Retablo de San Ambrosio
| ||||||||||||||||
Retablo de San Ambrosio. Pintura al temple sobre tabla de Sandro Botticelli, fechada alrededor de 1470.
Historia
El retablo se colocó originalmente en la Iglesia de Sant Ambrosio en Florencia, donde permaneció hasta la supresión de 1808. Terminó primero en la Galleria de la academia, donde fue estudiado por estudiantes de cursos de arte, y luego, con la reorganización de las colecciones Florentinas, en los Uffizi. La presencia de los Santos Cosmas y Damián haría pensar en una comisión Medici o en el arte de los médicos y boticarios. En el siglo XVI sufrió varias repinturas, que alteraron especialmente la Virgen y el niño y fueron la causa de varias dudas atributivas. Fantozzi lo asignó a Ghirlandaio, Cavalcaselle y Crowe a Andrea Del Castagno (comparándolo con el viril retrato de Galeria Palatina en ese momento también atribuido a Andrea) y Morelli a la escuela de Botticelli. Ulmann fue el primero en devolver la obra a Botticelli, y después de él la crítica se manifestó universalmente Concordia. Las analogías con la Fortaleza sugieren una fecha cercana a 1470. Gamba atribuyó la predela con historias de la Magdalena a esta obra, intercambiándola con el retablo de los conversos, una hipótesis más tarde refutada por el Yashiro. No se dice que la obra había sido pintada para San Ambrosio, por la ausencia del santo titular de la iglesia en el retablo. Algunos han especulado que era el retablo que Vasari vio en la Iglesia de San Ludovico en Montevarchi, que otros, sin embargo, indican en un panel en la Galería de la academia. Restaurado en 1992, fue liberado de la pintura.
La obra
La obra fue uno de los primeros grandes encargos del joven Botticelli. La composición está inspirada en el retablo de San Marco de fra Angelico (alrededor de 1440), con el asiento en el entresuelo de mármol de la Virgen con el niño, rodeado por dos grupos de Santos de pie a los lados (de izquierda, María Magdalena, Juan Bautista, Francisco de Asís y Catalina de Alejandría), y a los santos Cosmas y Damián arrodillados en una posición para ver que destaca la profundidad de la perspectiva. Como en el angelical uno se vuelve hacia el espectador, para llamar su atención, y uno es un profil perdu dirigido a la Virgen. Es sobre todo la figura de María la que se asemeja a la Fortaleza de la Corte mercantil, con una tensión lineal similar que comienza en la pañería y termina desmaterializando la corporeidad de la figura, tanto que, en lugar de parecer sentada, aparece como yuxtapuesta en un plano frente al trono. El color y el marcado Plasticismo derivan del ejemplo de Filippo Lippi, el primer maestro de Sandro, así como del tipo físico de la mujer con belleza idealizada, aunque enérgica y ligeramente melancólica como es típica en Botticelli. El efecto "drapeado húmedo" (evidente en las mangas y enaguas de María) proviene de Verrocchio.
