Tercera Guerra (World of Warcraft)

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Tercera Guerra
Información sobre la plantilla
Conflicto bélico ficticio
Aparece en la obra Universo fantástico de Warcraft
Tercera guerra.jpg
Lugar Lordaeron, Rasganorte, Quel'thalas, Kalimdor, Monte Hyjal
Resumen Una de las grandes guerras que tuvieron lugar en el Universo fantástico de Warcraft entre las razas de Azeroth y la Legión Ardiente.
Consecuencias Destrucción de Lordaeron, Dalaran, Lunargenta, la Fuente del Sol, y Nordrassil; erradicación casi total de la estructura de comando de la Legión Ardiente. La Plaga queda libre y nacen los elfos de sangre y los Renegados.
Beligerantes
La Alianza
Humanos
Elfos nobles
Enanos
Elfos de la noche
La Horda
Orcos
Trols
Tauren
La Legión Ardiente
La Plaga
Comandantes
Rey Terenas Menethil II
Almirante Daelin Valiente
Lord Uther el Iluminado
Kirin Tor
Arthas Menethil(Paladín)
Lady Jaina Valiente
Jefe de Guerra Thrall
Grom Grito Infernal
Tyrande Susurravientos
Malfurion Tempestira
Illidan Tempestira
Sylvanas Brisaveloz
Archimonde
Kil'Jaeden
Rey Exánime
Arthas Menethil(Caballero de la Muerte)
Kel'Thuzad
Mannoroth
Mal'Ganis
Tichondrius
Anetheron
Mephistroth
Fuerzas en combate
Reino de Lordaeron
Mano de Plata
Nación de Dalaran
Elfos nobles de Quel'Thalas† y de Ranger Corps
Enanos de Forjaz
Clan Martillo Salvaje
Elfos de la noche de Kalimdor
Centinelas
Clan Lobo gélido
Trols de la Tribu Lanza Negra
Tauren
Legión Ardiente
La Plaga
Conflicto previo Conflicto posterior
Segunda Guerra Guerra en Terrallende

La Tercera Guerra fue un conflicto ficticio perteneciente al Universo fantástico de Warcraft entre las razas mortales de Azeroth y la Legión Ardiente. A diferencia de las guerras anteriores, esta guerra tuvo lugar en los Reinos del Este y Kalimdor. En la guerra los ancestros elfos nocturnos fueron reintroducidos en el mundo. Estos eventos fueron relatados en Warcraft III: Reign of Chaos.

Preludio

Después de su derrota en la Segunda Guerra el Jefe de Guerra de la antigua Horda, Ner'zhul, fue capturado por Kil'jaeden debido a su fracaso. Como castigo, El Embaucador, como también se le conocía a Kil'jaeden, destruyó el cuerpo de Ner'zhul y torturó su espíritu hasta que accedió a servir a la Legión, una vez más. Su alma fue encadenada en una armadura que fue encerrada en el Trono de Hielo, Kil'jaeden lanzó su creación a Azeroth, la que calló en el glaciar Corona de Hielo. Así había nacido el primer jugador importante de la Tercera Guerra, el Rey Exánime. Una vez en Azeroth, el Rey Exánime tomó el control de Rasganorte y encontró en el nigromante Kel'Thuzad un líder para llevar la plaga de muertos vivientes a Lordaeron.

Antes del comienzo de la guerra, el profeta Medivh se le apareció en un sueño al joven Jefe de Guerra orco Thrall. Medivh le dijo que debía reunir a la recién reformada Horda chamánica y moverlos a través del mar a Kalimdor para escapar de la sombra que se acercaba a consumir la tierra. Confiando en las palabras del profeta y deseando encontrar un nuevo hogar para su pueblo, Thrall escuchó su llamado, se abrió paso entre las tropas de Lordaeron y navegó al oeste.

La Plaga de Lordaeron

Alteración en el norte

Un rumor había comenzado a correr por todo Lordaeron, diciendo que una misteriosa plaga se había apoderado de las tierras del norte, mientras la mayor atención de Lordaeron se centraba en el vuelo de la Horda y la rebelión de los clanes orcos. Medivh apareció ante el Rey Terenas Menethil diciéndole, al igual que a Thrall, que para salvar a su gente debía viajar hacia el oeste, pero Terenas le dijo que iba a defender a su reino. Para eso envió a su hijo Arthas Menethil, que se ocupaba de la rebelión de los orcos junto a Sir Uther the Lightbringer, al norte para investigar. Jaina Proudmoore del Kirin Tor fue enviada para ayudar en la investigación.

