Suelos de Cuba

Suelos de Cuba
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Concepto:Es la cubierta superficial de la mayoría de la superficie continental de la Tierra.

Suelos de Cuba. Es la cubierta superficial de la mayoría de la superficie continental de la tierra. Es un agregado de minerales no consolidados y de partículas orgánicas producidas por la acción combinada del viento, el agua y los procesos de desintegración orgánica.

Características de los suelos

Los suelos cambian mucho de un lugar a otro. La composición química y la estructura física del suelo en un lugar dado, están determinadas por el tipo de material geológico del que se origina, por la cubierta vegetal, por la cantidad de tiempo en que ha actuado la meteorización, por la topografía y por los cambios artificiales resultantes de las actividades humanas.

Las variaciones del suelo en la naturaleza son graduales, excepto las derivadas de desastres naturales. Sin embargo, el cultivo de la tierra priva al suelo de su cubierta vegetal y de mucha de su protección contra la erosión del agua y del viento, por lo que estos cambios pueden ser más rápidos. Los agricultores han tenido que desarrollar métodos para prevenir la alteración perjudicial del suelo debida al cultivo excesivo y para reconstruir suelos que ya han sido alterados con graves daños.

El conocimiento básico de la textura del suelo es importante para los ingenieros que construyen edificios, carreteras y otras estructuras sobre y bajo la superficie terrestre. Sin embargo, los agricultores se interesan en detalle por todas sus propiedades, porque el conocimiento de los componentes minerales y orgánicos, de la aireación y capacidad de retención del agua, así como de muchos otros aspectos de la estructura de los suelos, es necesario para la producción de buenas cosechas.

Los requerimientos de suelo de las distintas plantas varían mucho, y no se puede generalizar sobre el terreno ideal para el crecimiento de todas las plantas. Muchas plantas, como la caña de azúcar, requieren suelos húmedos que estarían insuficientemente drenados para el trigo. Las características apropiadas para obtener con éxito determinadas cosechas no sólo son inherentes al propio suelo; algunas de ellas pueden ser creadas por un adecuado acondicionamiento del suelo.

Clasificación genética de los suelos de Cuba

Alíticos

Suelos de perfil ABC, que presentan una alteración intensa de los minerales primarios y un grado de saturación mayor del 50% por aluminio cambiable, que caracteriza el horizonte B alítico.

Ferríticos

Son suelos que presentan una alteración intensa de los minerales primarios y un elevado contenido de hierro (desarrollados sobre una corteza de intemperismo antigua que se forma a partir de rocas ultrabásicas y ocasionalmente básicas), que tienen un bajo contenido de sílice; presentan, además, cantidades variables de nódulos ferruginosos.

Ferralíticos

Son suelos que se forman por el proceso de ferralitización, el que se caracteriza por una alteración intensa de los minerales, con lavado de la mayor parte de las bases alcalinas y alcalinotérreas y una parte de la sílice, formación de minerales arcillosos del tipo 1:1, así como óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio.

Ferrálicos

Suelos asociados a los suelos ferralíticos, pero en los que no se ha producido un proceso de ferralitización completo, por lo que se caracterizan por tener un horizonte B ferrálico. Se forman a partir de rocas calizas duras o sobre esquistos. Son suelos de perfil ABC, de colores rojos y amarillos.

Fersialíticos

Son suelos que se forman bajo el proceso de fersialitización caracterizado por la presencia de minerales arcillosos y un contenido de Fe2O3 con colores rojos o amarillentos en el perfil o en algunos de los horizontes (fersialítico).

Pardos sialíticos

Son suelos que se forman bajo el proceso de sialitización, representado por el horizonte principal siálico; en el cual se presentan en la composición mineralógica de la fracción arcillosa. El contenido en hierro libre en general no sobrepasa el 3%.

Húmicos Sialíticos

Son suelos que tienen horizonte principal humificado con perfiles de tipo AC, ACD o raramente A(B)C; donde nunca tiene un horizonte B definido. La transición del horizonte A al inferior generalmente es brusca.

Vertisoles

La formación de este suelo está relacionada con sedimentos fluviales, fluviales deluviales, fluviales marinos, con un intenso arcillamiento del perfil, en un medio hidromórfico antiguo o semihidromórfico. Sobre este espesor arcilloso debido a la alternancia de sequía y humedad tienen lugar procesos de dilatación y contracción que dieron lugar a la formación de un horizonte principal arcilloso , común para estos suelos.

Húmicos calcimórficos

En estos suelos predomina el proceso de humificación favorecido por la presencia de grandes cantidades de calcio activo y de arcillas. Estos suelos se desarrollan sobre roca caliza; casi todos presentan CaCO3 en todo el perfil.

Hidromórfico

Suelos que se desarrollan en regiones llanas o depresionales donde predominan condiciones hidromórficas por la presencia de un manto freático cercano a la superficie (1 a 3m de profundidad) y en ocasiones por presentar una capa impermeable relativamente cerca de la superficie. Estas condiciones hidromórficas se manifiestan por la presencia de propiedades gléyicas a menos de 50cm de profundidad.

