Túnel transatlántico

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Ubicación: Océano Atlántico


Túnel Trasatlántico. Todos sabemos que la tecnología sigue avanzando a pasos agigantados y el hombre siempre ha tenido entres sus pensamientos imaginarse como sería la tecnología en el futuro, el transporte o la comunicación. Hay muchas teorías pero aún nada claro y científicos de todo el mundo trabajan en nuevos proyectos que quizás un día nuestros predecesores podrán disfrutar. Entre estas megas construcciones y proyectos ambiciosos está la construcción del Túnel Trasatlántico. Si esto fuera posible, podríamos viajar desde Nueva York a Londres en tan solo 1 hora, a una velocidad de 8000km/h atravesando todo el Atlántico a una profundidad de 45 metros. El coste del túnel ascendería a 12 billones de euros, y se necesitarían 1 billón de toneladas de acero. Los trenes serían 20 veces más rápidos que los actuales y en lugar de ruedas irían guiados por imanes que los levantarían e impulsarían, cada vagón sería como una nave espacial.

La historia de una idea: atravesar el Atlántico en tren

Existen varias películas, la primera de ellas de 1914, sobre la posibilidad de un túnel trasatlántico, estas películas están basadas en una novela del autor alemán Bernhard Kellermann, escrita en 1913, "Der Tunnel" ("El Túnel"), considerada una de las novelas más exitosas de la primera mitad del siglo XX al vender más de 100.000 copias en 6 meses. La novela gira en torno a la construcción de un túnel que unirá Europa y América, pero varios desastres ocurren durante su construcción, haciendo que cuando esta consigue terminarse, el túnel queda completamente obsoleto, ya que los aviones resultan un medio de transporte mucho más adecuado para viajar de un lado a otro del océano.

Antes incluso que Bernhard Kellermann, el hijo de Julio Verne, Michel Verne, escribió en 1888 una historia , "Un Express de l’avenir" ("Un Expreso del Futuro") donde describe la estructura de un tren que uniría Boston y Liverpool más de 3.000 millas de tubos de acero, pesando más de 13.000.000 toneladas, fueron requeridas, con un número de barcos necesarios, para el transporte del material de 200 naves de 2.000 toneladas, cada una haciendo treinta y tres viajes. El tren se movería a gran velocidad gracias al aire comprimido.

Posibilidades de construcción más actuales

En 1960 se presentó la idea de un tren de levitación magnética (maglev) en el interior de un túnel submarino, el proyecto no llegó a ninguna parte pero cada cierto tiempo resurge la noticia de que alguien en alguna parte podría estar desarrollando este concepto. En realidad tales proyectos nunca pasan de la fase de “propuesta”, en ocasiones ni eso y las noticias al respecto no son más que un reciclado de otra anterior.

En 2003 el programa de Discovery Channel Megaconstrucciones ("Extreme Engineering", "Ingeniería Extrema", en original) cogió la base del proyecto de 1960 para crear su capítulo "El Túnel Transatlántico", actualizando la idea con nuevas tecnologías. Entre ellas se encontraría hacer un “túnel suspendido” (o "submerged floating tunnel", "túnel sumergido flotante"), el túnel no se extendería por el fondo marino, sino que “flotaría” hasta una altura más o menos constante bajo el nivel de superficie (como 100 metros, aproximadamente) utilizando anclajes al fondo y cables metálicos para conseguirlo.

¿Que se necesitaría para su construcción?

Para su construcción habría que anclar más de 100,000 soportes al fondo del mar, el túnel tendría que tener movilidad para soportar las presiones y duras condiciones marinas, y debería flotar unos 45 metros por debajo de la superficie.

Una obra de estas características exige la más avanzada tecnología y existen aún muchas lagunas en nuestros conocimientos. El mar es aún difícil de entender y peligroso, puede atacar nuestras infraestructuras de miles de maneras. Las islas artificiales de Dubai, por ejemplo, requieren un continuado mantenimiento con rellenos, porque las aguas se llevan la tierra de las mismas.

Se necesitaría luchar contra la presión, corrientes, temperaturas, un océano peligroso, placas tectónicas muy activas y la corrosión, por no hablar de las ingentes cantidades de materiales y recursos que serían necesarios. Todo esto tanto en su construcción, durante su funcionamiento y, por supuesto, durante las labores de mantenimiento.

A fin de cuentas, probablemente el mayor inconveniente sea el dinero. Por interesante que a simple vista pueda parecer un medio de transporte rápido y económico de un lado al otro del Océano Atlántico, el dinero necesario para construir tal puente o autopista, bajo o sobre el mismo, supera con creces sus ventajas.

Aunque la idea de unir ambos continentes a través de estos medios sigue estando ahí, y siguen existiendo personas soñadoras que creen que podrían ser capaces de llevarlo a cabo, la tecnología aún necesita al menos un par de saltos de gigante más para que un proyecto de estas características resulte posible y rentable.

No sabemos si un día será posible o factible este mega proyecto, y si así fuera, ninguno de los que hoy vivimos podríamos disfrutarlo, pero quién sabe, quizás un día haya gente que pueda empezar a comer en Londres y tomarse el postre en Nueva York.

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