Pueblo Karajá

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Pueblo Karaj'a o Karaya
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Información
IdiomaMacro-Yê
Principales ciudadesGoiás, Tocantins e Mato Grosso e Interior de la isla de Bananal estados de
RegiónBandera de Brasil Brasil

Karajá o karayá (también inâ o yñâ) es un pueblo indígena de Brasil de la familia lingüística macro-yê, que habita desde tiempos inmemoriales en la cuenca del río Araguaia. Actualmente se les encuentra en las riberas de este río desde la ciudad de Aruanã en el estado de Goiás, en los alrededores de la gran Isla de Bananal, donde se concentra el mayor número de aldeas, hasta el estado de Tocantins, en cercanías de Santa Fé do Araguaia.

Historia

Los estudios históricos informan que los Karajá mantuvieron disputas con otros pueblos indígenas como los Kayapó, los Tapirapé, los Xavante, los Xerente, los Avá-Canoeiro y, con menor frecuencia, con los Bororo y los Apinayé. Todo esto con el objetivo de salvaguardar su territorio.Como resultado de estos contactos, se produjeron intercambios de prácticas culturales entre los Karajá, los Tapirapé y los Xikrin (Kayapó).

En relación al contacto con la sociedad nacional, los textos históricos informan que se produjeron dos frentes de contacto con la sociedad nacional. 1. La primera está representada por las misiones jesuitas de la Provincia de Pará, resaltando la presencia del padre Tomé Ribeiro en 1658, quien se encontró con los Karajá del curso inferior del río Araguaia, probablemente con los Xambioá (o los Karajá del norte, como prefieren ser llamados). 2. Relacionado con las bandeiras (expediciones) paulistas rumbo al la región Centro-Oeste y Norte del Brasil, como la expedición de Antônio Pires de Campos, que se estima se desarrolló entre los años 1718 y 1746. A partir de la mencionada, varias expediciones visitaron a los Karajá a lo largo de los años y estos fueron obligados a mantener un constante contacto con la sociedad blanca.

Organización social

La vida social karajá se basa en la familia extensa integrada por las hijas, yernos e hijos solteros, de manera que el esposo pasa a residir en la casa de su esposa después del matrimonio (prática conocida por la antropología como uxorilocalidad). Los hombres están divididos en tres segmentos patrilineales y deben casarse con la hermana o hija de otro hombre de su segmento. El matrimonio es arreglado por las abuelas de los novios. Cada mujer casada tiene un fogón en la casa de la familia extensa. Mientras la mujer mantiene el predomino en la familia, al hombre de rudy se le reconoce el poder espiritual y el deber de defender el territorio.

La aldea es la unidad de organización social y política autónoma, en la que el poder de decisión radica en los hombres cabeza de las familias extensas. Está conformada por una hilera de las casas de cada familia extensa a lo largo del río en dirección norte-sur; aparte y separada por una plaza ceremonial, hay una casa especial, conocida como Idjassó Hetô, o "Casa de Aruanã" la de "casa de los hombres", que es el centro de la vida ritual, donde están las máscaras sagradas, casa que tiene su propio camino hacia el río y separada de él por el bosque.

Hombres y Mujeres

A los hombres les cabe la defensa del territorio, la apertura de los campos de cultivo, la pesca familiar o colectiva, las construcciones de las casas para vivir, las discusiones políticas formalizadas en la Casa de Aruanã o plaza de los hombres, la negociación con la sociedad nacional y la conducción de las principales actividades rituales ya que ellos equivalen, simbólicamente, a la importante categoría de los muertos.

Las mujeres son las responsables por la educación de los hijos hasta la edad de la iniciación en los niños y de modo permanente en las niñas, por los quehaceres domésticos como cocinar recolectar los productos del campo de cultivo, por el cuidado en lo que se refiere al casamiento de los hijos –normalmente gerenciado por las abuelas-, por la confección de las muñecas de cerámica –que se convirtieron en una importante fuente de renta familiar fomentada por el contacto-, además de ser las encargadas por la ornamentación y la pintura de los niños, de las niñas y de los hombres cuando se organizan los rituales del grupo. En el plano ritual, ellas son las responsables por la preparación de los alimentos de las fiestas principales y por el mantenimiento de la memoria afectiva de la aldea que se expresa a través de llantos rituales, especialmente cuando alguien se enferma o muere.

Matrimonio

Los Karajá prefieren la monogamia y el divorcio es censurado por el grupo. Si la infidelidad de un hombre casado se transforma en un asunto público, los parientes masculinos de la mujer abandonada castigan severamente al infractor frente a toda la aldea, en una gran actuación dramática que puede tomar proporciones mayores con la exacerbación de los ánimos entre los grupos domésticos involucrados, resultando inclusive en el incendio de la casa de la familia del marido. Las mujeres que mantienen una vida sexual pública, una vez casadas y con sus unidades domésticas propias, dejan de recibir comentarios reprobables por parte de la comunidad ya que la constitución de la familia es un referente cultural importante para los Karajá.


Economía

Su actividad principal es la caza; también viven de la agricultura (maíz, tomate, mandioca, sandía); la caza de animales de la región como arañas (pecarí, danta). Además capturan aves (guacamayos, espátulas y cigüeñas) para proveerse de plumas. Actualmente, comercializan parte del pescado y sus artesanías.

Lengua

Hablan un idioma de la macrofamilia Macro-Yê. Están divididos en tres grupos, que también corresponden a los cuatro dialectos por ellos hablados: los Karajá septrionales los Karajá meridionales, los Javaé y los Xambioá o Xambiwá. Todos se autodenominan inã y participan de la misma cultura y la misma vida ritual.

Fuente

[1] [2]