Halomórfico

Contiene más de 1% de sales solubles totales cuando la composición granulométrica del suelo es arcillosa, más de 0.8% cuando la textura es loam-arcillosa y más de 0.6% de sales solubles totales cuando el suelo es arenoso o loam-arenoso. Es duro y compacto en estado seco.

Fluvisoles

Aquí se han agrupado los suelos que se caracterizan por no presentar un proceso de evolución definido. Se plantea un tipo de suelos Aluviales que incluye no sólo a los del valle fluvial anegadizo, sino los que actualmente no están sujetos a inundaciones desde hace tiempo pero que aún no presentan rasgos en el perfil producidos por el desarrollo de nuevos procesos de formación.

Histosoles

Estos suelos se encuentran una gran parte del año con el manto freático cerca de la superficie. Ocupan algunas cuencas inte¬riores o las regiones costeras bajas, recibiendo o habiendo recibido en el pasado una influencia directa del mar.

Distribución de los suelos en Cuba

  • Los Fersialíticos, Pardos Sialíticos y Húmicos Sialíticos, forman la cobertura edológica fundamental de las provincias centrales y orientales de Cuba Los Vertisoles e Hidromórficos son típicos del norte de las provincias centrales y el Valle del Cauto en la región oriental del país, los que junto al Valle de Guantánamo presentan las condiciones para la formación de los suelos Halomórficos, los Fluvisoles son representativos de las llanuras fluviales y los Hístosoles se ubican en las regiones pantanosas.

Por último, los suelos poco evolucionados tienen una amplia manifestación en los sistemas montañosos y alturas del país, así como en zonas costeras y lugares donde la intervención antrópica ha generado degradación de las tierras. El agrupamiento de suelos más abundante en Cuba es,

  • El Pardo Sialítico con 2869,74 miles de ha, el 26,82% del total, seguidos por los Ferralítico y Fersialítico, mientras que los de menores superficie son Histosol, Ferrálico y Halomórfico.

Capacidad productiva

En un país predominantemente agrícola como Cuba, tiene un lugar preponderante el recurso suelo, uno de los factores más favorables para la economía del país es el hecho de que el 60% de los suelos de la misma son agrícolas y del 40% restante la mitad puede utilizarse con fines pecuarios o forestales.

La erosión natural del suelo no es un problema de gran importancia debido a que la mayor parte del territorio es de llanuras, pero la forma en que se han llevado a cabo los desmontes, ha contribuido a empobrecer grandes extensiones de suelos cubanos.

Para lograr un uso racional y un buen aprovechamiento de éstos, así como la selección de los métodos más adecuados de mejoramiento y defensa, tiene gran importancia hacer una correcta clasificación de estos desde punto de vista agroproductivo.

La capacidad productiva de un determinado suelo o capacidad para producir un rendimiento dado, es específico para cada cultivo, por lo que es necesario obtener una clasificación para cada especie de importancia agrícola, de modo que se han determinado cuatro categorías:

  • Categoría I: Muy productivos capaces de dar rendimientos superiores al 75% del capital de cultivo.
  • Categoría II: Productivos, con rendimientos entre 50% y 75%.
  • Categoría III: Poco productivos, con rendimientos entre 35% y 50%.
  • Categoría IV: Muy poco productivos, con rendimientos inferiores al 35%.

Así por ejemplo a la categoría I pertenecen aquellos tipos de suelos con buenas propiedades físico-químicas, fértiles, profundos, bien drenados que además se localizan en terrenos llanos o ligeramente inclinados, que pueden sostener una amplia variedad de cultivos. Un ejemplo de estos son los ferralíticos distribuidos en la llanura meridional de las provincias de La Habana y Matanzas, Ciego de Ávila y Contramaestre. Estos suelos al igual que los de categoría II y en menor medida III, se emplean para la agricultura, sobre todo para la siembra de caña.

Los suelos de categoría IV, se emplean comúnmente para la ganadería, ya que no se recomiendan para ningún cultivo por que no compensan los gastos ocasionados a través del ciclo biológico del cultivo. Estos suelos pueden ser empleados para la producción de pastos, aunque debe tener bajos niveles de pedregosidad y situarse en áreas llanas o ligeramente inclinadas.

La actividad forestal por lo común, utiliza al igual que la ganadería aquellos suelos con menor productividad, pero siempre en los casos que la inclinación de la pendiente no permita dedicarlo al ganado.

Estas zonas por las características de sus laderas, se convierten en áreas muy vulnerables a la erosión y por tanto a la pérdida de suelo, por lo que la siembra de árboles es imprescindible para su protección y conservación. Esta actividad por otra parte, brinda un importante recurso, no sólo como fuente de la industria maderera, sino como soporte de áreas de reserva de la diversidad biológica.

Clasificación de la capacidad productiva de las tierras para uso agropecuario

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Véase también

Fuentes

Enlaces externos

Bibliografía

  1. Acevedo, M. (1985). Geografía de Física de Cuba I y II. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
  2. Colectivo de autores (2004). Geografía de Cuba. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
  3. Colectivo de autores (1985). Nuevo Atlas Nacional. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
  4. Colectivo de autores (2001). Tabloide de Geografía de Cuba. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
  5. Colectivo de autores (2003). Tabloide Cuba: regiones y paisajes. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.
  6. Ferrari, J. (1998). Biogeografía. Editorial Pueblo y Educación. La Habana.