Culto de los Malditos

Después de unirse con Jaina, Arthas descubrió que los graneros de Andorhal habían sido contaminados con una plaga que mataba todo lo que infectaba (por un período de tiempo), después de que habían encontrado a Kel'Thuzad en el pueblo de Brill. Andorhal era el principal punto de distribución de granos de la zona, por lo que muchas otras ciudades estaban en peligro. A medida que se abrían paso por el pueblo infectado de Andorhal, fueron testigos de una devastación sin precedentes, como nunca había sido vista en Azeroth. Persiguieron y atacaron a Kel'Thuzad por sus crímenes contra el pueblo. El nigromante dijo a Arthas que servía a un poder superior, un Señor del Terror llamado Mal'Ganis que era el responsable de La Plaga. Enfurecido, Arthas juró que mataría a Mal'Ganis y viajó a Stratholme para enfrentarse a él, después de matar al corrupto nigromante.

Levantamiento de la Plaga

En Hearthglen las fuerzas de Arthas y Jaina fueron atacadas por legiones de muertos vivientes. Arthas envió a Jaina a buscar a Uther, mientras él y sus fuerzas se quedaron para proteger la ciudad de la Plaga. Fue entonces cuando descubrió la verdad detrás de la plaga. La plaga no solo mataba a los que infectaba, los convertía en muertos vivientes y así pasaban a formar parte de El Azote. Antes de que su ejército fuera derrotado, Uther y sus caballeros llegaron y salvaron la ciudad. No mucho tiempo después de esta batalla, Arthas se encontró con Medivh, quién advirtió al príncipe que debía viajar al oeste hacia Kalimdor. Como su padre, Arthas se negó diciendo que su lugar era junto a su pueblo. Jaina creyó en las palabras del profeta, pero Arthas no podía ser persuadido de dejar su reino. Continuaron su viaje a Stratholme para enfrentar la amenaza de la plaga.

Matanza de Stratholme

Al llegar a Stratholme, Arthas y Jaina, descubrieron que el grano ya había sido distribuido entre la gente del pueblo. Arthas, no queriendo hacer frente a todo un ejército de muertos vivientes, ordenó a Uther y sus paladines destruir el pueblo. Uther quedó horrorizado con esto, diciendo que no seguiría la orden ni aunque Arthas fuera el rey. Por su desafío, Arthas disolvió los Caballeros de la Mano de Plata y llamó a todos los que aún eran fieles a Lordaeron a ir con él. Uther y sus seguidores se fueron, Jaina lo siguió rápidamente. Abandonado por su maestro y amiga, Arthas continuo hacia Lordaeron para masacrar la ciudad.

Al su llegada, Arthas se encontró con Mal'Ganis. Los dos tuvieron una carrera por las vidas del pueblo, Arthas quería destruirlas y Mal'Ganis deseaba corromperlas. Cuando la ciudad estaba en ruinas, Arthas demandó un enfrentamiento final con Mal'Ganis. Mal'Ganis, sin embargo, escapó y prometió reunirse con él en Rasganorte.

Después de la matanza, Jaina y Uther regresaron a Stratholme para enterrar a los muertos. Jaina se encontró con Medivh, quién le dijo que Arthas solo encontraría la muerte si iba a Rasganorte. El profeta le dijo a Jaina, como a los demás, que debía viajar al oeste hacia Kalimdor, una petición a la que ella respondió.

