San Cono

San Cono
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San Cono. Es un santo italiano nacido en la ciudad de Teggiano en el siglo XII D.C. en la región de Salerno (Italia). Su temprana muerte y su devoción ardiente que lo hiciera tomar los hábitos a muy temprana edad, fueron signos de santidad para los habitantes locales. Estos supieron trasladar su culto de Teggiano a América, sobre todo a la ciudad uruguaya de Florida.

Síntesis biográfica

Nació en el Siglo XlI en un pequeño pueblo de la provincia de Salerno, Italia, llamado Teggiano. Sus padres—los Indelli—suspiraban por la llegada de un hijo que se hacia esperar. La leyenda consigna que una noche los esposos tuvieron un mismo sueño. Del seno de Igniva—ese era el nombre de su madre—brotaban llamaradas. Un sacerdote interpretó la visión anticipando a la madre que a pesar de ser de avanza da edad, tendría un hijo que sería la gloria de su pueblo. “Algo perfecto”, eso es lo que significa el nombre de “Cono”; y ese fue el nombre que sus padres le pusieron al niño, felices del acontecimiento.

Vocación religiosa

La riqueza de su casa, no alteraba la gran religiosidad de sus padres, y en tal ambiente Cono sintió despertar desde muy pequeño su vocación de santidad. Tempranamente decidió solicitar el ingreso al monasterio benedictino de San Nicolás, pero el Superior, conociendo los desvelos que los padres tenían por aquel único y tardío hijo, no lo aceptó. Sin embargo, Cono ardía de impaciencia por retirarse al monasterio. Tanto es así que se presenta en uno de una ciudad más alejada, de incógnito. Sus padres lo siguen y lo reclaman y él se esconde en el horno de pan del monasterio de Sta. María de Cadossa. Al salvarse por verdadero milagro de morir quemado, sus padres aceptan su llamado vocacional.

Muerte

El joven benedictino fray Cono, no cesa de orar y trabajar en las labores más humildes: cocina, barre, atiende la huerta. Un atardecer de verano aquel frágil monje que aún no contaba con 20 años recibe un misterioso mensaje: “Esta noche Dios te llamará”. Así sucedió, en la madrugada del 3 de junio de un año de comienzos del siglo XII San Cono moría serenamente. EI 27 de septiembre de 1261, los dos pueblos cercanos se disputaban los restos del monje benedictino.

Finalmente deciden ponerle en un carro y dejar que los bueyes decidan el camino. El rumbo fue el pueblo de Teggiano natal y ante la iglesia de su infancia los bueyes se echaron. Quien primero lo reconoció santo fue el pueblo mismo: en la Iglesia de la Anunciata se encuentra una campana de 1333 con la inscripción “San Cono”. Sin embargo recién es canonizado, en 1871 por el Papa Pio IX. Fueron los emigrantes teggianenses quienes llevaron su culto a varias regiones del mundo. Hoy se lo venera, además que en Teggiano y Florida, también en Nueva Orleans (Estados Unidos) en Australia y en Argentina.

Devoción en Uruguay

Según la tradición, en 1870 un grupo de inmigrantes italianos atravesaron el Atlántico en busca de mejores condiciones de vida para ellos y su familia. Durante la travesía, que ya duraba cerca de tres meses, y frente a costas brasileras, se desató una voraz tormenta que puso en peligro la vida de los tripulantes.

Los italianos aterrados por la violenta tempestad desoyeron las órdenes preventivas del capitán quien les ordenaba ubicarse en la bodega del barco y así poner a salvo sus vidas. Lo único que hicieron fue arrodillarse y pedir la intercesión de San Cono, a quien conocían y amaban en su región, aunque para esa fecha no había sido canonizado por la Iglesia.

Al cabo de algunos minutos, la tormenta cesó y gracias a los vientos favorables el viaje solo duró tres días más hasta llegar al puerto de Montevideo.

El 3 de junio de 1884 se inauguró en Florida la primera capilla dedicada a San Cono por los devotos inmigrantes italianos que de esa manera cumplían su promesa en agradecimiento a su propio milagro.

