Puertas de papel

Puertas de papel
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Reúne historias con imaginación y acierto, basadas en singulares personajes fantásticos tan particulares como un vendedor de frascos que contienen tiempo.
Título originalPuertas de papel
Autor(a)(es)(as)Maikel Rodríguez Calviño
Editorial:Editorial Gente Nueva, La Habana, Cuba, 2012
GéneroCuento
ImprentaTalleres de Edicciones Caribe
IlustracionesRoldán Lauzán Eiras
Ejemplares2 000 ejemplares
ISBN978-959-08-1415-0
PaísBandera de Cuba Cuba
PremiosPremio La Edad de Oro 2011 (Cuento)

Puertas de papel. Al ir traspasando estas Puertas de papel el lector se encontrará con curiosos personajes que van desde jóvenes vampiros de Transilvania y vendedores de frasquitos de tiempo hasta criaturas mitológicas o reyes que mal gobiernan, siempre en entornos creados con acierto y singular imaginación.

Datos de la obra

El libro está integrado por nueve piezas narrativas espléndidamente escritas y con el mérito de continuar una línea reciente dentro de la literatura para niños y jóvenes que es la de acudir a personajes y asuntos de diferentes mitologías: griega, romana y afrocubana haciéndolas convivir con personajes y situaciones de tiempos actuales, lo cual provee a las historias de novedosas combinaciones como la intervención de jóvenes que visten pulóveres y se entretienen en el Malecón intercambiando con vampiros, o magos que asumen y convierten el tiempo en un manejable discurrir de la realidad modificada a capricho, sin que falte en algunas ocasiones el refinado humorismo. Para terminar este apogeo de la imaginación, el autor brinda una receta para ver un unicornio, a la manera en que se hace un arroz con leche o un buen trozo de carne asada.

Índice

  • El visitante/ 7
  • Colmillitos (apuntes para una crónica social)/ 12
  • El hombre de porcelana/ 24
  • La quer/ 31
  • La puerta de papel/ 35
  • El vendedor de Tiempo/ 41
  • El Apotetes/ 54
  • Instrucciones pera ver un unicornio/ 65
  • Fábula/ 68

Fragmentos

Existió una vez, en la lejana Edo, un joven poeta llamado Hiro que vivía en una hermosa casita de techo verde y paredes de bambú, a las afueras de la ciudad.

En la habitación más cálida de su hogar, Hiro tenía un tatami. Allí descansaba en las tardes, mientras bebía té y escuchaba el suave ulular de la brisa vespertina entre las hojas de los manzanos. Frente al tatami había una puerta hecha con papel de arroz. Esa puerta reflejaba siempre la Verdad.

Pero la Verdad nunca se manifestaba de manera clara, pues la puerta solo mostraba versos. Apenas alguien pasaba frente a ella con alguna duda o pregunta, manos invisibles esparcían sobre la superficie del papel un corto poema:

Vuela la mariposa
Que robó la mariposa
De otra mariposa

Premios

Fuentes

  • Rodríguez Calviño, Maikel. Puertas de papel. La Habana : Editorial Gente Nueva, 2012
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