Levantamiento del Caballero de la Muerte

Después de llegar a Rasganorte, Arthas descubrió al hermano del Rey enano Magni Bronzebeard, Muradin. Al llegar a Rasganorte, la expedición de Muradin fue atacada por los muertos vivientes y se habían separado del resto del mundo. Él había viajado a Rasganorte para obtener la espada rúnica Frostmourne. Cuando las noticias de Lordaeron llamaron a los hombres de Arthas de regreso a su hogar, él utilizó mercenarios para quemar los barcos y luego volvió a sus hombres en contra de los mercenarios. Sin una forma de regresar a sus casas, Arthas le dijo a sus hombres que la única vía para poder era regresar era obtener la espada Frostmourne. Cuando finalmente encontró la espada él y Muradin descubrieron que la espada estaba maldita. Arthas aceptó esta maldición y tomó la espada, aunque se creyó que Muradin había resultado muerto en el proceso, en realidad recibió un fuerte golpe que le provocó una terrible amnesia. Con la Frostmourne, Arthas dirigió un ataque a la base de La Plaga, donde Mal'Ganis estaba estacionado y mató al Señor del Terror. Con la causa de su locura muerta, Arthas huyó al desierto de Rasganorte, dejando a sus hombres para valerse por sí mismos. Posteriormente asesinó gran parte de sus ejército y los levantó como muertos vivientes, miembros de La Plaga.

Meses después, Arthas regresó a Lordaeron para obtener su justa recompensa. Cuando saludó a Terenas, tomó la espada maldita, y sin un momento de consideración, asesinó a su padre. Entonces se nombró a sí mismo Rey y entregó la tierra a La Plaga. Semanas después, Arthas ahora un Caballero de la Muerte bajo las órdenes del Rey Exánime, fue el encargado de resucitar al nigromante Kel'Thuzad. Para ello, Arthas debía llevar sus restos a un lugar de poder mágico. Mató a su antiguo mentor Uther para obtener la urna que custodiaba y poder trasportar los restos en ella. La urna llevaba las cenizas de su padre, Arthas simplemente las eliminó y colocó los restos de Kel'Thuzad dentro. El único lugar con el poder necesario era la Fuente del Sol, bien adentrada en Lunargenta, capital de los Altos Elfos. Para revivir a Kel'Thuzad, el Azote tendría que quemar Quel'Thalas.

Caída de Quel'Thalas

Al llegar a las fronteras de Quel'Thalas, la Ranger General Sylvanas Windrunner rápidamente se convirtió en una espina en el plan del Caballero de la Muerte. A pesar de las fuertes puertas de los elfos, la destrucción de un puente importante y de muchos guardabosques bien entrenados, el Azote se abrió paso entre las defensas de Quel'Thalas, en su camino hacia Lunargenta, desde allí a la isla de Que'Danas y la Fuente del Sol. Antes de que Sylvanas pudiera advertir a Lunargenta de la invasión de la plaga, su campamento fue atacado y fue echa prisionera. Arthas la torturó y antes de darle la paz de la muerte, utilizó su poder para convertirla en la primer banshee, haciendo de ella una esclava de La Plaga. Con las defensas de la ciudad destruidas, el Azote entró en Lunargenta y asesinó a todos los altos elfos en la ciudad. Cuando Arthas llegó a la Fuente del Sol, colocó los restos de Kel'Thuzad en las aguas encantadas, convirtiéndolo en un lich y corrompiendo la Fuente del Sol. Después de completados su objetivo, Arthas ordenó a el Azote matar los altos elfos que quedaban en Quel'Thalas.

El Profanador

Archimonde El Profanador.

Con Kel'Thuzad resucitado, entonces debían hacer el trabajo para los señores del terror. El Azote viajó al sur hacia Dalaran para obtener el Libro de Medivh y utilizarlo para invocar al mismísimo Archimonde a Azeroth. El Kirin'Tor utilizó su magia más poderosa pero no pudo evitar que se robaran el libro de hechizos. Con el libro, Kel'Thuzad invocó a Archimonde y la Legión Ardiente a Azeroth. La primera orden de Archimonde al entrar al mundo fue destruir Dalaran con su gran poder. Desde este punto y para el resto de la guerra, Archimonde, el Comandante de la Legión, dirigió la invasión a Azeroth en persona y planeó destruir Nordrassil, el Árbol del Mundo en el Monte Hyjal.

Vuelo hacia Kalimdor

Poco después de la matanza de Stratholme, antes que Arthas matara el Rey Terenas, Jaina reunió a miles y viajó con ellos a Kalimdor tras la petición de Medivh.

Tras huir de los Reinos del Este, la Horda se dispersó durante la navegación más allá de la Vorágine. Algunas de las naves llegaron a una cadena de islas cerca de la Vorágine donde se encontraron con la tribu Lanzanegra. Aquí los orcos ayudaron a los trols a escapar hacia Kalimdor.