Los inmigrantes italianos habían sido fuertemente marcados en su niñez por la devoción a este Santo, protector, contra pestes, guerras, terremotos. Trajeron una escultura de San Cono tallada en madera y la colocaron en una modesta Capilla. Con excepción de la colonia Italiana el pueblo piadoso de Florida se mantuvo indiferente hacia quien muchos miraban como un “intruso”. Coincidente con la llegada del Santo, hubo un movimiento sísmico que llenó de pánico a todas las personas, tomándolo como castigo del Santo por la indiferencia mostrada, que a veces había llegado a la burla. Desde entonces San Cono recibió plena ciudadanía en Florida

Todos los años el 3 de junio se celebra la Fiesta del Santo, en un marco religioso-popular, que convierte al Templo y sus adyacencias en una verdadera romería. Por la mañana el Obispo de la Diócesis celebra la Eucaristía y en tempranas horas de la tarde se realiza la Procesión. Siguiendo en estas Celebraciones el programa realizado casi desde el comienzo de las festividades. En esta manifestación religiosa participan los devotos más dispares.

Milagros

En cuanto al primer milagro, se refiere que, como en el Convento los propios hermanos fabricaban su pan de cada día y ellos mismos lo cocían en un horno de barro, en cierta oportunidad en que Cono no aparecía por ninguna parte, a pesar de haber sido buscado por todas las celdas, se le vio salir precisamente del horno, que a la sazón se hallaba completamente encendido para cocer el pan. iCuál no sería la sorpresa de todos cuando, de improviso, se vio al joven hermano salir del interior del horno, exento de toda clase de quemaduras o heridas y portando un pan caliente en la mano!. Evidentemente, su cuerpo era inmune al fuego de la tierra y su acción era un milagro innegable.

El segundo milagro que registra la historia es el que se produjo cuando los padres de la capilla decidieron dar sepultura al cadáver de Cono. Previamente, y como es natural, los habitantes de Diano querían tener el honor de sepultarlo en su villa, y por su parte, los Benedictinos deseaban tenerlo cerca suyo. Sin haberse puesto de acuerdo en lo que concernía al lugar donde habría de ser sepultado, se decidió entonces dejar que los bueyes que conducían la carreta donde Cono fue depositado para ser conducido a la mansión definitiva, obrasen por su cuenta. Los animales, guiados quién sabe por qué directivas extraterrenas, arrastraron la carrera con su preciosa carga hasta la plaza de la población de Diano Teggiano y, deteniéndose allí, no se movieron más y allí fue sepultado el amado hijo de la pequeña villa, hasta que más tarde, por disposición popular, se sacaron sus restos colocando en su lugar una estatua de bronce y Ilevando aquellos a la capilla.

Tercer milagro: Cierto día la población se vio amenazada por un terremoto de grandes proyecciones, que arrasó con la mayoría de las casas, animales y humanos. Sólo la capilla donde descansaba el beato quedó incólume, la cúpula de la capilla se resquebrajó y casi cae sobre los fieles que se habían agrupado, alrededor del templo. Sinembargo, en el momento más culminante del episodio, la cúpula volvió a su lugar y poco a poco, a través de los años, fueron soldándose las partes resquebrajadas. Nadie pudo negar jamás que este fenómeno físico se realizó por la voluntad divina de Cono.

El cuarto milagro está constituido por el hecho de que, en el siglo Xlll, cuando toda Italia se vio inundada por los sonidos estridentes de los clarines guerreros de Federico de Aragón, sólo la zona de Diano, situada en el corazón de Salerno, no pudo ser dañada por las huestes de aquél. El espíritu de Cono, desde su tumba, movió dulcemente los badajos de las campañas de la capilla, como llamando a la cordura y a la paz a todos los hombres del mundo. Y nadie se atrevió a tocar la vida de ningún habitante de la región.

El quinto milagro se relaciona, por su prolongación histórica, con el que dejamos anotado. Entre los soldados que combatían en aquélla guerra inhumana. había un soldado que según consta en la biografía coniana, había sufrido la amputación de un dedo. Este soldado, fiel a su patrono, antes de dirigirse a la línea de batalla, quiso persignarse encomendándose a Dios. Para ello, previamente, dirigió su mano a la fuente bendita, y al retirarla notó, emocionado y tembloroso, que el dedo que le faltaba había sido restituido a su lugar por la acción y la gracia del santo que allí reposaba para la eternidad.

Leyendas

San Cono es conocido por los aficionados a las loterías como el “Padre de las Cábalas”. Hay creencias de que este Santo ayuda a la gente humilde, sobre todo cuando esta se encuentra en un aprieto económico. Según la leyenda, de acuerdo como sea el problema, el le envía el favor; si es pequeño, le proporciona una pequeña cantidad para que resuelva su problema; y si es grande, la ayuda será mayor.

Fuentes