Retrato de Pablo Picasso

Retrato de Pablo Picasso
Información sobre la plantilla
JuanGris.Portrait of Picasso.jpg
Datos Generales
Autor(es):Juan Gris
Año:1912
País:Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Estilo:Cubismo
Dimensiones:93 x 74 cm
Localización:Art Institute, de Chicago, EUA.


Retrato de Pablo Picasso . El retrato pone de manifiesto la lucidez del artista , al que hay que considerar como cabeza de serie de esta tendencia, Este cuadro prueba , en definitiva, que el cubismo de Gris nunca perdió de vista la necesidad de reflejar una realidad concreta . En la utilizaciónd e gamas virtualmente monocromas se deja sentir el oficio ilustrador del artista.

Historia

El pintor madrileño Juan Gris, que en realidad no era ni Juan, ni Gris, sino José Victoriano González Pérez, se convirtió al cubismo en 1912. Llevaba ya unos años viviendo en el Bateau-Lavoir de Montmartre, donde había conocido a Braque y a Picasso. Estos dos artistas fueron quienes desarrollaron la técnica del cubismo analítico, que es la que utiliza Gris en este cuadro para retratar a Picasso. El cubismo analítico consistía en descomponer la figura que tenían delante en diferentes planos y volver a recomponerla en el lienzo, combinando en una misma imagen planos tomados desde diferentes ángulos (de frente, desde arriba, desde un lado, por detrás…) De este modo, pretendían capturar la esencia tridimensional del elemento representado en el soporte.

Descripción

Muestra a Picasso con 31 años, en posición de sentado, y sosteniendo una paleta. La composición, de colores terrosos, muestra una figura relativamente simétrica y ordenada, donde se pueden apreciar los rasgos del protagonista, típica de las primeras épocas del cubismo, o cubismo analítico, a diferencia de etapas posteriores, cuando las obras son más caóticas y desorganizadas. En este retrato de Picasso, podemos distinguir sin mucho problema los ojos, las cejas, la boca y la nariz (esta última está pintada varias veces, desde diferentes ángulos). Sin embargo, las facciones están tan deformadas que si no fuese por el característico flequillo del pintor malagueño sería imposible saber que se trata él. No importa mucho porque en los retratos cubistas el parecido es casi irrelevante, lo que importa es la técnica. También se ven perfectamente el respaldo de la silla o butaca en la que Picasso está repantingado, las manos, la paleta y los pliegues y botones de su chaqueta. Los botones proyectan sombras en diferentes direcciones, como si el foco de luz hubiese ido cambiando. Pero al mismo tiempo, si nos fijamos en los planos de la chaqueta, la figura parece estar iluminada desde arriba a la izquierda, de un modo bastante clásico. Y es que la mezcla de tradición y modernidad es uno de los grandes atractivos del arte cubista. A pesar de la distorsión de los planos, la esfigie de Picasso es reconocible, cobra solidez y precisión gracias al nitido juego de luces y sombras. Un examen a fondo revela que los elementos geométricos que integran la composición se hallan basado en formas puras: prismas, triángulos y cilindros.

Fuentes