Perro antitanque

Perro antitanque
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PPerro antitanque.jpg
perros entrenados para transportar explosivos y destruir objetivos militares
GrupoPerro bomba
Clasificación Científica
ReinoAnimalia
FiloChordata
ClaseMammalia
OrdenCarnívora
FamiliaCanidae
GénerosCanis

Perro antitanque. Eran perros entrenados para transportar explosivos y destruir tanques, vehículos blindados y otros objetivos militares. Fueron entrenados intensivamente por las Fuerzas Armadas Soviéticas y rusas entre 1930 y 1996, siendo empleados en combate durante la Segunda Guerra Mundial contra los tanques alemanes entre 1941 y 1942.

Historia

Desde el primer año del siglo XX, el fisiólogo ruso Iván Pávlov comenzó a realizar su estudio sobre condicionamiento clásico de estímulo - respuesta. El sujeto de estudio fueron los perros. Para Pávlov, cada estímulo que un animal recibía tenía una respuesta. De forma innata, los animales tienen respuestas reflejas a estímulos naturales, por ejemplo, girar la cabeza cuando escuchan un sonido que les sorprende, o comenzar a salivar cuando ven comida. Pávlov pensó que tal vez podrían condicionarse ese tipo de respuestas a partir de estímulos que, inicialmente, no tuvieran relación con él.

Comenzó a hacer sonar un metrónomo a la vez que les ofrecía la comida. Los perros, evidentemente, salivaban en respuesta a la presencia de comida. La hipótesis del fisiólogo era que los perros terminarían asociando ambos estímulos como uno mismo, y conseguiría hacerles salivar con el sonido del metrónomo, sin que hubiese comida. Y lo consiguió. Había nacido el estudio del condicionamiento pavloviano.

Adiestramiento

Los perros no eran alimentados durante unos días, y entonces se entrenaban para encontrar comida bajo un tanque de guerra. Rápidamente aprendieron que el ser liberados de sus rediles significaba salir corriendo hacia un vehículo objetivo que estaba aparcado y encontrar comida. Una vez entrenados, los perros se equipaban con una carga explosiva y se les soltaba en un campo de batalla con tanques alemanes acercándose y otros vehículos objetivo. Cuando el perro estaba debajo del tanque —donde el blindaje es más débil— la carga detonaba y dañaba el vehículo enemigo.

Resultados

La realización de este plan tuvo menos éxito. Los Minenhunde, como eran llamados por los alemanes, habían sido entrenados usando tanques soviéticos, y se confundían a veces en la batalla, solo para dar la vuelta y correr hacia los propios vehículos soviéticos. Otras veces, los perros se asustaban del ruido producido por los vehículos y escapaban.

Según la propaganda soviética, fueron un verdadero problema para el avance alemán, por lo cual se tuvieron que tomar medidas contra ellos. La colocación de una ametralladora montada sobre la torreta del vehículo blindado resultó ineficaz debido al tamaño relativamente pequeño de los atacantes y al hecho de que estaban cercanos al suelo, eran rápidos y difíciles de ver. Se ordenó a cada soldado alemán abrir fuego contra cualquier perro que vieran. Finalmente, los alemanes comenzaron a usar lanzallamas montados en los tanques para desviar a los perros. Tuvieron mucho más éxito al disuadir los ataques, pero algunos perros no paraban ni por miedo al fuego ni a ser quemados.

Primera batalla desastrosa

Las tropas soviéticas se dieron cuenta que las ametralladoras de los tanques alemanes durante la Segunda Guerra Mundial no podían virar tan abajo como para disparar contra los perros.

Por esto, se entrenaron a muchos canes para que metieran debajo de los tanques alemanes e hicieran explotar una bomba y destruir así a los tanques del enemigo.

Fue en 1939 cuando aparecieron por primera vez en el Ejército Rojo, pero no se probaron hasta que los alemanes se encontraban muy cerca de Moscú.

El primer batallón estuvo compuesto por 212 perros y 199 adiestradores que se desplegaron cerca de Moscú. Este ataque resultó un auténtico desastre para los rusos ya que su propia infantería no les cubrió, por lo que los alemanes lograban disparar con facilidad a los perros desde posiciones ventajosas.

Además, se dieron cuenta que los perros habían sido entrenados con el diésel de los tanques soviéticos, por lo que iban al olor reconocible, y que los vehículos de combate alemanes funcionaban con gasolina.

Victorias importantes

A pesar de este primer desastre, el ejército soviético no desistió en su empeño de utilizar perros para contrarrestar a los tanques alemanes. En el año 1942 eran ya 2.000 perros los que había en el frente y participaron en varias batallas decisivas para la guerra.

Los nazis llegaron muy cerca de Taganrog y lo único que se interpuso entre ellos y el puesto de mando soviético fue un batallón de valientes perros que consiguieron lanzar un ataque simultáneo contra los alemanes. 56 perros destruyeron gran parte de la carga alemana que se vio obligada a retroceder y abandonar la batalla.

En Leningrado también fueron muy importantes ya que se colaron por el alambre de espino para destruir unos cuantos búnkeres y munición enemiga.

A partir de 1943, cuando el signo de la Segunda Guerra Mundial ya había cambiado, el Ejército Rojo dejó de utilizar perros en sus ofensivas porque habían recibido material antitanque de los aliados.

Aunque el entrenamiento original de los perros implicaba soltar la bomba y que el animal vuelva antes que la espoleta cronométrica detone a esta, su fracaso dio como resultado la introducción de una espoleta que se activaba por impacto y mataba al perro en el proceso. El Ejército estadounidense entrenó perros antitanque en 1943 para emplearlos contra fortificaciones, pero nunca los desplegó. Perros que transportaban explosivos fueron empleados sin éxito por los guerrilleros irakíes, en el marco de la Guerra de Irak, a inicios del siglo XXI.

Fuentes