parte superior.
Estos inseparables suelen vivir en grupos reducidos de entre 15 y 20 ejemplares y prefieren las zonas en que el bosque no es demasiado denso. En el periodo reproductor las parejas viven aisladas.
La hembra construye un nido dotado de una cámara de incubación bien espaciosa y un túnel de entrada; generalmente el nido se encuentra en el interior de un termitero arbóreo y más raramente en uno terrestre. El periodo de nidificación se extiende de mayo a junio, pero se han observado parejas que nidifican hasta octubre. La hembra pone normalmente cuatro huevos, que son incubados durante 22 días. Los polluelos salen del nido a los 42 días.
La dieta de estas especies está formada por semillas diversas, baya, fruta (sobre todo higos) y a veces también maíz aún tierno.
El vuelo es rápido y generalmente sigue una trayectoria lineal; los desplazamientos se acompañan con un sonido intermitente consistente en un "tiii... tiii..." bastante agudo. En 1970, se observó que en cautividad las parejas tienden a colgarse boca abajo, a balancearse y permanecer en esta extraña posición incluso durante toda la noche.
El Agapornis swinderniana, en las tres subespecies, A. s. swinderniana, A. s. zenkeri y A. s. emini (que se diferencian por la coloración de la zona del cuello bajo el collar negro: amarillo oliva en la primera, rojo-oscuro en la segunda y marrón en la tercera), se presenta con una talla cercana a los 13 cm. El color de base es verde, y una característica de la especie es un vistoso collar negro. La cola también es verde.
En las plumas laterales aparece una pequeña franja roja, mientas que la sobrecola es de color azul-violáceo. El pico es gris, particularmente curvo en la subespecie A. s. emini; el iris es amarillo, y las patas verdosas. No presenta un dimorfismo sexual visible; los jóvenes se diferencian por la falta del collar y la presencia de manchas marrones en la unión de la parte superior del pico.
Las tres subespecies se hayan extendidas en áreas diferenciadas: la primera vive en las selvas de Liberia; la segunda, sobre todo, en Camerún y Gabón, y la tercera entre el Congo y Uganda. También pueden vivir en las selvas densas, incluso entre árboles de hoja perenne, hasta los 1.800 metros de altura.
Se alimentan principalmente de fruta, semillas, insectos, brotes y bayas, que pueden recoger de los árboles sin bajar al suelo. Se mueven en grupos de 10-20 individuos como máximo, con vuelos rápidos y lineales.
Su canto lo constituyen sonidos agudos y bajos. A menudo nidifican en termiteros arbóreos. Se posee poca información sobre su ciclo reproductor, pero se cree que es totalmente similar al del Agapornis pullaria. La estación de reproducción se concentra en el mes de julio.

Fuente