Ramón Paz Borroto, en la forja de una proeza

Ramón Paz Borroto, en la forja de una proeza
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Historia de vida de un obrero minero, destacado luchador clandestino y extraordinario combatiente.
Autor(a)(es)(as)Alberto Alvariño Atiénzar; Mílderth Álvarez Pérez; Cecilio Jiménez Marroquí.
Editorial:Casa editorial Verde Olivo
Diseño:Ernesto Niebla Chalita.
Corrección:Raisa Ravelo Marrero.
EdiciónHildelisa Díaz Gil.
ISBN978-959-224-419-1
PaísBandera de Cuba CubaCuba

Ramón Paz Borroto, en la forja de una proeza (libro). Edición que recoge la infancia y trayectoria revolucionaria de un hombre sencillo que estuvo junto al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Sierra Maestra durante la Ofensiva de Verano de la dictadura batistiana. El libro rinde homenaje a un hombre definido por Fidel como ejemplo de lealtad y disciplina en el cumplimiento de las órdenes. Presentado por los autores Alberto Alvariño Atiénzar, Coronel de reserva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y los historiadores Mílderth Álvarez Pérez y Cecilio Jiménez Marroquíla en la Biblioteca Rubén Martínez Villena de La Habana, Cuba.

Historia

La investigación comenzó en septiembre del año 2016 y tuvo el apoyo de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado y de las Direcciones del Comité Central del Partido de las provincias de Granma, Ciego de Ávila y Mayabeque. Recuento de la historia de vida de un obrero minero, destacado luchador clandestino y extraordinario combatiente. Protagonista de numerosas hazañas, Ramón Paz Borroto estuvo entre a quienes el máximo líder de la Revolución Cubana confiaba las misiones más complejas y riesgosas. Ascendió a fuerza de valentía, audacia, capacidad y se convirtió en uno de los soldados más completos. Murió heroicamente apenas dos días después de su ascenso a comandante. En Providencia, Granma, en el sitio donde cayó en combate, en una sencilla tumba, reposan los restos del héroe, uno de los forjadores de la proeza militar que escribió el Ejército Rebelde con la derrota de la Ofensiva de Verano de la tiranía en 1958. Esta obra biográfica deviene monumento imperecedero a su memoria y revela pasajes inéditos sobre una vida aleccionadora y ejemplar. El prólogo realizado por el General de Ejército, Raúl Castro Ruz, brinda un valor añadido a la publicación.

