Tanque séptico

Tanque séptico
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Un tanque séptico es un artilugio para el tratamiento primario de las aguas residuales domésticas.

Tanque séptico. Aparato que se usa para el tratamiento de aguas residuales. En él se realiza la separación y transformación físico-química de la materia orgánica contenida en esas aguas. Se trata de una forma sencilla y barata de tratar las aguas residuales y está indicada (preferentemente) para zonas rurales o residencias situadas en parajes aislados. Sin embargo, el tratamiento no es tan completo como en una estación depuradora de aguas residuales.

Función del tanque

  • Segunda sección: El efluente entra en contacto con el aire y actúan las bacterias aeróbicas, después de este proceso, se supone que se eliminen los gérmenes patógenos y las aguas pueden ser evacuadas al cabo de unos seis a diez días, sin peligro para el medio.

Un elemento importante en estos tanques, desde el punto de vista constructivo, radica en la necesidad de que los tubos deben de desaguar directamente hacia la parte inferior dentro del líquido que se acumula, para evitar que se bata la mezcla. Y así no propiciar la oxigenación, ya que en esa etapa lo más importante es la acción de las bacterias anaerobias.

Los tanques sépticos pueden poseer filtros bacteriológicos que ayudan a la limpieza de las aguas negras. El dimensionamiento de los pozos, depende del tipo de agua a tratar y los aportes, los cuales dependen del núcleo familiar.

Tratamiento hidráulico y bacteriológico

  • Tratamiento Primario; en este proceso, se separan los sólidos de los líquidos por sedimentación y en el fondo actúan las bacterias anaerobias, que se alimentan de materias orgánicas, las cuales son descompuestas a través de las enzimas, con desprendimiento de amoniaco (NH4+), con olor penetrante, pudiendo afectar a los ojos; después se oxida y se obtienen nitritos (NO2-), este gas en concentraciones mayores de 0,01 mg/l avisa la presencia de actividad biológica que puede ser dañina; la acción de las bacterias permiten el desprendimiento de nitratos (NO3-) que con valores de unos 45 mg/dm3 nos demuestra la existencia de descomposición orgánica, al final del proceso los residuos se mineralizan y cristalizan. El fango o cieno, se acumula en el fondo del pozo y disminuye su volumen considerablemente, todo este proceso suele ocurrir en un período de unos tres a cinco días.

El proceso de acción bacteriana es importante y se precisa por etapas de la siguiente manera:

  1. En la primera etapa, de putrefacción, los compuestos orgánicos complejos, se desdoblan en compuestos simples, por ejemplo en amoniaco (NH4-), dióxido de carbono (CO2), ácido sulfúrico (H2SO3).
  2. En la Segunda etapa, de oxidación, es aquella donde se produce una fijación de oxígeno, produciéndose gases volátiles y nitratos (NO-3), hasta la estabilización de la metería orgánica. En estos procesos se producen olores desagradables.
  • Tratamiento Secundario; ocurre por la acción bacteriana y está destinada entre otras a la remoción de la demanda bioquímica de oxígeno remanente en el pozo, donde el agua entra en contacto con bacterias anaerobias y aeróbicas, se clarifica, así el efluente resultante estará menos contaminado y será mayor la protección al medio ambiente. Existen diferentes criterios sobre estos procesos, pero lo más aceptado es que en las fosas no se debe ventilar el proceso porque eso retarda el proceso de estabilización de la materia orgánica procedente de los residuos domésticos.

Previsiones de uso

El funcionamiento de una fosa es más efectivo según el tiempo que permanezcan las aguas usadas en ella, por lo que deben hacerse del mayor tamaño posible. Existe la posibilidad de acelerar el proceso de oxidación de la materia orgánica haciendo burbujear aire por las aguas contenidas en la primera cámara, mediante una bomba, para acelerar la digestión aerobia. Se emplea este artificio en instalaciones grandes, para varias viviendas agrupadas y aisladas de los sistemas de alcantarillado, formando ya una pequeña depuradora.

También deben tomarse otras previsiones para ayudar a este fin. Nunca se deben de verter las aguas pluviales a la fosa, sino directamente al terreno, ya que son aguas limpias. Es una buena medida no llevar a la fosa más que las aguas fecales propiamente dichas (las procedentes de los inodoros) así como las que arrastren residuos orgánicos (cocina), y no las demás aguas domésticas (aguas jabonosas de baños y lavabos o de limpieza), que deben llevarse directamente a la zanja o pozo de filtrado, sin necesidad de tratarlas en la fosa, ya que no lleva materia orgánica.

Es conveniente instalar un sistema separador de grasas a la salida de las aguas de la cocina y antes de la unión de ese conducto con el procedente de los inodoros (mejor cuanto más cerca esté de la vivienda, para evitar la colmatación de los conductos de desagüe) pues la fosa no trata adecuadamente estos productos, salvo que sea una fosa con burbujeo de oxígeno. El separador debe también vaciarse periódicamente.

Protección del ambiente

De acuerdo con las directivas de protección del ambiente, estas soluciones están sometidas a reglamentación en el territorio. Los tanques sépticos deben ser revisados y vaciados con cierta periodicidad (dependiendo de sus características, localización y diseño). Este proceso debe ser realizado por compañías especializadas (poceros), dotadas de las oportunas certificaciones y autorizaciones. Los residuos obtenidos han de procesarse en instalaciones adecuadas y específicas (como secadoras de lodos y depuradoras), y los residuos finales deben eliminarse de una forma regulada por los organismos oficiales competentes. Actualmente existen depósitos adecuadamente acondicionados; pero esta solución no es permanente, y puede resultar modificada por nuevas ordenanzas municipales, autonómicas o estatales.

Fuentes