Rafael Graciano Argilagos Loret de Mola

Rafael Argilagos Loret de Mola
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Nombre completoRafael Graciano Argilagos Loret de Mola
Nacimiento1 de junio del 1885
Minas, Camagüey, Bandera de Cuba Cuba
Defunción3 de marzo de 1967
Santiago de Cuba, Bandera de Cuba Cuba
OcupaciónEscritor y periodista
NacionalidadCubano
Lengua de producción literariaEspañol
Lengua maternaEspañol
GéneroPoesía, periodismo y literatura

Rafael Graciano Argilagos Loret de Mola Fue un escritor y periodista cubano que contribuyó a la promoción e investigación de la cultura y la historia de Cuba desde el Oriente del país y que supo imbricar muy bien sus dotes literarias para polifacéticamente hacer poesía, periodismo y literatura. Es uno de los intelectuales que con mayor fuerza en el Oriente del país hizo posible que, durante los más de cincuenta años de la República, se conociera el pensamiento de Martí sin tergiversaciones, que muchos se motivaran a estudiarlo, contribuyendo a que perdurara con tanta vigencia en el devenir generacional cubano. Esta consagración por la divulgación del pensamiento martiano es su mayor mérito.

Síntesis biográfica

Rafael Graciano Argilagos Loret de Mola nació el 1 de junio de 1885 en Minas, Puerto Príncipe. Sus padres, que habían contraído matrimonio en los campos de Cuba Libre el 5 de abril de 1869, Francisco Rafael Argilagos Guinferrer y Mercedes Loret de Mola, tuvieron quince hijos, Rafael fue el noveno de ellos.

Las familias Argilagos y Loret de Mola tienen una gran tradición patriótica. Su padre comenzó sus actividades conspirativas en la Logia Tínima, y no vaciló para incorporase inmediatamente al servicio de la Revolución el [[4 de noviembre]] de 1868, en Las Clavellinas, al ser uno más de los setenta y seis patriotas allí congregados. En la manigua, a la vez que combate, ofrece sus servicios de médico cirujano. Es hecho prisionero, por lo que no termina la guerra y parte al exilio. Es tanto su compromiso y entrega que, al estallar la [[Guerra Necesaria]], en 1895, el padre de Rafael le envía dos cartas a Enrique Trujillo —que llegan a recorrer casi toda América—, donde le comunica su deseo de contribuir a la causa libertaria y ofrece inicialmente a su hijo mayor, Franklin, y que otros dos irían después. Es por eso que Franklin —el hermano mayor de Rafael, que ya había comenzado sus labores revolucionarias junto a su padre en el periódico La Tribuna, en Barranquilla, Colombia, publicando artículos a favor de la causa cubana—, Roberto y Arturo se incorporaron a la gesta de 1895, llegando los dos primeros al grado de Comandante y el tercero al de Teniente del Ejército Libertador.

Así transcurre la infancia de Rafael Argilagos Loret, entre anécdotas de hazañas históricas pasadas, gozando los triunfos mambises y afligiéndose, junto a su familia, ante algún revés de la nueva contienda. Quizás, aún no comprendiera toda la necesi dad de aquella guerra pero, sin dudas, comenzaban a espigar sus sentimientos de amor por su Patria.

Terminada la guerra hispano-cubana-estadounidense Francisco Argilagos decide venir a contactar la realidad cubana. El [[1 de octubre]] de 1899 hace su entrada por la bahía de Santiago de Cuba, acompañado de sus hijos Oscar y Rafael. Al llegar a Cuba, destruida por la guerra, vio frustrado el intento independentista de tantos años de lucha por la intervención del gobierno norteamericano, se inició la primera ocupación militar yanqui —desde el [[1 de enero]] de 1899 al 20 de mayo de 1902— hasta el nacimiento de la República neocolonial. A partir de entonces, Francisco Argilagos se dedicaría a desenmascarar las verdaderas intensiones del gobierno estadounidense con la isla.

Regreso a Cuba

En esa Cuba republicana viviría Rafael junto a toda su familia desde que esta se reunificara el 26 de diciembre del 1899 en la ciudad de Santiago de Cuba, con la llegada de Doña Mercedes y sus otros hermanos.En ella cultivará su formación cultural y profesional: la de periodista y escritor. Desde los primeros años escribió y publicó poesía en El Cubano Libre, entre los años 1914 y 1915, aparecen cuatro poesías en la sección «El Domingo», tituladas: Término, Hojas Caídas, Despedida—tiene fecha de redactada en 1913— y En Secreto.

Rafael junto a otros periodistas como Carlos Forment, José Ramón Villalón y Prisciliano Espinosa, fue uno de los fundadores de las primeras instituciones periodísticas de Santiago de Cuba.

Sus primeros artículos, de corte histórico, verían la luz para lelamente a sus poesías, tal es el caso de la primera versión de la biografía de su padre: «Francisco Argilagos: Su vida y su obra », publicada en la sección «La Biblioteca» de El Cubano Libre desde el 10 de marzo al 1 de junio de 1915. Es también cuando comienza a escribir sobre José Martí; en enero y mayo de 1914, para las fechas conmemorativas del Apóstol, publica sus primeras selecciones de «Granos de Oro» en el periódico El Cubano Libre —que serían después varios libros— (Argilagos, 1918); y para mayo del año siguiente aparece otro artículo sobre el maestro titulado «Martí ha sido, es y será». Comenzaba, además, el arduo empeño de la divulgación del pensamiento y la obra martianas, que estará presente a lo largo de toda su obra intelectual.

Para este entonces era miembro ya de la Asociación de Periodistas, incluso, en 1911 ocupó el cargo de Delegado de dicha institución. En 1915 recibió su primera condecoración por su obra, en este caso, por la de poeta, la Medalla y Circular del Centenario de la Avellaneda, concedidos por la Comisión Editora de las Obras de la Avellaneda, en el centenario de su natalicio, presidida por Aurelia Castillo.

El periodismo fue una importante faceta de la labor intelectual de Rafael Argilagos Loret de Mola. A lo largo de su carrera fue redactor de numerosos órganos de prensa, dígase: El Cubano Li- bre, La Independencia, Diario de Cuba, Oriente, El Fígaro, El Liberal, Libertad, Artes y Letras, Acción Ciudadana, Prensa Universal y Azul. Colaboró en Oriente Literario, Orto, El Eco de Tunas, Revista Letras, Cuba Contemporánea, Bohemia, Luz de Oriente, entre otras. No solo mediante la palabra y la escritura se preocupó y ocupó Rafael por rescatar la historia de Cuba. En las esculturas y monumentos vio quizá la mezcla de varias expresiones del actuar humano: conocimiento, sentimiento y arte, por lo que se encargó de promover la construcción de bustos y monumentos a los héroes y mártires de la Patria, y así de una manera más creativa los hacía perdurar en la memoria histórica. A su cuenta se encuentran estatuas o monumentos como la de [[José María Heredia]] y Heredia en el parque de Vista Alegre y el monumento a Carlos Manuel de Céspedes en el parque que lleva su nombre, ambos en la ciudad de Santiago de Cuba.

Fuente

  • Islas, núm. 198; UCLV. Rafael Graciano Argilagos Loret de Mola, apuntes para una biografía intelectual en islas.uclv.edu.cu