Ramón Paz Borroto se incorporó al Ejército Rebelde en noviembre de 1957, cuando ya era un destacado luchador y dirigente clandestino en las minas de Charco Redondo, y se distinguió en el segundo combate de Pino del Agua el 16 de febrero de 1958. No tuve la posibilidad de conocerlo de cerca e intimar con él porque a inicios de marzo de ese año partí con la columna número 6 para fundar el Segundo Frente Oriental Frank País. En los meses posteriores, Paz escribiría páginas sobresalientes en muchas acciones. Su heroica caída resulta inseparable del escenario en el que participó hace algo más de sesenta años bajo el mando directo del Comandante en Jefe. Muchos autores han significado la importancia de la sucesión de combates y batallas librados en los distintos frentes durante el año 1958 y su contribución final al triunfo revolucionario; sin embargo, poco se ha valorado en su justa dimensión, lo que en mi consideración fue, en su conjunto, una proeza militar, escrita durante el rechazo y la victoria decisiva contra la Ofensiva de Verano de la tiranía y sobre la cual el Che, con toda precisión expresó: “El ejército batistiano salió con su espina dorsal rota”. Jamás en la historia militar cubana hubo una correlación similar entre las partes beligerantes, como en este caso en que un número aproximado de doscientos combatientes armados al inicio de la operación –algo más de trescientos al concluir- enfrentó a 10 000 soldados bien equipados, acompañados de tanques, apoyados por la artillería, la aviación, unidades navales y abundante aseguramiento logístico. Para que se tenga una idea, baste señalar que se concentraron 14 batallones de infantería y siete compañías independientes. De nada valió su mayor y último intento. El adversario sufrió más de mil bajas, de ellas un número superior a trescientos muertos y 443 prisioneros. No menos de cinco grandes unidades fueron aniquiladas, capturadas o desarticuladas. En poder de las fuerzas rebeldes quedaron 507 armas, incluidos dos tanques, diez morteros, varias bazucas y 12 ametralladoras calibre 30. Durante 74 días de incesante lucha se libraron 30 combates y seis batallas de trascendencia, en los que 31 oficiales y combatientes del Ejército Rebelde ofrendaron sus vidas. Con el arsenal capturado se formaron nuevas columnas que invadieron el cetro del país y el Camagüey, y otras se desplazaron hacia el norte de la antigua provincia Oriente, con lo cual quedó cubierto todo su territorio. Es un referente el hecho de que un pequeño ejército revolucionario, no profesional, con escaso e inferior armamento, poco equipamiento y apenas sin posibilidades de supervivencia, venciera a fuerzas entre 30 y 50 veces superiores. Opuesta la lógica de la matemática en las acciones militares, el Ejército Rebelde ratificó el valor inobjetable que tiene el potencial político y moral en cualquier guerra, a pesar de la superioridad extraordinaria del adversario. Pero, el factor esencial de aquella victoria determinante fue la sabia dirección y conducción personal de Fidel en los combates y las batallas, en los que demostró su pensamiento militar y capacidad visionaria para adelantarse a los hechos y adoptar las decisiones que exigía cada momento. En medio de aquella epopeya, entre los jefes a los que Fidel se dirigía y encargaba las acciones más complejas y riesgosas estaba Ramón Paz Borroto con una disposición a toda prueba, quien sabía interpretar a cabalidad las ideas de las acciones del máximo jefe rebelde y cumplía con firmeza invariable las misiones recibidas. A fuerza de cualidades de dirección, disciplina y valentía supo ganarse la confianza del líder de la Revolución. No resultó un hecho casual que el Che, parco en elogios, respondiera a la misiva de un combatiente: “…Debo recordarte que Paz es nuestro mejor capitán. Un poco duro a veces pero justo y muy valiente”. Paz, cuando tuvo confusión con una indicación de combate de Fidel, su respuesta no pudo ser otra que, con la vergüenza que le caracterizaba, pedir que le mandara órdenes pero para pelear, y entonces lo hizo del modo más elocuente. Creció tanto en el orden militar, en tan poco tiempo, que le valió el ascenso a comandante apenas cuarenta y ocho horas antes de su muerte gloriosa, el 28 de julio. Llegó a contar entre los imprescindibles. Cuando Fidel narraba las últimas acciones para expulsar definitivamente del territorio de la Sierra Maestra al adversario, en los días de la estocada final en Las Mercedes, exclamó: “¡Qué falta nos hubiera hecho en ese momento un Paz o un Cuevas!” No resultó un hecho fortuito que Fidel recordara a Paz y lo destacara entre los primeros cada vez que venían a su memoria aquellos días del rechazo dela ofensiva de la tiranía en el verano de 1958; así lo mencionó reiteradamente muchas veces hasta sus últimos días de vida. Tengo la certeza de que él habría tenido mucha satisfacción con la salida a la luz de esta obra que sentía como una deuda para que se conociera y perpetuara la memoria del fiel combatiente. Esta edición cumple tal propósito. Aprecio la amplia investigación realizada en poco tiempo por los autores de este volumen biográfico. Era algo pendiente porque Paz no se conocía lo suficiente y es una muestra del rescate de la historiografía que las nuevas generaciones no deben desconocer ni olvidar. Ramón Paz Borroto cayó en la forja de una proeza militar que escribió el Ejército Rebelde. Allí, en Providencia, en una sencilla tumba en la tierra donde libró su último combate, yacen los restos del héroe caído que, simbólicamente, reclama le manden órdenes para continuar peleando por la Revolución. Esta edición deviene monumento imperecedero a su memoria.

Contenido

Primera parte. Capítulo I. Los primeros años de una vida prolífera.

  • Ciego de Ávila: tradición de lucha.
  • Nace un futuro combatiente.
  • Hacia la juventud.
  • Defensor de los trabajadores.

Capitulo II. Nuevos derroteros del trabajo y lucha.

  • La tierra natal lo acoge otra vez.
  • Una escala necesaria.

Capítulo III. La fragua revolucionaria de Charco Redondo.

