Rodrigo Lara Bonilla

Rodrigo Lara Bonilla
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Nacimiento11 de agosto de 1946
Neiva, Bandera de Colombia Colombia
Fallecimiento30 de abril de 1984
Bogotá, Bandera de Colombia Colombia
NacionalidadColombiano
Alma materUniversidad Externado de Colombia
OcupaciónPolítico y abogado colombiano
CónyugeNancy Restrepo
HijosRodrigo Lara Restrepo, Jorge Andrés Lara Restrepo y Pablo José Lara Restrepo

Rodrigo Lara Bonilla. Destacado político y abogado colombiano. Graduado en Derecho en la Universidad Externado de Colombia. Desde muy temprano desarrolló una activa carrera política que lo convirtió en alcalde de su ciudad natal a muy temoprana edad. Ocupó el cargo de Ministro de Justicia en 1983 y durante los nueve meses de su mandato se caracterizó por denunciar la implicación del narcotráfico en los asuntos políticos del país. En 1984 fue asesinado en Bogotá por esbirros del Cartel de Medellín, dirigidos por Pablo Escobar.

Síntesis biográfica

Nació el 11 de agosto de 1946 en Neiva, capital del departamento colombiano de Huila.

Culminados sus estudios elementales, decidió estudiar derecho en la Universidad Externado de Colombia.

Trayectoria

Desde los 18 años, Lara Bonilla militó en el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), fundado y dirigido por el ex presidente liberal Alfonso López Michelsen. En 1969 y con solo 23 años de edad, fue elegido como alcalde de Neiva, su ciudad natal.

Se casó con Nancy Restrepo el 21 de junio de 1974, cuando se mudan a Bogotá, donde Lara retomó su actividad política, en apoyo al entonces electo presidente Alfonso López. Salió electo como representante suplente a la Cámara y dos años después, cuando constató que no tenía manera de acceder al Congreso, decidió optar por la vía diplomática.

El matrimonio regresó a Huila, donde nació su hijo Rodrigo en mayo de 1975 y un año más tarde fue designado como consejero en la embajada de Colombia en Francia, cargo que desempeñó por espacio de nueve meses, pues Lara seguía empecinado en regresar a la política. Regresaron a Colombia en 1977, cuando Nancy tenía ocho meses de embarazo y a partir de es momento comenzó una ascendente carrera política, siendo elegido concejal, diputado, representante a la Cámara y Senador de la República.

En agosto de 1983, Lara, quien pertenecía al Nuevo Liberalismo creado por él y Luis Carlos Galán, fue nombrado por el Presidente de la República, Belisario Betancur, como Ministro de Justicia.

Ministro de Justicia

Una vez en el cargo de Ministro de Justicia, Lara Bonilla, tuvo que enfrentar una lucha que ya venía antecediendo contra los carteles de la droga, sobre todo el de Medellín, liderado por Pablo Escobar.

El nuevo Ministro cuestionó el puesto de suplente de la cámara de Escobar, demostrando su vínculo con el negocio de narcóticos y la infiltración de los dineros del narcotráfico en el deporte. Esto desencadenó en una trampa montada por algunos políticos, narcotraficantes y periodistas quienes se veían en peligro por el gran crecimiento de Lara Bonilla en el Gobierno y sobre todo en la lucha contra el narcotráfico.

A pesar de las constantes amenazas, el Presidente Betancur mantuvo a Lara en su cargo. Escobar por su parte intentó defenderse vinculando a Lara con el capo Evaristo Porras del Cartel del Amazonas, pero Lara aunque aceptó el vínculo, desacreditó a Escobar destapando aún más sus actividades delictivas.

Como resultado de esta batalla interna, Escobar fue expulsado del congreso y su visa para viajar a Estados Unidos fue cancelada.

El ministro revivió viejos procesos penales contra Escobar y otros capos, como Carlos Lehder y ordenó el decomiso de centenares de avionetas y de propiedades, que eran presuntamente utilizadas para la producción y distribución de sustancias alucinógenas.

Mientras en el Congreso se discutía la aprobación de la extradición, los capos buscaron solucionar sus problemas eliminando a su nuevo enemigo: el ministro de justicia Lara Bonilla.

Muerte

Sólo 8 meses después de ocupar la cartera de justicia, Rodrigo Lara Bonilla murió abaleado dentro de su auto, el 30 de abril de 1984, a manos de un sicario enviado por Escobar con el nombre de Bayrón Alexander Velásquez, un menor de tan sólo 17 años de edad que fue capturado en el lugar donde ocurrió el crimen.

Su muerte representó el inicio de una guerra sin cuartel entre el Estado y los grupos de narcotraficantes, que se extendería por más de una década.

Hasta los días de hoy, solo se ha producido una condena por el asesinato de este digno colombiano, siendo este otro de los tantos asesinatos que han quedado impunes en Colombia.

In memoria

La Calle 127 ubicada en el norte de Bogotá y donde ocurrieron los hechos, fue bautizada posteriormente como Avenida Rodrigo Lara Bonilla, en su honor.

Años después se fundó el Colegio “Rodrigo Lara Bonilla”, donde desde entonces se forman miles colombianos en edad preescolar, básica primaria, secundaria y media.

Fuentes