En Kalimdor, Grom Hellscream había arribado con su Clan Warsong. Antes de que pudieran reagruparse junto a Thrall, se encontraron con soldados de Jaina y las batallas comenzaron pronto.

Cuando el resto de la Horda llegó y se reagrupó en Kalimdor, Grom desafió las órdenes de Thrall atacando el campamento de Jaina, después de ceder a su sed de sangre. Como castigo fue enviado al norte del Bosque de Vallefresno, donde debía recolectar madera para construir una capital para los orcos.

Mientras tanto Thrall fue en busca del resto de la Horda y finalmente se encontró con los taurens y su líder Cairne Bloodhoof. Después de ayudarlos a repeler una ataque de los centauros, Cairne le habló a Thrall sobre un oráculo en la Sierra Espolón que podría ayudar a la Horda en su camino.

Al llegar a la Sierra Espolón, Jaina y Thrall se encontraron con el profeta que predijo la perdición mucho antes de la plaga de Lordaeron, Medivh . Medivh pidió que la Horda y la Alianza trabajaran juntos, olvidando sus viejos odios, para luchar contra un nuevo enemigo, mucho más poderoso.

Mannoroth

Mannoroth el Destructor.

Grom Hellscream y su clan comenzaron a recolectar la madera como se les había ordenado. Pero al hacer esto, enfurecieron a los elfos nocturnos. Después de luchar contra los elfos nocturnos, el semidios Cenarius intervino personalmente para hacer frente al Clan Warsong.

Después de luchar una batalla perdida, los orcos se dieron cuenta de que no podían matar a Cenarius por medios convencionales. Cenarius vió a los orcos como encarnaciones de los demonios y por lo tanto sólo su total erradicación le satisfacería. Para derrotarlo, Grom y sus seguidores bebieron de una fuente misteriosa que les dio poder, sin saber que la misma había sido profanada por la sangre del Señor del Foso Mannoroth. Energizados y convertidos en orcos viles, el clan atacó y mató a Cenarius. Con los orcos siguiendo, una vez más, la voluntad de la Legión Ardiente, Mannoroth se presentó ante Grom y le reveló que fue su sangre lo que le había dado poder a los orcos. A pesar de su victoria, cayeron una vez más bajo el control del demonio y por lo tanto de la Legión Ardiente.

Para ayudar a sus nuevos aliados, Jaina creó una gema de alma mágica. Thrall necesitaba capturar al poderoso Hellscream dentro de ella y llevar la gema a un círculo mágico preparado para liberar su espíritu de la corrupción. Ubicado entre los humanos y los orcos libres, sin embargo, fue el Clan Warsong completo, fortalecido con decenas de demonios que esperaban en una emboscada y con poderosos infernales que cayeron desde el cielo. A pesar de sus problemas para matar a muchos miembros del Clan Warsong, Thrall capturó a Grom y lo llevó a un ritual de purificación. Junto con los chamanes de Thrall, Jaina y sus mejores sacerdotes y hechiceros, se las arreglaron para sacar la naturaleza demoníaca de Grom. Thrall y Grom desafiaron a Mannoroth, y aunque Thrall fue abatido, Grom se las arregló para propinarle un golpe fulminante, destruyendo a Mannoroth y liberando a los orcos a costa de su propia vida. Así Grom se redimió por llevarlos a los dominios de la Legión.

Retorno de los elfos nocturnos

Cuando se hizo evidente que la Legión Ardiente había regresado, Tyrande lideró a las Centinelas en el combate, escapando de una ola de muertos vivientes que habían destruido un campamento humano y otro orco. Mientras escapaban fueron acorralados por señores del terror y Archimonde. Tyrande creía que con el regreso del Profanador, la única manera de derrotar a la Legión Ardiente era utilizando las fuerzas de la antigüedad, los druidas que dormían y su líder, Malfurion Stormrage, su viejo amor. Después de despertar a Malfurion, lo siguiente era despertar a los Druidas de la Garra y los Druidas de la Zarpa.

En su búsqueda para liberar a los druidas, encontraron la prisión del viejo cazador de demonios, Illidan Stormrage. Tyrande creyó que el Traidor, como le llamaban los elfos nocturnos, podría ser un poderoso aliado contra la Legión Ardiente y dejó a Malfurion para despertar a los druidas, mientras ella liberaba a Illidan. Malfurion continuó despertando los druidas, que se habían vuelto salvajes después de casi diez mil años en las cuevas. Sin embargo, el Cuerno de Cenarius los liberó de su locura.

