Ritalina

Ritalina
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Ritalina. Es un medicamento utilizado para el tratamiento del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (ADHD) cuando fracasan otras medidas remediales. La Ritalina (Metilfenidato, Ritalin SR, Methylin, Methylin ER) también se usa para tratar la narcolepsia (un trastorno del sueño que provoca somnolencia excesiva durante el día y ataques de sueño repentinos). La Ritalina pertenece a una clase de medicamentos llamados estimulantes del Sistema Nervioso Central (SNC).

Características

Este medicamento actúa modificando la cantidad de determinadas sustancias naturales presentes en el cerebro. La Ritalina es un estimulante del sistema nervioso central (SNC). Tiene efectos similares pero más potentes que los de la cafeína, y similares pero menos potentes que los de las anfetaminas. Tiene el efecto notable de disminuir el comportamiento impulsivo y mejorar la atención en las personas con ADHD, especialmente en los niños, ayudándoles a concentrarse.

Reacciones adversas

Nerviosismo e insomnio son los efectos secundarios más comunes. Se manifiesta al comienzo del tratamiento y suelen poder ser controlados reduciendo la dosis y dejando de tomar el medicamento por la tarde o la noche. También es corriente la pérdida del apetito, aunque suele ser pasajera.

También se presentan síntomas de cefalea, somnolencia, vértigo, disquinesia. Así como dificultades de la acomodación y visión borrosa aunque estas reacciones son poco comunes. En casos aislados hiperactividad, convulsiones, calambres musculares, movimientos coreotetoides, tics o exacerbaciones de tics ya existentes y síndrome de Gilles de la Tourette, psicosis tóxica (a veces con alucinaciones visuales y táctiles), humor depresivo transitorio, arteritis cerebral y/o oclusión. También dolor abdominal, náuseas, vómitos. Suelen ocurrir al comienzo del tratamiento y pueden verse aliviados por la ingestión simultánea de alimentos. Sequedad de boca.

También son ocasionales la taquicardia, palpitaciones, arritmias, cambios en la tensión arterial y la frecuencia cardíaca (de ordinario un incremento). En reacciones de hipersensibilidad son ocasionales la erupción, prurito, urticaria, fiebre, artralgia, alopecia.

Advertencias

La Ritalina no deberá administrarse a niños menores de 6 años. No se empleará Ritalina para tratar la depresión grave de origen exógeno o endógeno. La experiencia clínica sugiere que en los niños psicóticos la administración de Ritalina puede exacerbar los síntomas del trastorno de la conducta y la ideación. El abuso crónico de la Ritalina puede conducir a una marcada tolerancia y dependencia psíquica con diversos grados de conducta anormal. Pueden producirse claros episodios psicóticos, especialmente como respuesta al abuso parenteral. Los datos clínicos disponibles indican que el tratamiento con Ritalina en la niñez no incrementar las probabilidades de adicción.

Precauciones

  • El tratamiento con Ritalina no está indicado en todos los trastornos por déficit de atención e hiperactividad y sólo entrará en consideración tras haber establecido un historial completo y evaluado al niño de manera total. La decisión de prescribir La Ritalina dependerá de lo que opine el médico acerca de la cronicidad y gravedad de los síntomas y de si su edad es apropiada. La prescripción no debe basarse solamente en la presencia de características aisladas de la conducta. Cuando los síntomas se acompañen de reacciones de stress agudo, el tratamiento con Ritalina no suele estar indicado. Ritalina se empleará con precaución en los pacientes con epilepsia.
  • Se procederá con precaución en los pacientes inestables emocionalmente, como los que tengan antecedentes de drogadicción o alcoholismo, puesto que es posible que aumenten la dosificación por propia iniciativa.
  • Se utilizará con cautela en los hipertensos. La presión arterial se controlará en intervalos adecuados en todos los enfermos que tomen Ritalina principalmente a los que padezcan hipertensión.
  • Es conveniente efectuar periódicamente hemogramas completos, recuentos diferenciales y plaquetarios en el curso de la medicación prolongada.
  • Es necesaria una supervisión cuidadosa durante la retirada del fármaco, ya que ello puede desenmascarar una depresión, así como los efectos de la hiperactividad crónica. Algunos pacientes pueden necesitar un seguimiento prolongado.
  • En el embarazo y la lactancia materna no existen pruebas de riesgo para el feto, pero es limitada la experiencia durante el embarazo. Por razones de seguridad, las madres que amamantan no tomarán Ritalina.

Fuentes