Santa Eustaquia Calafato

Santa Eustaquia Calafato
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Día celebración20 de enero
Fecha de canonización11 de junio de 1988 por el Papa Juan Pablo II
País o región de origenMesina
Venerado enIglesia católica

Santa Eustaquia Calafato. Virgen, abadesa de la Orden de Santa Clara, que se dedicó con gran ardor a repristinar la antigua disciplina de la vida religiosa y a promover el seguimiento de Cristo según el modelo de San Francisco.

Síntesis biográfica

Nació en la aldea de la Anunciata cerca de Mesina y era hija del conde Bernardo Calafato y de Matilde Colonna. Se llamaba Esmaragda o Esmeralda. Fue educada en la fe franciscana. Fue prometida dos veces, y las dos veces sus pretendientes murieron; esto fue lo que la hizo madurar en su vocación religiosa, pero su padre se opuso a que se hiciera religiosa, y no lo consiguió hasta la muerte de su progenitor ocurrida en el 1449.

Trayectoria

Ingresó en el monasterio de las clarisas de Santa María de Basicó en Mesina. Cambió su nombre por el de Eustaquia. Allí llevó durante ocho años una vida de oración y de austera penitencia, centrada en la meditación de la vida y pasión de Cristo. Le pareció que la regla de Santa Clara no se vivía con excesivo rigor, y por ello pidió permiso al Papa Calixto III, en 1457, para fundar un convento donde la pobreza fuera vivida en sus últimas consecuencias. Tras obtener el permiso, comenzó su obra, en 1460, en el antiguo hospital de la Accomandata; la siguieron su hermana, su madre, y otras religiosas. Tuvo dificultades con la hostilidad de la abadesa de Basicó y del clero de Mesina, que rechazó atender espiritualmente al nuevo monasterio. Por una bula de Pío II en 1461, que obligaba a los franciscanos observantes a atenderlas en sus necesidades espirituales. El monasterio de clarisas reformadas se trasladó al monasterio de Montevergine.

Obtenida la necesaria autorización pontificia, con los medios que le proporcionaron su madre y su hermana y la eficaz colaboración del noble de Mesina Bartolomé Ansalone, apoyada moralmente por una monja del monasterio de Basicó, Sor Jacoba Pollicino, la única que la siguió en la difícil empresa y que permaneció fielmente junto a ella hasta la muerte, superando inmensos obstáculos, soportando violentas adversidades y contradicciones internas y externas, en 1460 sor Eustaquia se trasladó a los locales de un viejo hospital adaptados para monasterio. Allí la siguieron su hermana carnal Mita (Margarita) y una joven sobrina.

Muy pronto se unieron otras mujeres al pequeño grupo. Pero se les fueron acumulando dificultades materiales y morales, por lo que las monjas tuvieron que dejar el viejo hospital a la vez que encontraron generosa hospitalidad en la casa de una congregación de la Tercera Orden Franciscana, situada en el barrio Montevergine de Mesina, adonde se trasladaron a comienzos de 1464. Con la ayuda de bienhechores, la nueva residencia pudo ser convenientemente ampliada y adaptada para monasterio. Y así tuvo su origen el monasterio de Montevergine, en el que muy pronto una multitud de almas nobles y generosas, entre ellas la madre misma de Eustoquia, solicitaron el ingreso para compartir allí la vida pobre y evangélica.

Convertida en madre espiritual de sus hijas, Eustaquia las instruyó, educó y formó en la vida franciscana, estimulándolas a la meditación de la Pasión de Cristo, comunicándoles los frutos de sus propias experiencias ascéticas, infundiendo en sus corazones el amor a las virtudes que ella misma practicaba con admirable constancia y heroísmo, empapando sus vidas en la espiritualidad simple y generosa del franciscanismo, espiritualidad que descansaba en el cristocentrismo, es decir en Cristo amante y sufriente, y en la devoción a la Eucaristía, sacando de una vida litúrgica intensa y sentida el alimento para las meditaciones diarias.

Fue elegida superiora y hasta su muerte dejó una estela de caridad unida a una espiritualidad cristocéntrica que tomó de Santa Clara y San Francisco, y que expresó con un amor especial a la Eucaristía, la Pasión y a María. Escribió himnos religiosos como los "Laudes de Jacopone" y tratados ascéticos como el "Monte de oración". A partir de 1468 su salud se resintió, tanto que le impidió fundar un nuevo monasterio en Reggio Calabria.

Muerte

Aquejada por la peste en 1482, Eustaquia vivió todavía tres años, entre muchos sufrimientos. Su cuerpo incorrupto se conserva en Mesina.

Canonización

Fue canonizada por Juan Pablo II el 11 de junio de 1988.

Fuente