Síndromes masténicos congénitos

Síndromes miasténicos congénitos
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Los síndromes miasténicos congénitos (SMC) son un grupo clínicamente heterogéneo de enfermedades de causa genética. Pertenecen a las denominadas enfermedades raras por su baja prevalencia (0,5-1/100.000 habitantes). Las terapias de estimulación precoz y el cambio en la mentalidad de la sociedad están suponiendo un cambio cualitativo positivo en sus expectativas vitales.

¿Qué son los síndromes miasténicos congénitos?

Los síndromes miasténicos congénitos (SMC) son enfermedades de la unión neuromuscular, una zona de «comunicación» entre el nervio, que da órdenes, y el músculo, que actúa. A pesar del calificativo ‘miasténicos’, los síndromes miasténicos congénitos se diferencian de la miastenia clásica por la ausencia de características autoinmunes. Los síndromes miasténicos congénitos son enfermedades raras, que afectan a menos de 1 persona de cada 500.000. Son hereditarios por definición, su modo de transmisión puede ser autosómico recesivo o dominante, según el síndrome concreto. Los síndromes miasténicos congénitos se caracterizan por diferentes anomalías de la unión neuromus-cular: - síndromes miasténicos congénitos presinápticos: síndrome miasténico congénito con apnea episódica o miastenia infantil familiar. - síndromes miasténicos congénitos postsinápticos: síndrome del canal lento, déficit de receptor de acetilcolina y síndrome del canal rápido. - síndromes miasténicos congénitos sinápticos: déficit de acetilcolinesterasa. Las anomalías implicadas en otros síndromes como la miastenia familiar de cinturas (transmisión autosómica dominante) siguen siendo desconocidas.

¿Cómo se manifiestan?

Lo más frecuente es que la enfermedad esté presente desde el nacimiento (congénita) pero, a veces, puede no manifestarse hasta la edad adulta. Los síndromes miasténicos congénitos se caracterizan por una debilidad muscular localizada o generalizada, acentuada por el esfuerzo, caída del párpado superior (ptosis), parálisis de los músculos del ojo (oftalmoplejia) y trastornos de la deglución. La gravedad de los signos es variable, desde la insuficiencia respiratoria aguda, que aparece en el nacimiento, a manifestaciones más moderadas que sólo se expresan en la edad adulta.

¿Cómo evolucionan?

La evolución es diferente según el síndrome. También puede variar en una misma familia. La enfermedad puede evolucionar por brotes (episodios en los que se agrava tras un episodio de fiebre o estrés), ser progresiva, con escasa evolución o mejorar con el tiempo. La afectación muscular se limita, generalmente, a una fatigabilidad de intensidad variable de los músculos de los ojos, de la cara o de los miembros.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El registro de la actividad eléctrica del músculo (electromiograma), después de la estimulación, pone de manifiesto un defecto de transmisión entre el nervio y el músculo. El análisis de sangre permite asegurar la ausencia de anticuerpos dirigidos contra los receptores de acetilcolina (generalmente presentes en la miastenia «clásica» autoinmune). Para conocer más exactamente el tipo de síndrome, hay que extraer, con anestesia local, un fragmento de nervio y de músculo para estudiar la unión neuromuscular desde un punto de vista morfológico, electrofisiológico y bioquímico. Cuando se trata de un síndrome miasténico congénito del que se conoce la anomalía genética implicada, el análisis del ADN de los glóbulos blancos (tomados a partir de una simple muestra de sangre) permite, gracias a la biología molecular confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

El tratamiento de las miastenias congénitas es sintomático. El objetivo, en todos los casos, será mejorar la transmisión neuromuscular y, por ende, disminuir el síntoma principal, la fatigabilidad. El abordaje terapéutico de los diversos subtipos de SMC es diferente dependiendo del mecanismo fisiopatológico responsable del defecto a nivel de la unión neuromuscular. Es recomendable tener una orientación diagnóstica sobre cuál es el gen alterado antes iniciar un tratamiento: determinados fármacos pueden producir un gran beneficio clínico en ciertos subtipos de SMC y un gran empeoramiento en otros. En términos generales, los tres grupos de fármacos más utilizados en el tratamiento de las miastenias congénitas son los siguientes:

  • Agonistas colinérgicos: Inhibidores de la acetilcolinesterasa ([[piridostigmina]) y 3-4 diaminopiridina (3-4 DAP).
  • Modificadores de la cinética del receptor de acetilcolina que actúan reduciendo su tiempo de apertura: fluoxetina y quinidina.
  • Agonistas adrenérgicos: efedrina y salbutamol.

¿Cuáles son las últimas novedades sobre los síndromes miasténicos congénitos?

En el año 2001, se ha identificado en el cromosoma 10 (región 10q11.2) la anomalía genética implicada en el síndrome miasténico congénito con apnea episódica. Se trata de mutaciones en el gen CHAT que codifica la colina acetiltransferasa, proteína expresada en las terminaciones nerviosas presinápticas. La colina acetiltransferasa permite la síntesis de la acetilcolina, componente químico indispensable en la transmisión de la orden motora del nervio al músculo. En 2002, se han encontrado, mutaciones en el gen de la rapsina, situado en el cromosoma 11 (región 11p11.2-p11.1), en cuatro pacientes con síndrome miasténico congénito con déficit en los receptores de la acetilcolina sin mutación de las subunidades del receptor de acetilcolina. La rapsina es una proteína postsináptica de 43 kDalton, que agrupa los receptores a la acetilcolina en la unión muscular.

Véase también

Referencias

  • Beeson D. Congenital myasthenic syndromes: recent advances. Curr Opin Neurol. 2016; 29:565-571.2.
  • Engel AG, Shen XM, Selcen D, Sine SM. Congenital myasthenic syndromes: pathogenesis, diagnosis, and treatment. Lancet Neurol. 2015; 14(4):420-434.
  • [[1]]. Consultado 10 de diciembre, 2018]]
  • https://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADndrome_miast%C3%A9nico_cong%C3%A9nito. Consultado 10 de diciembre, 2018