  • Orígenes y tradiciones.
  • Las minas: asidero de trabajo y combate.
  • Inicia una nueva etapa de lucha.
  • Fidel en las minas: preámbulo al 26 de julio de 1953
  • La masonería: institución beneficiosa, moral y democrática.
  • Encuentro de Frank País con Ramón Paz en las minas.
  • La creación del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Santa Rita y Charco Redondo.
  • La víspera del levantamiento de Santiago de Cuba.
  • Mensaje de Fidel al jefe del Movimiento Revolucionario en Charco Redondo.
  • Paz Borroto: dirigente y combatiente clandestino.
  • Frank País y Ramón Paz: una relación creciente
  • El combatiente fogueado asume nuevas pruebas

Segunda parte.

Capítulo IV. Crece el combatiente y jefe ejemplar.

  • El tercer refuerzo y la incorporación de Paz al Ejército Rebelde.
  • El encuentro con Fidel.
  • Combate de El Salto.
  • En los llanos de Manzanillo.
  • El segundo ataque al cuartel de Veguitas.
  • El segundo combate de Pino del Agua.
  • El ataque al central Estrada Palma.
  • En Cienaguilla y a las puertas de Manzanillo.
  • El ataque al cuartel de San Ramón.
  • El combate de El Pozón.

Capítulo V. En marcha forzada hacia la victoria.

  • Antecedentes de la Ofensiva de Verano del ejército de la tiranía.
  • La defensa del bastión de la Sierra Maestra bajo la dirección del Comandante en Jefe.
  • Combate de La Caridad
  • El combate de El Naranjal
  • La decisiva batalla del El Jigüe
  • ¨Comandante: mándeme órdenes; pero que sea de pelear¨
  • El combate de Casa de Piedras.
  • Ascenso a comandante en víspera de su muerte.

Capítulo VI. El combate de Providencia.

  • El Batallón 11 rompe el cerco.
  • La caída en combate de Ramón Paz.
  • Los héroes se entierran donde caen

Capítulo VII. El retrato del héroe.

  • Imborrable en la memoria.
  • El primer vástago por la senda de su padre.

Epílogo. Proeza entre las montañas.

Datos de los autores

Alberto Alvariño Atiénzar

Nace 1944 en Camagüey. Tipógrafo de oficio. Máster en Historia. Coronel de la reserva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y jefe de la Dirección de trabajo.

Vida laboral

Curso estudios superiores políticos y militares en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas 1987-1990 Ideológico de su Dirección Política. 1981-1985 Director de la revista Verde Olivo. 1995-2018 Vicejefe de Departamento Ideológico del Comité Central del Partido. 2018 Director de la Oficina de Preservación del patrimonio Documental, Palacio de La Revolución.

Libros publicados

Ha publicado artículos en medios de prensa escrita nacionales. Autor de los libros titulados:

2015 Un pequeño gigante. Obra en coautoría, a la que la Unión de Historiadores de Cuba le otorgó en 2016, el premio de la Crítica Histórica Leonardo Griñán Peralta.

Mílderth Álvarez Pérez

Nace en Jiguaní, Granma en el año 1953. Licenciado en Historia y Ciencias Sociales. Fue director de centros educacionales y de cultura, desempeñó responsabilidades en el Poder Popular del territorio: Director fundador de la emisora Radio Jiguaní. Profesor de Historia y Cultura Política, de Filosofía y Pensamiento Económico. Profesor Principal Asistente. Ha publicado diversos artículos vinculados con la vida y obra de José Martí. Tiene varios libros en proceso de culminación, entre ellos, Jiguaní en la ruta de Fidel y Gotas de un río de historia.

Cecilio Jiménez Marroquí

Nace en Majagua, Ciego de Ávila, Cuba, en el año 1952. Licenciado en Historia y Master en Ciencias de la Educación. Se desempeña como coordinador de la Casa de los Historiadores. Vicepresidente provincial de la Unión de Historiadores de Cuba. Profesor Asistente en la Universidad del Ministerio del Interior de la República de Cuba. Textos suyos aparecen en varios cuadernos de la historia avileña, y en el libro Máximo Gómez en Ciego de Ávila.

Fuentes

  • Alvariño Atiénzar, Alberto, Álvarez Pérez, Mílderth y Jiménez Marroquí, Cecilio. Ramón Paz Borroto, en la forja de una proeza. La Habana, Cuba: Casa Editorial Verde Olivo, 1ra. ed. 2022. 266 páginas.