Simonetta Vespucci

Simoneta Vespucci
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La bella y perfecta Venus es el rostro de quien fue musa de Botticelli, Simonetta Vespucci, una joven noble que tuvo una corta existencia pero que enamoró no sólo a su esposo sino también a artistas y aristócratas, entre ellos, los hombres de la familia Médicis.
NombreSimonetta Cattaneo de Candia
Nacimiento30 de marzo de 1453
Bandera de Italia Italia
Fallecimiento26 de abril de 1476
Bandera de Italia Italia
Causa de la muertetuberculosis
CónyugeMarco Vespucci
PadresGaspare Cattaneo Della Volta, Cattocchia Spinola de Candia

Simoneta Vespucci . Fue una musa italiana del Renacimiento, nacida noble dama o infanta de Casa de Candia y Cattaneo en 1454. Su padre era el noble genovés Gaspare Cattaneo Della Volta, casado con Cattocchia Spinola de Candia. Hay varias hipótesis acerca de su lugar de nacimiento, algunos dicen que nació en Portovenere, en Liguria, donde nació la diosa Venus; el poeta Poliziano escribió que su casa estaba «en ese distrito Liguriano arriba de la costa, donde el furioso Neptuno golpea las rocas. Ahí, como Venus, nació entre las olas».

Datos biográficos

A la edad de 16 años, se casó con Marco Vespucci, hijo de Piero, pariente lejano del famoso explorador y cartógrafo florentino Amerigo Vespucci. Marco se había trasladado a Génova, donde entonces vivía la joven, para estudiar en el Banco di San Giorgio. En abril de 1469 vio por primera vez a Simonetta en la iglesia de San Torpete. Enamorado desde el primer momento, Marco pidió la mano de Simonetta que fue dada gratamente por su padre. La familia de Marco no sólo era de renombre en Italia sino que mantenía una estrecha relación con la nobleza florentina, sobre todo con los Médicis. Simonetta y Marco se trasladaron a Florencia para casarse y establecer allí su residencia. La belleza de la señora Vespucci no pasó desapercibida y fue aceptada al momento en la corte florentina. Los hermanos Médicis, Lorenzo y Giuliano, atraídos por el encanto de Simonetta, ofrecieron a la pareja el Palacio de Via Larga para que se celebrara allí la boda. Fue precisamente a través de la familia Vespucci como ella fue descubierta por el pintor Sandro Botticelli, así como por otros pintores prominentes que visitaban Florencia. No se sabe como debía encajar el joven Marco, pero éste desaparece del relato en este punto. La popularidad de Simonetta en la corte florentina fue en aumento, sus rasgos fueron tomados como paradigma por muchos creadores: los poetas Poliziano y Pulci, los pintores Fiero di Cósimo, Ghirlandaio y, muy especialmente, Botticelli, en cuyas obras la figura de la joven impregna todo lo que se relaciona con la feminidad, hasta el punto de hallarse presente aun en los retratos de otras mujeres.

Su retrato un estandarte

La Primavera, el cuadro de Botticelli donde están retratados Lorenzo de Médicis y un grupo de damas -entre ellas Simonetta-, ilustra o evoca la vida galante del llamado “Magnífico”
Aunque la admiración de Lorenzo no pasó de ahí, su hermano Giuliano osó mostrar públicamente su estima hacia Simonetta convirtiendo su retrato en el estandarte para la justa conocida como “La Giostra”, una fiesta popular. El 27 de enero de 1475 se libró un torneo de justas en la plaza Santa Croce. Allí concurrió Giuliano de Médicis, soberbiamente ataviado, portando un enorme estandarte pintado por Botticelli, en el que se veía la inconfundible silueta de Simonetta caracterizada como Palas Atenea. Giuliano entró a las listas cargando la bandera en la cual se veía una pintura de Simonetta posando como una diosa con yelmo, bajo la cual se leía en francés «La Sans Pareille», «la sin par». Él ganó el torneo y el afecto de «la bella Simonetta», quien fue nombrada «La Reina de la Belleza» en ese encuentro. Simonetta se convirtió en la musa de Florencia. A finales de ese mismo año enfermó, y murió poco después.

La muerte de la joven

Había contraído una tuberculosis que le afectó el pulmón. La enfermedad pudo ser una hemoptisis. La noche del 26 de abril de 1476, a la edad de 23 años, la Venus renacentista murió; en Piombino, junto al mar. La ciudad entera lloró amargamente la muerte de la joven y miles de personas siguieron su ataúd por las calles. Su marido se volvió a casar un año después pero Botticelli no se olvidó de su musa.

Obsesionado

El Nacimiento de Venus, obra cumbre de Sandro Botticelli y uno de los símbolos de la Florencia Renacentista, ha fascinado y sigue fascinando a amantes del arte y de la belleza.
Botticelli no pudo superarlo y vivió el resto de su vida obsesionado con ella. Terminó de pintar “El Nacimiento de Venus” en 1485, nueve años después de la muerte de la muchacha. La tesis más frecuente –y lógica- es que el hermoso rostro de Venus sea un fiel retrato de “La Reina de la Belleza”. Pidió el pintor ser enterrado “a sus pies”. Murió en 1510 y le fue concedido su deseo. Los restos de Sandro Botticelli descansan en la Iglesia de Ognissanti, —la iglesia de los Vespucci— en Florencia. Ahí fue enterrado a su muerte, 34 años después de la muerte de esta mujer.

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