El Traidor

Tyrande continuó su búsqueda para liberar a Illidan, luchando para abrirse camino a través de los guardias de la prisión. Tyrande puso su confianza en Illidan, creyendo que su poder le ayudaría contra la Legión Ardiente. Malfurion, sin embargo, todavía desconfiaba de su imprudente hermano. Deseoso de demostrar su valía, Illidan juró demostrar a su hermano que los demonios no tenían control sobre él, entonces lideró una parte del ejército de elfos nocturnos a Felwood. Poco después, Arthas se encontró y peleó contra Illidan. Como los dos estaban igualados, no había razón ninguna para Arthas de enfrentar a Illidan. Illidan demandó que Arthas revelara el motivo de su presencia en Felwood. Arthas le habló de un poderoso artefacto: la Calavera de Gul'dan. El cráneo fue el responsable de la corrupción de los amados bosques de los elfos nocturnos. Arthas jugando con la sed de poder de Illidan, mencionó que el cráneo contenía un inmenso poder, e Illidan se tragó el anzuelo de buena gana.

Después de pelear su camino a través de los demonios, Illidan alcanzó y consumió el poder de la Calavera, sufriendo una metamorfosis en su cuerpo que lo convirtió en un ser medio elfo nocturno, medio demonio . Con la adición de este poder al suyo, Illidan mató al líder de los Señores del Terror, Tichondrius, y ayudó a sellar la derrota de la Legión. Cuando Tyrande y Malfurion encontraron a Illidan, Malfurion desterró a Illidan por su corrupción demoníaca, afirmando que "él no era hermano de eso". Illidan, resentido, se abrió camino a través de los árboles muertos y no se supo más de él hasta la aparición de los nagas.

Batalla del Monte Hyjal

Caída del Profanador.

Después del destierro de Illidan, Medivh llamó a Malfurion y Tyrande a un bosque secreto donde también había citado a Jaina y Thrall para reunirse con ellos. Medivh reveló que él fue el que ayudó a la Legión Ardiente a crear el Portal Oscuro y permitió que la Horda invadiera Azeroth. Después de que él fue asesinado por sus crímenes, tuvo que regresar para arreglar sus errores y proteger Azeroth del regreso de la Legión Ardiente. Medivh pidió que las razas mortales se unieran para derrotar a la Legión, ya que su poder combinado era su única esperanza.

Para prepararse para el ataque de los demonios, fueron construidos tres campamentos alrededor del Monte Hyjal. Malfurion ideó un plan que pretendía usar el poder del Árbol del Mundo para destruir a Archimonde. Mientras él subía a la cumbre para hacer los preparativos para Archimonde, Jaina y Thrall utilizaban cualquier cosa que Tyrande y los elfos nocturnos podían reunir para fortalecer sus bases. Archimonde se abrió camino a través de las filas de caballeros humanos, centinelas elfos nocturnos y guerreros orcos y de los castillos humanos y fortalezas de los orcos. Jaina fue capaz de teletransportar la mayoría de los soldados sobrevivientes. Antes de que Thrall pudiera escapar de la muerte, se las arregló para herir a Archimonde con una rayo de luz chamánica, una hazaña increíble para sí mismo. Con las dos bases destruidas, Archimonde irrumpió por la puerta élfica que protegía la cumbre.

Con Archimonde en el Árbol del Mundo, Malfurion utilizó el Cuerno de Cenarius llamando a los espíritus antiguos de la zona para atacar al demonio. En un instante, detonaron en una explosión masiva que destruyó al Profanador, gran parte de su ejército de demonios y el Árbol del Mundo. El precio de esta derrota fue la inmortalidad de los elfos nocturnos, pero la Tercera Guerra había terminado.

Consecuencias

La Tercera Guerra dejó a Lordaeron destruido, mortales a los elfos nocturnos y casi extintos a los Altos Elfos. Ningún grupo de humanos podría recuperar el control de Lordaeron, aunque el Alba Argenta y la Cruzada Escarlata han estado luchando contra la plaga para recuperar sus tierras. El príncipe Kael'thas Sunstrider de los Altos Elfos regresó a su ciudad en ruinas y rebautizó a su pueblo como elfos de sangre en memoria de sus camaradas caídos. Los elfos de sangre retomaron gran parte de Quel'Thalas y con el tiempo lograron reactivar el poder de la Fuente del Sol. Después de la guerra, Sylvanas se liberó del control del Rey Exánime, y formó a los Renegados.Un comandante humano, Garithos, reunió a los restos de la Alianza que aún quedaban en Lordaeron y retomaron Dalaran y las Montañas de Alterac. Después de eso Garithos hizo una frágil tregua con Sylvanas y juntos atacaron la ciudad capital de Lordaeron. El Señor del Terror Balnazzar, que controlaba la ciudad, se enfrentó a sus intentos de recuperar la ciudad. Después de intensos combates y una cuidadosa planificación, la Alianza y los Renegados lograron derrotar las fuerzas de Balnazzar y recuperar el control de la ciudad. Después de la batalla, Sylvanas ordenó a su segundo al mando Varimathras, ejecutar a su hermano Balnazzar y matar a Garithos, lo que obligó a las fuerzas de la Alianza a retirarse. Los Renegados se apoderaron de la ciudad, haciendo su casa en las alcantarillas y nombrándola Entrañas.


El escenario político de Azeroth fue grandemente influido por la Tercera Guerra. Bajo el mando del Jefe de Guerra Thrall, los orcos, taurens y trols Lanzanegra se reunieron en Kalimdor para convertirse en la nueva Horda, a la que los Renegados y elfos de sangre se unirían más tarde. Después de la guerra, fue hecho un acuerdo de paz entre la Horda y la Alianza y Thrall ha hecho su trabajo para asegurarse de que nada pase para romper este pacto. Sin embargo después del incidente de la Puerta de Cólera, Varian Wrynn declaró la guerra a la Horda, para lamento de Thrall.


Sin Lordaeron, la ciudad reconstruida de Ventormenta se convirtió en la base de la Alianza y los enanos de Forjaz se convirtieron en sus más cercanos aliados geográficamente. Los gnomos de Gnomeregan fueron incapaces de ayudar en la Tercera Guerra, ya que estaban tratando con sus propios asuntos, una invasión trogg a su ciudad. Debido a la invasión de trogg, pálida ante el poder de la La Plaga, los gnomos decidieron librar su guerra solos. Al final se vieron obligados a huir de Gnomeregan y con su rey Gelbin Mekkatorque se establecieron en Forjaz con los enanos.

Los elfos nocturnos, haciendo frente a la pérdida de su inmortalidad, y al haber estado expuestos al mundo exterior, un vez más, fuera de sus bosques, decidieron hacer alianzas con el resto del mundo. Debido a la animosidad con los orcos por matar a Cenarius, al final se unieron a la Alianza. Como el nuevo líder de la Alianza, el Rey de Ventormenta Varian Wrynn en vió tropas para repeler la invasión de La Plaga, retomar Southshore y Hillsbrad para la Alianza, desalojar a La Plaga de las Montañas de Alterac, construyendo un punto de frontera final, Campamento Chillwind, frente a la entrada de las tierras de La Plaga y controlando a los Renegados al apoderarse de Lordaeron. Los refugiados humanos de Lordaeron fueron acogidos en Ventormenta, convirtiéndose en su nuevo hogar. Unos meses más tarde el Rey Varian fue secuestrado por la Hermandad Defias después de tratar de hacer un acuerdo de paz con la Horda, por lo que estuvo perdido por tres años. Durante su ausencia, su hijo de diez años de edad, Anduin, fue coronado rey.

Las pérdidas no fueron en vano, la Legión Ardiente fue gravemente dañada. Muchos comandantes de alto rango fueron asesinados en la guerra, incluyendo un gran número de Señores del Terror. Como expresó Aegwynn en Ciclo de Odio a la Guardia de Theramore Coronel Lorena: "ellos hicieron más daño a los demonios del que se les había hecho en miles de años."

Fuente

  • Artículo Third War. Disponible en: "www.wowwiki.com". Consultado 23 de noviembre de 2011.
  • Artículo Tercera Guerra. Disponible en: "es.wow.wikia.com". Consultado 23 de noviembre de 2011.